El capítulo agrícola del Tratado de Libre Comercio (TLC) ha sido profundamente desfavorable para nuestro país, por ello, debe cambiarse la política económica y promover la diversificación de nuestras exportaciones para depender menos de Estados Unidos, fortalecer el mercado interno y renegociar el capítulo agropecuario del acuerdo, apuntó Jorge Alfonso Calderón Salazar, académico de la Facultad de Economía.
Destacó que el gran problema es que en 35 años de apertura comercial, México descuidó la economía nacional y la formación de capital, el desarrollo de capacidades de producción y de comercio, por apostar al comercio exterior con EU con la expectativa de que sería eterno.
Por su parte, Eduardo Pérez Haro, también académico de la FE, sostuvo que es importante atender la mesa de negociación con Donald Trump, pero lo es aún más prestar atención a la interna, para crear un acuerdo nacional alrededor de una política de desarrollo basada en el fortalecimiento de las capacidades de producción y comercio.
En el sector agrícola, explicó, el 70 por ciento de recursos públicos se desatina a 30 por ciento de los productores y viceversa. Tales criterios distributivos provocan procesos de diferenciación productiva, social y regional, y una gran asimetría al interior de México.
Hace falta que la política de apoyos al campo sea progresiva, para que el recurso público se dé en mayor proporción al que menos tiene; se debe diseñar y direccionar correctamente la política de fomento y apoyo al desarrollo del sector. No obstante, concluyó, llevará una generación resarcir las insuficiencias que en este momento están acumuladas.