Faltan mes y medio para que la actual temporada de actividad ciclónica concluya en nuestro país, de acuerdo con el Dr. Alejandro Jaramillo Moreno, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático. Jaramillo Moreno indicó que esta temporada de huracanes, aunque no ha sido tan activa como lo pronosticado por la Comisión Nacional del Agua y el Servicio Meteorológico Nacional el pasado 6 de mayo, se ha mantenido cerca de los promedios esperados.
Hasta el momento, en la cuenca del Pacífico se han formado 11 sistemas tropicales de los 15 a 18 que se pronosticaban. En cuanto al Atlántico, de los 20 a 23 sistemas tropicales previstos, se han presentado 13.
“Respecto a los pronósticos, aún es temprano para hacer una evaluación de qué tan acertados fueron. Todavía falta para que finalice la temporada de huracanes y quizá lo más significativo sea que en el Atlántico aún hay un margen para alcanzar una temporada promedio o ligeramente por encima de este, dado que el promedio de sistemas tropicales en esta cuenca es de 14 y, hasta el momento, van 13. El pronóstico indicaba que quizá alcanzaríamos una temporada hiperactiva, es decir, con una actividad mayor de la esperada, pero ahora parece difícil que eso ocurra”, explicó.
Actualmente hay probabilidades de que en los próximos días se formen dos nuevos sistemas tropicales: uno de ellos ubicado en el Caribe y otro con su origen en una onda tropical formada en la costa de África. Los pronosticadores han expresado preocupación, ya que ambos tienen potencial para volverse sistemas tropicales, debido a que “tanto el océano como la atmósfera están activos y favorecen el desarrollo de estos eventos”. A pesar de ello, en las próximas dos semanas se sabrá si los sistemas lograron formarse, disiparse o fortalecerse.
Por tanto, el Dr. Jaramillo Moreno pidió a la población mantenerse atenta a la información proporcionada por las autoridades responsables, como el Servicio Meteorológico Nacional y las instituciones encargadas de la Protección Civil, ya que aún existe la posibilidad de que se formen nuevos ciclones tropicales y no podemos prever con exactitud su número ni qué tan intensos podrían llegar a ser. Algunos de estos sistemas podrían desvanecerse rápidamente, pero no se puede descartar la posibilidad de que se formen y se intensifiquen, tal como ocurrió con Otis en 2023, cuando en cuestión de horas alcanzó categorías elevadas. A raíz de esto, hizo las siguientes sugerencias para las personas que viven en zonas vulnerables a estos eventos:
- Conocer los protocolos de evacuación en su región.
- Ubicar los refugios.
- Al igual que en los sismos, tener una maleta o bolsa con los documentos importantes a la mano.
- Tener un suministro de emergencia (botiquín, radio de pilas, linterna, agua embotellada, alimentos enlatados).
Calentamiento global, un motor
En cuestión de un día, Milton pasó de ser un huracán categoría uno a categoría 5. De acuerdo con los expertos en el tema, este evento se vio favorecido por los vientos del oeste, pero también por otro factor: la temperatura de la superficie del mar. Cuando Milton se formó, la temperatura de esta era de 30°C, ligeramente superior al promedio en el Golfo de México (27°C), pero lo suficiente para favorecer la intensificación de un huracán destructivo.
Para el experto del ICAyCC, es necesario poner atención al calentamiento global, ya que entre más caliente esté el agua del océano, habrá mayor combustible para alimentar las posibles tormentas.
“Es un factor fundamental para la formación de los ciclones tropicales. Cuando hay mayores temperaturas en la superficie del mar, hay más combustible para la formación y la intensificación de los ciclones tropicales. Por lo tanto, las condiciones oceánicas favorecen la formación de estos fenómenos, además de aumentar la probabilidad de que sean más intensos”, indicó Jaramillo Moreno.
¿Es necesaria la categoría seis para clasificar a los huracanes?
Debido a que en la última década han ocurrido huracanes con vientos más fuertes que los establecidos para la categoría 5 por la escala Saffir-Simpson, se ha propuesto agregar la categoría 6. Este planteamiento surge de los científicos estadounidenses Michael F. Wehner y James P. Kossin, quienes explican los motivos para esta sugerencia.
A pesar de que su trabajo tiene buenos fundamentos, la comunidad científica no está totalmente convencida, y en esa misma línea se mantiene el Dr. Jaramillo Moreno al manifestar que “si bien habrá huracanes más intensos alimentados por el calentamiento global, no es necesario agregar una nueva categoría, sino revisar la ya existente”.
“La escala Saffir-Simpson se basa únicamente en la intensidad de los vientos de un huracán, pero existen otros factores asociados a estos sistemas que aumentan su peligrosidad, como la marea de tormenta y la precipitación. Sin embargo, la escala Saffir-Simpson mide el peligro únicamente a través de los vientos. Es fundamental realizar una evaluación más integral del riesgo que representan estos sistemas, y esta discusión debería ser prioritaria antes de considerar la adición de una nueva categoría”, dijo.
Y agregó: “Para dar un ejemplo de lo subjetiva que puede ser la escala Saffir-Simpson, podemos comparar las lluvias generadas por Otis (Categoría 5) en 2023, que fueron menores en comparación con las de John (Categoría 3) este año, siendo este último responsable de importantes estragos en Acapulco. Esto demuestra que evaluar el peligro de un huracán solo en función de la intensidad de sus vientos resulta insuficiente. Dependiendo de las condiciones, incluso una tormenta tropical o un huracán de menor categoría puede ser tan peligroso como uno de categoría 5. Por lo tanto, se debería reevaluar la escala, considerando de manera integral todos los factores que pueden causar daño a la población, ya que los vientos no son el único indicador relevante para medir el peligro de un ciclón tropical”.