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Mujeres en la ciencia: micóloga de la UNAM inspira vocaciones

Cuando Lisette estudió Biología en la Facultad de Ciencias de la UNAM, no tuvo dificultades; incluso se le facilitaron las matemáticas, una materia con la que muchos sufrían. En algún momento consideró dedicarse a esa disciplina, pero la naturaleza y, en especial, los hongos la atraparon por completo.

Lisette Chávez García es uno de los tantos ejemplos de que las ciencias exactas no son exclusivas de los hombres, sino que también las mujeres pueden destacar en estas áreas.

Una vida científica

Desde pequeña, Lisette disfrutaba rodearse de la naturaleza. Sentía fascinación por los animales, las plantas y, sobre todo, los hongos. Hoy, además de ser una profesora apasionada en la carrera de Biología, es técnica responsable del trabajo curatorial y del mantenimiento de la colección de macromicetos del herbario de la Facultad de Ciencias.

Durante la secundaria y el bachillerato, admiraba a sus profesores de biología. Para ella, esas clases hacían de la escuela un lugar más seguro y feliz. Cuando llegó el momento de elegir una carrera, no tuvo dudas: quería ser bióloga.

En su formación en la Facultad de Ciencias de la UNAM, se sumergió en el estudio de los hongos y se sorprendía con cada descubrimiento sobre su ciclo de vida y respuestas fisiológicas. Son tan particulares que poseen su propio reino: el Fungi.

A los 19 años, Lisette decidió especializarse en micología, la ciencia que estudia los hongos. Actualmente, imparte las clases de Biología de Hongos y Taxonomía de Macromicetos, una materia optativa.

En 2016, inició su labor como académica en la Facultad de Ciencias. “Me encanta mi trabajo. Siempre estoy en contacto con micólogos, quienes contribuyen significativamente al estudio y conservación de la biodiversidad de hongos en México”, expresó.

Para Lisette, los hongos son organismos maravillosos. Aunque muchos son microscópicos y no siempre visibles a simple vista, los humanos están en constante contacto con ellos, ya sea en el ámbito social o ecológico.

Admiración y referentes

Para Lisette, el conocimiento y la pasión por la micología no solo provienen de los libros y la investigación, sino también de figuras que han dejado huella en el estudio de los hongos. Admira profundamente a María Sabina, la curandera mazateca de Oaxaca, famosa por su conocimiento ancestral y uso de los hongos con fines curativos y espirituales. Considera que fue la primera en México en estudiar el reino Fungi desde su cosmovisión indígena, mucho antes de que la ciencia académica reconociera su valor.

También reconoce el trabajo de la micóloga Laura Guzmán, de la Universidad de Guadalajara, por sus importantes contribuciones científicas en el estudio de los hongos, así como el de Julieta Álvarez Manjarrez, del Instituto de Biología, quien ha sido un referente en la divulgación y enseñanza de la micología en México.

Inspirada por estas figuras, Lisette se esfuerza por transmitir su amor por los hongos a sus estudiantes, mostrándoles que la ciencia es un camino de exploración constante y que cada generación tiene el potencial de hacer descubrimientos que transformen nuestra comprensión del mundo natural.

Inspirando a nuevas generaciones

Una de sus mayores satisfacciones como docente es ver la emoción y el asombro de sus estudiantes al descubrir el mundo de los hongos. “Su curiosidad me motiva a seguir enseñando. Siempre hay preguntas y ganas de aprender más sobre estos organismos, lo que me impulsa a seguir capacitándome y dar mi mejor versión”, compartió.

Uno de sus lugares favoritos es el bosque de encino, donde siempre aprende algo nuevo. “El simple hecho de salir a buscar estos organismos, estudiarlos y analizar su diversidad me hace muy feliz”.

Durante uno de sus viajes de exploración, Lisette vivió una experiencia que reafirmó su convicción de que la ciencia puede despertar vocaciones desde la infancia. El año pasado, mientras realizaba trabajo de campo en la Selva Lacandona de Chiapas, conoció a una niña llamada Ilse. Mientras su mamá preparaba comida para los jóvenes investigadores de la UNAM, la pequeña se interesaba por la descripción de los hongos e incluso les ayudaba a identificarlos en un glosario ilustrado que los científicos llevaban.

Todos los días, Ilse esperaba con entusiasmo a que el equipo de la UNAM regresara de la búsqueda de campo y les preguntaba: “¿Qué encontraron hoy en la selva? ¿Ya vieron ese hongo que está allá? ¿Ese hongo se come la madera?”.

Conforme pasaron los días, Lisette se dio cuenta de que Ilse tenía los ingredientes esenciales para desempeñarse dentro de la ciencia: una enorme curiosidad y pasión por aprender sobre su objeto de estudio. “Ella ya es una niña científica, una pequeña micóloga en formación”, afirmó.

Los prejuicios científicos

Regularmente, las mujeres se enfrentan a prejuicios sociales cuando quieren dedicarse a la ciencia. Sin embargo, si no siguen lo que realmente les apasiona, difícilmente podrán aprender y desarrollarse plenamente, señaló la joven académica.

Por ello, recomendó a las niñas y jóvenes que no duden en convertirse en científicas. Aunque haya obstáculos en el camino, no hay que desistir, sino aprender de cada experiencia, abrazar los retos y ser constantes hasta materializar sus sueños.

“Sigan lo que les gusta hacer”, concluyó.

Ideas destacadas

  • Lisette Chávez García es una científica mexicana que ha dedicado su carrera al estudio de los hongos.
  • Su pasión por la naturaleza y la biología la llevó a especializarse en micología desde muy joven.
  • Es docente en la Facultad de Ciencias de la UNAM e imparte clases sobre hongos y su taxonomía.
  • Admira a figuras como María Sabina, Laura Guzmán y Julieta Álvarez Manjarrez por sus contribuciones a la micología.
  • Busca inspirar a nuevas generaciones de científicos, transmitiendo su amor por los hongos a sus estudiantes.
  • En un viaje a la Selva Lacandona, conoció a Ilse, una niña con gran curiosidad por la micología, lo que reafirmó su convicción de que la ciencia despierta vocaciones desde la infancia.
  • A pesar de los prejuicios de género en la ciencia, Lisette alienta a las niñas y jóvenes a seguir sus sueños y dedicarse a lo que les apasiona.