En la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM se encuentra uno de los recursos más valiosos para el estudio de las enfermedades animales: el Museo de Anatomopatología Manuel H. Sarvide. Este museo, nombrado en honor a su fundador, el médico veterinario Manuel H. Sarvide, conserva una impresionante colección de especímenes con alteraciones patológicas, cuyo principal objetivo es apoyar la enseñanza de los futuros veterinarios.
El origen de la colección se remonta a los años 30, cuando Sarvide, trabajando en la antigua Escuela de Veterinaria de San Jacinto, comenzó a reunir y preservar estos especímenes. Aunque su enfoque inicial fueron las aves, su curiosidad lo llevó a ampliar su estudio a otras especies. Para lograrlo, aprendió técnicas avanzadas de preservación como la plastinación, un método que reemplaza los líquidos corporales por resinas de silicón, permitiendo conservar la morfología de los especímenes con gran detalle. Gracias a este procedimiento, los animales preservados en el museo son pioneros en México y América Latina.
Después de casi dos décadas en San Jacinto, la colección fue trasladada en 1955 a Ciudad Universitaria y, en 1991, se instaló en su actual ubicación. Hoy en día, cuenta con más de 450 piezas que abarcan desde órganos de animales domésticos y de granja hasta raros ejemplares con malformaciones congénitas. Estudiantes de veterinaria las utilizan para estudiar anatomía, patología y otros campos como bacteriología y embriología.
El museo no solo es un recurso académico para estudiantes universitarios, sino que también trabaja en la creación de una base de datos museográfica para facilitar su acceso a alumnos de distintos niveles, desde preparatoria hasta posgrado. Esto asegura que la colección continúe siendo un pilar educativo.
El Museo de Anatomopatología es un espacio donde ciencia y aprendizaje se fusionan, proporcionando a las nuevas generaciones de veterinarios una ventana única hacia la complejidad del cuerpo animal y sus patologías.