- La adaptación al cambio climático demanda estrategias que deben considerar impactos de este fenómeno, como el incremento de lluvias intensas o sequías prolongadas.
AL RESCATE DE LOS RÍOS DE LA CIUDAD DE MÉXICO
Día a día, los automovilistas que circulan por el Viaducto Miguel Alemán ignoran que sus vehículos ruedan encima del río de La Piedad. Es muy probable que la mayoría de esos conductores nunca haya visto en directo a ese afluente, ya que fue entubado en la década de 1950. Aunque ahora no es visible, el río de La Piedad sigue fluyendo bajo el Viaducto, llevando aguas residuales y pluviales.

Otros ríos de la urbe corrieron la misma suerte. Esos fueron los casos de los ríos Churubusco, Consulado y San Joaquín, además del canal de Apatlaco. Detrás de esas decisiones estaba la fuerte presión que ejercía el crecimiento sin control ni planeación de la capital del país. El aumento de la mancha urbana exigía nuevas vialidades para facilitar la movilidad de la población.
Como sabemos, la Ciudad de México tiene una estrecha relación con el agua. Desde los modestos orígenes de Tenochtitlan en un islote del lago de Texcoco, hasta la actualidad, las autoridades y los habitantes han tenido que tomar medidas para evitar inundaciones, aprovechar los recursos hídricos y facilitarse la vida. Sin embargo, en el camino se afectó a los ríos arriba mencionados.
El papel de los ríos urbanos
Al respecto, la Dra. Rosa María Ramírez Zamora, quien es investigadora del Instituto de Ingeniería de la UNAM (II), señaló que las autoridades capitalinas han iniciado una serie de acciones para recuperar algunos afluentes que sobreviven en la ciudad. Como parte de la conferencia “Recuperación de la calidad ambiental de los ríos urbanos mediante el tratamiento de las aguas residuales”, destacó que estos cuerpos de agua cumplen importantes funciones ambientales, económicas y sociales.
Ellos representan un suministro de recursos y también de seguridad hídrica; mantienen funciones del ecosistema acuático, donde se desarrollan flora y fauna con una función muy importante. También permiten el crecimiento de áreas agrícolas y aumentar la productividad primaria de las zonas donde se encuentran localizados.
Sin embargo, reconoció que en la Ciudad de México “hemos tenido la pérdida paulatina de cuerpos de agua”, aunque se mantienen “ciertos lugares, que, aunque no son ríos, como es el caso de Xochimilco, todavía se conserva esa productividad, pero ha disminuido de manera significativa por diversos problemas o amenazas”.
Por otra parte, también tienen una función cultural y recreativa dentro de las urbes, además de permitir la navegación fluvial. A manera de ejemplo, citó el caso del río Sena, que es utilizado como una fuente de navegación fluvial en París, pero también como un factor para favorecer el ecoturismo, como se pudo apreciar en los recientes Juegos Olímpicos celebrados en la capital francesa.
Amenazas ambientales
En contraste, Ramírez Zamora apuntó que la mayoría de estos afluentes ha sufrido alteraciones en su cauce y calidad, con intervenciones como canalizaciones, construcción de presas y desvíos de cauces. Añadió que los principales factores que degradan la calidad ambiental son las fuentes de contaminación puntuales y difusas; otra amenaza son las alteraciones estructurales, como la construcción de presas y diques, además del crecimiento acelerado y no planificado de urbes.
Tras reportarse la muerte masiva de peces en los lagos del Bosque de Chapultepec (la tercera ocasión en cinco años), las autoridades capitalinas formarán un grupo de especialistas para indagar las causas de la “atípica mortandad masiva” de las tilapias, especie exótica e invasiva que vive en los lagos, ya que reconocieron que existe sobrepoblación.

El cambio climático representa otro reto, por los cambios en los patrones de precipitación y temperatura, que alteran la dinámica de los ríos y su biodiversidad, incluyendo la migración de especies. “Todas estas amenazas que impactan a los ríos urbanos, y no solo los ríos urbanos, también pueden impactar a ríos que se encuentran fuera de las ciudades, va a traer como consecuencia la alteración de varios parámetros, como la alteración del flujo, que puede aumentar o disminuir dependiendo de los cambios en las precipitaciones”, advirtió la Dra. Ramírez.
Otros aspectos que generan alteraciones en los ríos son las cargas de contaminantes, la acumulación de sedimentos, los compuestos tóxicos, los nutrientes y la introducción de especies invasoras. “Sabemos que la gente va a Chapultepec o a Xochimilco a dejar tortugas o peces que son depredadores de las especies propias de la región. Eso trae como consecuencia devastadora la pérdida de flora y fauna”, lamentó la investigadora del II.
Asimismo, se está incrementando la temperatura, se presenta erosión, disminuye la infiltración, porque se acumulan sedimentos, lo que dificulta la infiltración para la recarga de cuerpos subterráneos; de igual modo, disminuye la biodiversidad rivereña. También, en función del fenómeno o la amenaza que se tenga, puede haber una disminución del ancho del canal o del río, reduciendo la conectividad adecuada entre estos cuerpos superficiales.
¿Qué hacer para recuperar los ríos urbanos?
Tras ofrecer este amplio diagnóstico, la experta universitaria presentó una serie de medidas que se pueden tomar para recuperar los ríos urbanos. Por ejemplo, implementar un amplio programa de restauración, que permita devolver un ecosistema a su estado natural. Esta operación busca “restablecer las dinámicas ecológicas, la biodiversidad y los servicios ambientales o el aprovechamiento que podemos hacer de ese cuerpo natural”.
Por otra parte, el rescate implica la recuperación de un río para sus usos sociales, ambientales, tomando en cuenta su valor ecológico, cultural y económico; este nivel de intervención puede incluir acciones de saneamiento, rehabilitación o incluso restauración, dependiendo del nivel de daño que se pueda tener o también para qué se quiere recuperar ese río
La rehabilitación implica mejoras a las condiciones de un río para que funcione de manera más eficiente de lo que viene operando, en un contexto urbano actual. En tanto, el saneamiento se refiere a acciones de limpieza y de descontaminación de los ríos; no interesa volver a tener las condiciones de biodiversidad que había antes de la contaminación, solo se limpia y no se hace un monitoreo de cómo se regresa a ese río a sus condiciones originales. La intervención de los ríos para su rescate o recuperación no debe ser nada más puntual, tiene que ser integral, porque si no se hace así, se retornaría a las mismas condiciones que había antes de la intervención.
“Aquí tomo la palabra de un autor como Gonzalo Reynoso, quien afirma que ‘los ríos son corredores ambientales, paisajísticos, que conectan a las urbes con áreas naturales’. Creo que en esencia hemos perdido ese espíritu que tenían los ríos urbanos, en particular en la Ciudad de México”, asentó la Dra. Ramírez Zamora.
Agregó que desde la perspectiva del desarrollo económico y ecológico, la restauración de los ríos comienza con la purificación del agua contaminada de ríos en su mayor grado, y reduciendo la contaminación en ellos desde su origen. De igual forma, la restauración debe garantizar su diversidad, naturalidad, funcionalidad, continuidad longitudinal, conectividad transversal y complejidad.
También debe haber áreas de conservación permanente para regeneración natural y revegetación; implementar ingeniería hidráulica: infraestructura de protección contra inundaciones; iniciativas internacionales; directivas respecto a la concentración de nitratos y para el tratamiento de aguas residuales; programas de reducción, recolección y reciclado; vigilancia rutinaria del agua; mejora en el tratamiento de aguas residuales; regulación de fuentes puntuales y difusas de contaminantes; biorremediación; y crecimiento de proyectos de restauración.

“La implementación de una gobernanza ecológica puede mejorar la capacidad de purificación de ambientes rivereños y actuar completamente en la descarga de inundaciones y alivio a sequías”, adujo la universitaria.
En suma, explicó que las problemáticas y soluciones para los ríos urbanos requieren de acciones de recuperación: tratamiento de aguas residuales; restauración de hábitats; control de escorrentía pluvial; y control de la contaminación difusa. Asimismo, necesita de la evaluación de la efectividad, expresada en mejoras en la calidad del agua, con la consecuente disminución significativa de contaminantes; recuperación ecológica, reflejada en el regreso de especies acuáticas a áreas urbanas; y la participación pública y política, en este caso, los proyectos involucran a las comunidades y cuentan con un apoyo político y gubernamental.
En este contexto, reconoció que enfrentan desafíos y limitaciones, expresadas en términos monetarios, ya que muchas intervenciones son costosas y requieren mantenimiento continuo, ya que la sostenibilidad a largo plazo se ve comprometida por la falta de recursos. La adaptación al cambio climático demanda estrategias que deben considerar impactos de este fenómeno, como el incremento de lluvias intensas o sequías prolongadas. Por otro lado, destacó que las soluciones tecnológicas con estrategias basadas en la naturaleza han mostrado mejores resultados.
En su momento, la Dra. Rosa María Ramírez Zamora mencionó que se encuentra en colaboración con autoridades capitalinas, para la recuperación de un par de afluentes de la Ciudad de México.