En el territorio estadounidense, se puede percibir un ambiente académico con gran diversidad y de origen puma, donde no sólo acuden mexicanos sino también personas de diversas nacionalidades como son estadounidenses, colombianos, cubanos, palestinos, israelís, egipcios, coreanos e incluso tailandeses, entre otros, todo ello converge en la escuela extensión UNAM, San Antonio, Texas.
Se trata de una institución comprometida con una gran labor social no sólo con los migrantes mexicanos que viven en Estados Unidos, sino también con todos aquellos latinos que de alguna forma necesitan ayuda académica en aquella nación.
Además, se puede encontrar una gran oferta cultural, con diversas opciones para todos los residentes. Por ejemplo, tienen un pequeño museo dedicado a la cultura Maya, con objetos y figuras muy representativas, y exposiciones pictóricas, fotográficas, presentaciones de libros e incluso simposios.
Un paisaje
La UNAM, se ubica en una de las zonas turísticas más populares de San Antonio, nada menos que en Hemisfair Park, una plaza donde se encuentra la Torre de las Américas, uno de los edificios icónicos de esa gran ciudad.
Cuando uno sube a dicha torre y mira desde arriba el paisaje puede ver el edificio perteneciente a la Máxima Casa de Estudios con su nombre en letras grandes. Tal vez no todos sepan el significado de esas siglas, pero seguro investigarán y sabrán que México tiene presencia en ese lugar.
El edificio de la Universidad es discreto en comparación con la gran Ciudad Universitaria, pero no necesita más. Tiene diversas aulas, laboratorios de cómputo, biblioteca, auditorio, cafetería, salón de maestros y diversas oficinas para sus profesores e investigadores.
Su director, José Antonio Vela, un hombre amable y sencillo que viste con bermudas debido al extremo calor, narra que la UNAM ha logrado un intercambio académico con diferentes instituciones de Norteamérica y sobre todo con el país.
Y orgullosamente, enfatizó, es la única universidad extranjera autorizada en Estados Unidos para otorgar visas de estudiante a todos los interesados de cualquier parte del mundo que quieran estudiar con nosotros.
Para obtener esta acreditación, la UNAM llevó a cabo un largo proceso de trabajo de aproximadamente cuatro años. “Esto es algo maravilloso que hemos logrado”, dijo orgullosamente.
Programas y beneficios
Tenemos una gran diversidad en el aspecto académico, cultural y sobre todo de apoyo a todos nuestros migrantes que tienen necesidad de estudiar y no tienen oportunidad debido a que poseen dos o tres trabajos, enfatizó Vela.
Así, hemos conformado dos importantes programas enfocados para mejorar la calidad de vida de los latinos que vienen en busca de una oportunidad. El primero es el GED en español, un curso creado para validar la preparatoria en USA y el segundo es el programa de Ciudadanía, que los ayuda a capacitarse para presentar su examen de nacionalización.
Óscar Efraín Bocanegra, coordinador de ambos programas explicó que el GED en español, es un curso exprés, establecido para ayudar a todos los migrantes que no saben hablar el inglés pero quieren superarse y continuar sus estudios.
Algunos asisten porque quieren ingresar a un colegio comunitario de alguna universidad para posteriormente continuar una carrera de la que tenían antecedentes en otro país, otros porque es un punto favorable que los ayudará a legalizarse y obtener su residencia.
En cuanto al programa de Ciudadanía tenemos dos cursos al año para capacitar a quienes estén interesados. La preparación incluye toda la historia del sistema político, la economía y las enmiendas.
El curso dura 30 horas, donde aplicamos exámenes de práctica con 100 preguntas. Y para aminorar el nerviosismo del día del examen, previamente los llevamos a un recorrido por las instalaciones de migración, así se familiarizan y se sienten más seguros.
El trabajo de esta institución en el ámbito cultural, narra Jake Pacheco, coordinador de eventos culturales, es el de tener regularmente varias exposiciones de arte, conferencias de historia, conciertos y hasta eventos de baile.
“Recientemente tuvimos una colección pictórica de Abraham Mojica, un pintor mexicano que ha presentado su obra en diversas partes del mundo”.
En cuanto al verano Puma, el plantel de San Antonio, recibe a chicos de todas partes del mundo para prepararlos en el inglés, la mayoría son mexicanos, pero no sólo de la UNAM en México, sino también de varias partes de la República, y en esta última ocasión hubo jóvenes de la Universidad Chapingo e incluso una chica de Palestina.
De acuerdo con Pacheco, esta es una oportunidad única para los jóvenes, que no sólo aprenden el idioma, sino también la cultura estadounidense, que además les abrirá un nuevo camino dentro de su educación.
Otro de los beneficios del plantel es que imparten todo el año cursos de inglés, español y francés. Es aquí donde se encuentran personas de diversas nacionalidades e incluso de diferentes culturas, como es el caso del hermano franciscano capuchino Brandon Berg, quien estudia el castellano porque le servirá para su labor social.
La UNAM cambia vidas
Antonia Santoyo es una mexicana de 46 años que vive en esa nación, y por razones económicas no tuvo la oportunidad de estudiar la preparatoria en su país natal, por ello actualmente se siente muy orgullosa de acudir a la UNAM para estudiar el GED.
A pesar de ser ama de casa y tener dos hijos, ella estudia los lunes y miércoles por la tarde, y narra contenta que esto ha sido muy fácil.
“Estoy muy satisfecha porque hago algo que desde hace mucho quería y pensé que mi tiempo ya se había terminado, pero no, uno nunca pierde la oportunidad de estudiar, a cualquier edad se puede y más en la UNAM”.
Por su parte, Eyde Guerrero, un ama de casa, que tiene por meta ir al colegio en Estados Unidos toma el mismo curso. Comenta que esta experiencia ha sido muy buena y la ha ayudado mucho, además que los costos son muy bajos.
He presentado dos exámenes y afortunadamente los he pasado exitosamente, creo que los maestros son muy buenos y están muy bien capacitados, dijo.
Para mí ha sido una muy buena oportunidad porque en esta ciudad no había encontrado una escuela con horarios tan flexibles y un programa tan rápido y bueno.
José Macotela Hernández, originario de la Ciudad de México, y quien vive desde hace 10 años en San Antonio, menciona que en la UNAM les han brindado una gran hospitalidad.
En México estudiaba en la Fuerza Aérea Mexicana y quería recordar y sentirme útil, para también crecer profesionalmente en este país. La idea es buscar mejores oportunidades de trabajo, dijo.
Jaime Amuchástegui, vive desde hace nueve años en Estados Unidos, y actualmente trabaja en el mantenimiento de la UNAM, San Antonio, una labor que le gusta y hace muy feliz.
Cuenta que esta institución ha sido muy noble con él. “Aquí tuve la oportunidad de estudiar el curso del GED en español, un programa para validar mi preparatoria en Estados Unidos”.
El trabajador originario de la Ciudad de México cuenta que además recientemente tomó el curso para presentar su examen de la ciudadanía. En estos días presentará su evaluación pero se siente muy seguro.
La UNAM me ha apoyado mucho y ayudado en todo momento, concluyó el entrevistado.
Su historia
A petición de un grupo de mexicanos y mexicoamericanos en 1944 empezó la UNAM, San Antonio, con la finalidad de conservar las raíces de nuestro país, relató Martha Elena Cortés, secretaria académica.
Así, comenzaron a ofrecer cursos de historia, arte, arquitectura, literatura impartidos por grandes profesores mexicanos. Al principio, añadió la profesora, se compartían en diversos colegios de la High School. Fue a partir de 1972 que la escuela tuvo un lugar permanente.
Más tarde, en 1983 a demanda de otro grupo de connacionales surgieron los cursos del idioma inglés. Desde entonces, concluyó la académica universitaria, servimos a una comunidad no sólo mexicana, sino también estadounidenses y personas de todas partes del mundo.