La primera vez que Armando Ballinas Nanguelu, egresado de la maestría en Ciencia e Ingeniería de la Computación de la UNAM, se postuló para trabajar en la empresa de tecnología Google no lo consiguió, como ocurre casi siempre cuando se busca empleo.
Sin embargo, Armando enfrentó el rechazo, lo volvió a intentar, y ahora es parte del equipo de ingenieros que desarrollan software para la top tech en el campus de Sunnyvale, California.
Para muchos universitarios pensar en lo que sigue después de egresar de la licenciatura genera incertidumbre y estrés. En ese sentido, la Secretaría de Vinculación de la Facultad de Ciencias de la UNAM organiza una serie de pláticas virtuales bajo el título La vida Después de la Fac., con la intención de acercar la experiencia de sus egresados en el ámbito laboral con los estudiantes.
Ballinas Nanguelu reconoció que en la elección de carrera los estudiantes, desde la secundaria o a inicio del bachillerato, están presionados para elegir una profesión que muchas veces tiene que ver con la tradición familiar, y subrayó que los jóvenes deben reflexionar para decidir cambiarla con el propósito de explotar el desarrollo pleno de sus capacidades.
A partir del confinamiento por la pandemia de COVID-19 y el trabajo en casa la tecnología cobró relevancia en la vida cotidiana, por ello, formarse en áreas como ciencias de la computación abre un abanico de posibilidades para conseguir empleo a futuro.
En ese contexto, comunicarse en otro idioma, “particularmente en inglés porque es el estándar de facto para la industria y para la academia”, analizar algoritmos, realizar estructuras de datos, conocer por lo menos un lenguaje de programación y tener una visa de trabajo son algunos de los requisitos que empresas como Oracle (MDC), Google, Facebook y Microsoft solicitan a sus postulantes.
Pero estas grandes empresas “también contratan a psicólogos, ingenieros civiles, arquitectos, diseñadores gráficos o industriales”, comentó el universitario.
Al tema de no saber otro idioma se suman el temor a cometer errores y al rechazo, las inseguridades personales, el desconocimiento de las propias habilidades y la falta de capacitación, problemas que experimentan muchos jóvenes en su búsqueda de empleo.
“Es que mi inglés no es muy bueno, es que me da miedo, ese tipo de barreras sí recomiendo que las rompamos, que las analicemos y que nos aventuremos a dar el paso hacia allá. Eso no sólo puede determinar si te quedas o no en el puesto, incluso si no te contratan te vas a sentir más seguro para volver a intentarlo”.
Aunque es difícil tener certezas en el ámbito laboral, Ballinas Nanguelu llamó a que nunca dejemos de aprender, incluso de los errores. Conocer y desarrollar las habilidades y fortalezas que cada uno tiene, evitar cerrarse a las posibilidades y a otras opiniones, asumir el riesgo de tomar decisiones y actualizarse, pero sobre todo, a tener autoconfianza.