Publicada originalmente en 1861 y reeditada en 1882 con el subtítulo Novela realista, Vulcano de Hilarión Frías y Soto es una de las primeras aproximaciones del realismo mexicano al ámbito de la moral, el deseo y la transformación social.

La obra narra la historia de Filomena, una joven que vive de la caridad y comparte un jacal con una anciana ciega. En un Día de Muertos de la década de 1840, un estudiante la conoce y se enamora de ella a pesar de su pobreza. La rescata y la convierte en su amante; para mantenerla, empeña todo lo que posee, pero cuando se queda sin dinero, ella lo abandona para casarse con el prestamista que les había dado crédito. A la muerte de éste, Filomena hereda su fortuna, aprende a leer y escribir y se transforma en Julia, mujer refinada que busca asegurar su posición social.
Años después, en una reunión de sociedad, el joven la reconoce. Ella le confiesa que está por casarse con un anciano rico para consolidar su futuro y tener un hijo que le garantice la herencia. Su ambición culmina en tragedia: muere al dar a luz. En este desenlace, Frías y Soto condensa la lección moral de su tiempo: el ascenso social femenino es posible, pero el precio de la independencia es la culpa y la muerte.
Más allá de la anécdota sentimental, Vulcano es un relato moral y alegórico sobre las tensiones de una sociedad que empezaba a definirse entre el progreso material y la virtud cristiana. En Filomena —convertida en Julia— confluyen los imaginarios de la educación, la movilidad social y la culpa: la mujer que asciende paga con la vida el costo de su emancipación. Frías y Soto utiliza la historia personal como metáfora del orden social que el liberalismo intentaba consolidar: el fuego del deseo, contenido por la moral y la ley.
El título remite al mito clásico de Afrodita y Vulcano, que el autor adapta a un contexto moderno. Julia, como nueva Venus, encarna la seducción y el artificio; el viejo esposo, Vulcano, representa el oro y el poder patriarcal; el narrador-amante, Marte, simboliza la pasión y la juventud. El resultado es una parábola sobre el dinero como nueva divinidad del siglo XIX y sobre el cuerpo femenino como su ofrenda. El cierre, con la muerte de la protagonista y la indiferencia del marido, revela la persistencia de un orden que redime a la mujer solo mediante el sufrimiento.
Ediciones y transmisión del texto
De esta novela se hicieron tres ediciones publicadas por entregas, como se acostumbraba en el siglo XIX antes de adoptar el formato en libro. Fue publicada por primera vez en mayo de 1861 en El Bouquet del Movimiento, suplemento dominical del diario El Movimiento. Periódico Político, Científico, Comercial, Literario y de Avisos, dedicado a la literatura, el arte y las costumbres.
Un año después apareció nuevamente por entregas, entre el 2 de abril y el 3 de mayo de 1862, en La Orquesta. Periódico Omniscio, de Buen Humor y con Estampas, publicación satírica que criticaba a la administración juarista mediante la burla y la ironía.
En 1882 se dio a conocer una tercera versión como folletín, firmada con el seudónimo Safir, en El Diario del Hogar. Periódico de las Familias. En esta edición se añadió el subtítulo Novela realista, y posteriormente se realizó un sobretiro en forma de libro publicado por la Tipografía Literaria de Filomeno Mata.
Más de un siglo después, en 1984, la editorial Premiá, dentro de su colección La Matraca, reeditó la obra junto con Álbum fotográfico.
La presente edición digital de Vulcano, publicada por el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM en la colección Novelas en Tránsito de La novela corta. Una biblioteca virtual, se basa en la versión de 1882. Incluye la presentación “Eléctrica afrodisia o la reinvención del panteón clásico”, escrita por Claudia Canales Ucha, y la edición y notas de Lorena de Anda Alanís, Rocío Paytuvi Llorente y Emilia Rodríguez Cid.
Significado y lectura actual
Frías y Soto —cronista, periodista y escritor costumbrista— fue una presencia constante en la prensa de su tiempo. Colaboró en Los mexicanos pintados por sí mismos (1854) y en Álbum fotográfico (1858), donde desarrolló su talento para retratar tipos sociales. En Vulcano traslada esa mirada observadora al ámbito íntimo, combinando la voz confesional con la denuncia de las pasiones modernas. Su prosa, a la vez periodística y literaria, anticipa el tránsito del romanticismo moral al realismo urbano.
Leída hoy, Vulcano revela la transición de una literatura que ya no se limita al cuadro de costumbres, sino que explora los conflictos de conciencia y las nuevas formas de subjetividad. En la forja simbólica del título —entre el metal, el amor y la culpa—, Frías y Soto construye un espejo del siglo XIX mexicano: un país que buscaba civilizarse bajo los ideales del liberalismo, pero que no lograba apagar el fuego del deseo ni los rescoldos de su moral heredada.
