Cuando Alicia cursaba el tercer año de primaria, le dejaron una tarea sobre Marie Curie y le llamó la atención que la científica francesa de origen polaco trabajara en un laboratorio. De esta manera, descubrió su gusto por la química.
En 1976 ingresó al Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM para dedicarse a una investigación en la que nadie había trabajado en México: la química prebiótica.
Se trata de una parte de la química que utiliza herramientas de la química de radiación, cinética química y análisis químico para explicar cómo las moléculas simples se volvieron más complejas hasta llegar a formar un ser vivo, explicó en entrevista Alicia Negrón Mendoza.
En el laboratorio de Evolución Química, del Departamento de Química de Radiaciones y Radioquímica, que actualmente dirige, se realizan las simulaciones de esos posibles procesos. Se trata de un periodo hipotético y se le conoce como evolución química.
Su interés por este tema surgió mientras estudiaba su doctorado en química prebiótica en la Universidad de Maryland. “Me encanta que puedes aplicar la química en todas sus ramas. Por eso, siempre hay algo nuevo que investigar. Por ejemplo, la química de radiaciones y el efecto de la alta energía en compuestos orgánicos”.
De hecho, se puede enfocar en la síntesis de materia prima y de polímeros para disminuir la cantidad de microbios en un alimento. Es decir, tiene muchas aplicaciones.
La investigación en la UNAM
En su laboratorio de la UNAM, Alicia Negrón usa la química de radiaciones para identificar qué tan estable es un compuesto en condiciones extremas (temperatura y radiación).
Básicamente, mide la estabilidad de moléculas de importancia biológica, como aminoácidos, ácidos carboxílicos y otros compuestos bajo una fuente de radiación gamma, que es muy potente, entre otras fuentes energéticas. Así se observa si se descomponen o no.
“Analizamos esa estabilidad ya que para el siguiente paso es necesario que la molécula sea estable o que tenga algún mecanismo que la habilite”.
Los rayos gamma salen de las estrellas y viajan por el universo, pero en este caso los usan en el laboratorio para observar cómo funcionarían en la naturaleza.
Cuando se formó nuestro planeta también se formaron partes de varios elementos radiactivos, como el potasio 40, que está disuelto en los mares, y el uranio, el torio, el urano, entre otros. En ese entonces esos materiales eran mucho más abundantes, pero con el tiempo se han ido desintegrando y pudieron ser una fuente de energía para llevar a cabo reacciones químicas.
De hecho, hay una serie de elementos que emiten algún tipo de radiación y que son las fuentes naturales. En el laboratorio de Evolución Química se simulan esas fuentes.
“Tomamos información de los astrónomos, los físicos, los geólogos y los biólogos, quienes nos prestan un escenario y nosotros ponemos la obra para reproducir algunos compuestos de origen biológico”.
El objetivo es que a través de la química se aproxime al origen de la vida. Por eso, Negrón Mendoza tiene mucho contacto con el laboratorio de Origen de la Vida, dirigido por Antonio Lazcano y Arturo Becerra, en la Facultad de Ciencias de la UNAM.
¿Cómo se originó la vida?
Hace un siglo, el bioquímico soviético Aleksandr Oparin propuso que la vida se originó a través de reacciones químicas que formaron las moléculas simples, las cuales evolucionaron para formar moléculas de importancia biológica.
Más tarde, el investigador estadounidense Stanley Miller realizó un experimento en el que recreó la supuesta atmósfera primitiva, le agregó descargas eléctricas que imitaban los relámpagos; después de una semana encontró aminoácidos, que son compuestos importantes para el origen de la vida.
A raíz de esto surgieron varios experimentos en todo el mundo, añadió la académica universitaria.
¿Por qué la química?
La química es la ciencia que estudia la materia y sus transformaciones, y Alicia Negrón se interesó por el tema sin saber realmente qué era.
Su gusto por esta materia surgió en la primaria gracias a los buenos profesores que tuvo, sin embargo, en la secundaria ya no le gustó tanto. Pero en la preparatoria tuvo tan buenos profesores que regresó su amor por la ciencia.
En la década de 1970, Alicia estudió Química Farmacéutica Biológica en la Facultad de Química de la UNAM. Curiosamente, en su generación los hombres eran minoría (25 mujeres contra cinco varones). Sin embargo, en las otras áreas de la química la mayoría eran hombres.
Somos polvo de estrellas
Alicia descubrió que la parte que más le gusta es la química orgánica, la que estudia los compuestos como los que forman parte de los organismos vivos: carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. “Somos polvo de estrellas”, dijo.
Los elementos más abundantes en el universo son hidrógeno, helio, carbono, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre, que forman las moléculas orgánicas.
La ciencia es un mundo muy interesante, desde la astronomía, la medicina hasta la biología. Las niñas y jovencitas pueden elegir varios cambios dentro de la ciencia, donde todavía hay incógnitas que resolver y contribuir a la sociedad; todas ellas tienen la capacidad de hacerlo.
“Para mí, la UNAM significa todo lo que soy y lo que tengo, me dio educación y la oportunidad de conocer muchas personas a través de la investigación, soy puma de corazón”, concluyó la académica universitaria.
Ideas destacadas:
•El interés de Alicia por la química comenzó en la primaria gracias a una tarea sobre Marie Curie.
•En 1976 ingresó al Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM para investigar la química prebiótica.