Explora unam global tv
Explora unam global tv
explorar
Explora por categoría
regresar

Premio Nobel de la Paz 2024: un futuro sin armas nucleares, objetivo de Nihon Hidankyo

A las 8:15 horas del 6 de agosto de 1945, la bomba nuclear Little Boy detonó sobre la ciudad de Hiroshima. Alrededor de 70,000 personas fallecieron instantáneamente, y quienes sobrevivieron quedaron con profundas cicatrices físicas. Tres días después, a las 11:02, la bomba Fat Man cayó sobre Nagasaki, causando la muerte de 40,000 personas.

Estos eventos marcaron profundamente al pueblo japonés, que desde entonces ha sido un actor activo en la lucha por evitar la proliferación de armas nucleares. Los sobrevivientes de ambos ataques desempeñaron un papel esencial. Su voz fue ignorada durante años, pero en 1956 se unieron a las víctimas de las pruebas nucleares que Estados Unidos realizó entre 1946 y 1958 en el Pacífico, y fundaron la Confederación Japonesa de Organizaciones de Víctimas de las Bombas A y H.

Ill. Niklas Elmehed. Divulgación Premio Nobel

Con el tiempo, esta organización simplificó su nombre a Nihon Hidankyo, con el objetivo claro de demostrar que las armas nucleares no deben ser utilizadas nunca más. Las heridas que provocan no solo son físicas, sino también mentales, y perduran a lo largo del tiempo.

Según el Dr. Julio Herrera Velázquez, del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, otorgar el Premio Nobel de la Paz 2024 a Nihon Hidankyo fue un reconocimiento tardío, pero que llega en un momento crucial, dado el contexto actual de conflictos armados que, de escalar, podrían derivar en un conflicto nuclear.

“Es un premio que nos debe hacer reflexionar sobre lo que ocurre cuando se trasgrede la barrera moral que convierte a la población civil en blanco válido en post de ganar una guerra, sobre todo en el contexto de las guerras que tenemos actualmente pues ya no se trata únicamente de destruir la infraestructura bélica del enemigo, sino de también quebrar la moral de su población, sin importar las bajas humanas que esto conlleve. Los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki fueron el clímax de ese doctrina que fue escalando a lo largo de la Segunda Guerra Mundial”, comentó.

De ahí la importancia de que los sobrevivientes de estos lamentables hechos den testimonio de lo que vivieron, para concientizar sobre la urgencia de evitar una guerra nuclear y lo vital que es deshacerse de las armas nucleares, ya que su uso provoca consecuencias humanitarias catastróficas.

Un acto necesario, pero complicado

Datos proporcionados por la ONU indican que en el mundo existen más de 12,000 ojivas nucleares, con Rusia como la nación que más posee, seguida de Estados Unidos y China. Estas naciones, junto con Francia, Reino Unido, Israel, India, Pakistán y Corea del Norte, concentran el mercado de estas armas. Según la Federación de Científicos Estadounidenses (FAS), lejos de planear un desarme, estos países buscan mejorar su arsenal nuclear.

Por tanto, la labor de Nihon Hidankyo es fundamental, ya que sigue manteniendo vigente el “tabú nuclear”. Herrera Velázquez explicó que este término se refiere a un límite moral, una conciencia del peligro inherente al uso de armas nucleares. “Es por eso que cuando escuchamos a algún político plantear la posibilidad de un ataque nuclear, nos alarmamos, porque proponer su uso ya supera los límites morales”, señaló.

Sin embargo, a pesar de la necesidad del desarme nuclear para garantizar que nunca más ocurra un ataque como los sufridos por Japón, es un objetivo que parece difícil de alcanzar.

“Es un tema complicado y, siendo honesto, el desarme nuclear es poco probable. Las naciones que poseen estas armas conocen su poder y las emplean como un medio de disuasión. Es decir que se establece un punto muerto conocido como Destrucción Mutua Asegurada (MAD por sus siglas en inglés), acuerdo con el cual se evita que el enemigo emplee armas nucleares porque sabe que al hacerlo traería una catástrofe para sí mismo. En otras palabras, se llega a la paradoja de que para evitar una guerra nuclear es necesario tener ambas nucleares. Basado en esto, se ve muy lejana la posibilidad de conseguir un desarme nuclear”, expresó.

Consecuencias terribles

En los últimos años, hemos oído en más de una ocasión a diversas naciones amenazar con realizar ataques nucleares. El pasado 25 de septiembre, el presidente ruso, Vladimir Putin, exigió a los países occidentales que dejaran de intervenir en el conflicto con Ucrania o, de lo contrario, consideraría atacarlos con armas nucleares.

Asimismo, políticos israelíes como el ministro de Asuntos de Jerusalén, Amihai Eliyahu, han instado a su gobierno a considerar ataques nucleares contra Palestina, específicamente en la Franja de Gaza.

Aunque estas situaciones no han pasado de ser amenazas, un escenario de guerra nuclear sería catastrófico para el mundo.

“No necesitamos que nos afecte directamente para que nos preocupe. Un ataque nuclear en cualquier país dejaría una devastación similar a la de Japón: colapsos económicos, sociales, hambre, y la moral de la población destrozada. Si el conflicto fuera mundial, podría provocar un invierno nuclear, que acabaría con la agricultura y nos pondría en serios apuros”, concluyó.

Por todo esto, el papel de Nihon Hidankyo ha sido esencial. Aunque la amenaza del uso de armas nucleares sigue latente, casi ocho décadas después de los bombardeos en Hiroshima y Nagasaki, no ha ocurrido un evento similar, lo que demuestra que la organización ha cultivado una fuerte cultura de memoria, compromiso y paz.