El equipo mexicano que participó en la XI Olimpiada Iberoamericana de Biología (OIAB 2017), que se llevó a cabo en Portugal, obtuvo una medalla de plata, dos de bronce y una mención honorífica. Los jóvenes compitieron con estudiantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Perú y el anfitrión Portugal.
En este certamen de nivel preuniversitario participaron alrededor de 41 jóvenes, entre estos el guanajuatense Juan Pablo Rivera Gómez (plata); el veracruzano Adrián Gasga Tehuintle (bronce) y los michoacanos Daniel Calderón Loeza (bronce) y Jonathan Rivera Zarco (diploma de mérito).
“Esto puede calificarse como un buen resultado”, consideró en entrevista Cristina Revilla Monsalve, coordinadora de la Olimpiada Nacional de Biología (ONB), que organiza la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
La OIB2017 tuvo lugar del 11 al 15 de septiembre pasado en la ciudad-capital de Ponta Delgada, en las islas portuguesas Azores.
Rivera Gómez, de 18 años de edad, dijo que competir en el certamen académico “fue una experiencia inolvidable”, en la que puso a prueba sus conocimientos con la preparación que tuvo todo el equipo después de la etapa nacional. “El plus que da este tipo de competencias es poder conocer la cultura del país que la organiza y también la de los países participantes a través de sus estudiantes, como lo hacemos nosotros al hablar de México”.
Sobre la OIB indicó que los exámenes prácticos fueron sobre ecología marina, en los que tuvimos que identificar organismos presentes en una muestra de algas; en biología molecular realizamos extracción de plásmido de una bacteria; y en anatomía y fisiología vegetal hicimos cortes de tallos de plantas e identificamos las estructuras presentes.
Revilla Monsalve apuntó que los jóvenes también presentaron un examen teórico donde se abarcaron diversas áreas de la biología como son biología celular, anatomía y fisiología animal, anatomía y fisiología vegetal, genética, evolución, ecología, bioquímica, biología molecular, etología y biosistemática.
En la competencia hubo un rally, una actividad adicional que se implementó en 2010. Se trata de una dinámica de equipos que se forman con integrantes de diferentes países para realizaron diversas actividades en las que se incluyen preguntas sobre conocimientos de biología.
El rally está diseñado para que los estudiantes demuestren su saberes y habilidades y tiene el objetivo de realizar trabajo en equipo y de integración para lograr ganar, destacó la investigadora.
Al respecto, Rivera Gómez abonó que tuvieron que descifrar acertijos, que hubo un circuito donde tuvieron que realizar saltos, correr, todo dentro de una estructura que semejaba lo que pasa dentro de la mitocondria (organelo que se halla dentro del citoplasma de la célula); después armaron modelos de células, animal y vegetal, etcétera.
Después de la experiencia que vivió y que le permitió expandir su visión sobre las opciones académicas y de vida que tiene por delante, el guanajuatense envió un mensaje a otros jóvenes para que se acerquen a certámenes de este tipo, “porque se tiene miedo y se piensa que esto no es para uno, y aunque hay que reconocer que sí hay que dedicarle tiempo, la recompensa es muy satisfactoria. Como estudiantes necesitamos tres pilares: salud mental, física y emocional, esto debe estar en equilibrio con el estudio, y los resultados que uno busca dependen del esfuerzo que se haga”.
Al concluir la XI Olimpiada Iberoamericana de Biología, México suma en once participaciones ocho medallas de oro, 13 de plata y 20 de bronce.
Elizabeth Ruiz Jaimes.