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Mazatlanica de Fritzia Irízar cuestiona los límites entre el objeto y el sujeto, entre lo humano y lo animal

 ¿En función de qué otorgamos valor a ciertos materiales? ¿Qué permanencia tiene la valía y cuál es su relación con la historia? Fritzia Irízar (Culiacán, 1977) investiga sobre el valor de materiales como el oro, los diamantes y las perlas, desde su correlato con los procesos de trabajo, explotación y consumo.
Mazatlanica, exposición que se inauguró el jueves 27 de junio a las 19:00 horas, en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), propone un espacio —un lugar, una especie, una identidad— donde el material “precioso” sirve de hilo conductor para reunir una serie de obras en las que la artista aborda críticamente lo preciado. Irízar evidencia con su trabajo la resistencia física y conceptual del material al diluirlo, desgastarlo, deshacerlo, disolverlo o injertarlo, y da forma así a nuevas corporalidades.
Dependencia entre lo precioso y lo preciado
El escarabajo decorado es el tema del trabajo de la última pieza de la artista Fritzia Irízar y sirve de introducción a la expo¬sición Mazatlanica. El makech concentra los ejes conceptuales que convergen en su obra: la tensión entre lo animal y lo humano (la palabra makech se refiere al insecto pero significa “eres hombre”), y a la vez la relación entre el concepto de valor y la fisicidad de materiales preciosos como oro, diamante o perlas.
La producción de Irízar ha transitado entre el material y la valía que se le atribuye socialmente. Sus obras abordan la dependencia entre lo precioso y lo preciado, entre el propio material y la cons¬trucción de su valor. En esa búsqueda, Irízar explora el intersticio entre el objeto en sí mismo y la creación de deseo: ese espacio abstracto en el que reside el concepto de valor; el rastro que dejan tanto la impronta del material como la huella del anhelo.
Reinterpretando la transformación física
Virginia Roy, curadora de esta exposición junto con Helena Chávez, señala que un núcleo importante de la muestra es el trabajo que Irízar ha hecho en los últimos cuatro años en torno al acontecimiento de la perla. Las piezas de la artista, comenta, ahondan en la tensión que se crea en este fenómeno biológico, reinterpretando la transformación física del material y analizando la construcción social de valor que viene ligada a su comercialización y explotación.
“Las piezas de Fritzia nos sumergen en esa transformación y fas¬cinación del material precioso y convierten al espectador de la exposición en un pescador que extrae y captura sentido. Su bús¬queda es la de un valor fosilizado que la artista ha cuestionado y desgranado en diferentes proyectos. Un ciclo de vida, que, ligado a la ruina del tiempo, vuelve a tomar forma de nuevo.
“La producción de Irízar explora esos urphänomene o fenó¬menos originarios, desde donde cristaliza lo precioso y lo pre¬ciado. Como la crisálida, ese estado equisciente de los insectos antes de ser adultos, esa fase intermedia de la metamorfosis del animal en cuyo proceso se guarecen en una envoltura y cápsula protectora. Y cuya etimología significativamente proviene de la palabra oro. La investigación de Irízar es la de la fragilidad y contingencia: la de la transmutación de la materia y a la vez la relación con el valor que surge de la tensión entre lo histórico, lo animal y lo social. Pura alquimia y metamorfosis iridiscente”, asevera la curadora.
En cuestión, los límites entre el objeto y el sujeto, entre lo humano y lo animal
En el texto que Helena Chávez escribió para el Folio de esta exposición menciona que Fritzia Irízar ha trabajado en los últimos años el problema del valor de materiales preciosos como los diamantes y el oro para pensar formas de trabajo, así como la explotación, producción y consumo que suponen.
Su más reciente investigación, dice, se detiene en un objeto que ha cautivado a la humanidad: la perla. Estos moluscos, señala, han sido el eje que ha permitido a la artista trabajar en una investigación que pone en cuestión los límites entre el objeto y el sujeto, pero también entre lo humano y lo animal, explorando las tensiones sobre el valor a partir de una serie de intervenciones en la ostra, la piel y la historia.
 
“La artista de Culiacán insiste en una práctica artística crítica. Su trabajo, si bien se ha relacionado con la creación de espacios en su comunidad como lo fue Cuadrante Creativo, no renuncia a la experiencia estética que producen sus delicados y sutiles objetos. En los procesos y las obras que resultan de ellos, Irízar invita al espectador a participar de un proceso de desentrañamiento. La belleza del objeto en su obra es la entrada para revisar la historia del valor, de lo que lo sustenta y produce. En su desgaste, lo que va apareciendo es la posibilidad de una historia del trabajo, en la que se anudan tanto las personas como los materiales.
“En un tiempo de crisis y de transición como el que vivimos, tanto en el ámbito mundial como en el nacional, el trabajo de Irízar pone en cuestión los paradigmas de nuestra expe¬riencia sensible. Si bien se ha insistido en el sujeto como forma privilegiada de lo vivo, la artista parte del objeto para cuestionar las jerarquías y buscar poéticas de la existencia más allá de la supremacía de lo humano.”
Cuerpo de obra
Archivo artístico | Pinctada mazatlanica | Cinco conchas prehispánicas | Dimensiones variables
La Paz, en Baja California Sur, fue uno de los centros perleros más importantes a nivel mundial del siglo XIX. La madreperla (Pinctada mazatlanica) y la concha nácar (Pteria sterna) son las especies que habitan en esta región. Irízar propone un archivo o “cuarto de las maravillas” para explorar la historia específica de la Pinctada mazatlanica, y con ella, la historia del noroeste de nuestro país. Este gabinete permite hacer un recorrido donde se enlazan el mundo prehispánico, la conquista y la industrialización del país para mostrar las representaciones de lo indio, el trabajador, la comercialización de la perla y su producción como suvenir.
Sin título (Desde Cleopatra) | 2016 | 3 videos monocanal, concha, radiografía en caja de luz, fotografías y certificados.
Según Plinio el Viejo, Cleopatra y Marco Antonio hicieron una apuesta sobre quién podría servir la cena más cara. Cleopatra desintegró públicamente una perla natural en vinagre, se bebió el coctel y ganó la apuesta. La obra de Irízar recrea el acto en presencia de un notario, quien testifica que la perla, proveniente de Bahrein, el mismo lugar que la de Cleopatra, se desintegra en vinagre y se bebe. Quien bebió la mezcla lloró al enfocar sus pensamientos en la desintegración de los valores y la explotación ocurrida durante siglos en la industria perlera. Las lágrimas producidas se encapsularon cuidadosamente en varios recipientes del tamaño de una perla natural.
Sin título (Injerto madre perla) | 2015-2018 | 4 esculturas creadas por ostras injertadas
Después de investigar los símbolos de monedas y billetes, la artista recopiló algunas de las formas más utilizadas en numismática para producir pequeños moldes de plástico que fueron injertados en ostras de granja en Baja California Sur. Irízar realizó estos injertos en colaboración con biólogos especializados que siguieron los protocolos de cultivo regulados. Estas esculturas revelan las capas de nácar que se formaron durante cuatro años sobre el objeto injertado en el mar.
Sin título (Injerto humano) | 2019 | Participación audiovisual: Julien Devaux | Video HD, 2 proyectores | 3’
Paralelamente al injerto de las ostras, la artista lo hizo con una perla dentro de una persona. La acción de poner esta pieza debajo de la piel genera la negación del valor de la misma cuando se esconde. Lo que busca esta intervención es problematizar el valor del objeto en su premisa de posesión y ostentación. Al estar oculta y sin registro, la perla pierde su valor y lo que queda es su materialidad en un cuerpo humano.
Sin título (Sin aliento) | 2019 | Música: Dafne Vicente- Sandoval | Video 54”
Las mujeres ama son un grupo capaz de sumergirse en aguas frías sin equipo de buceo para recolectar perlas. Actualmente, la última generación de ellas vive en un pequeño pueblo de Toba, Japón, y mantiene esta práctica ancestral de más de 2000 años. Con la explosión de la industria a principios de siglo XX y el cultivo en granjas, la cultura perlera japonesa transformó su legado histórico y posicionó a las ama como una tradición en peligro de extinción. El video muestra a miembros que contienen la respiración durante tantos segundos como pueden.
Sin título (Sobre el desgaste) | 2006 | 5 piezas en oro
Irízar tomó muestras de áreas desgastadas de herramientas que pertenecían a trabajadores de diversas profesiones y oficios cuyo trabajo requiriera un esfuerzo físico significativo. Luego recreó en oro sólido la forma del vacío dejado por el uso de la herramienta, con lo cual la artista recupera imaginariamente la energía invertida por dichos trabajadores. La operación supone una especie de monumento a escala que el mismo trabajador dejó como constancia del uso diario.
Sin título (Makech) | 2019 | Escarabajo vivo con metales y piedras preciosas incrustadas en el dorso | Video HD
El makech o Zopherus chilensis es un coleóptero tenebriónido que se utiliza como ornamento en Yucatán. La costumbre local es “vestirlo” con incrustaciones de oro, plata y piedras preciosas. Aunque se dice que era una costumbre maya, su uso aparece documentado hasta el siglo XIX. En la época, se utilizaba como joya para determinar el estatus social de las mujeres que lo portaban. Hoy todavía pueden encontrarse estos insectos decorados con bisutería en los mercados Mérida. Irízar realiza un makech cubierto de oro y plata, los minerales más explotados actualmente en el país.
Sin título (4.81 mm × 2.95 mm, 0.43 ct, VS2, G) | 2008 | 4 impresiones de inyección de tinta
Irízar coloca entre sus dedos un diamante con las características que el título de la pieza describe. La artista realiza sus actividades cotidianas mientras sostiene la gema entre sus dedos índice y pulgar durante 24 horas. Esta selección de cuatro imágenes presenta distintos momentos, registrados fotográficamente para dar fe del proceso de la acción y de la incisión que el mineral deja en su mano.
Sin título (La desaparición del símbolo) | 2015 | Hilo de oro, sistema de motor y poleas
El gorro frigio tiene su origen en la región de Frigia, Durante la Revolución Francesa y la Independencia de Estados Unidos resurgió como símbolo de libertad. En México, se empleó como símbolo desde 1823 con el establecimiento de la República y hasta la primera mitad del siglo XX. También está presente en mucha de la numismática latinoamericana y en la heráldica de países como Argentina, Bolivia, Colombia o Cuba, entre otras. Irízar presenta un gorro frigio tejido en oro que va desapareciendo a medida que se activa la maquinaria.
Semblanza
Fritzia Irízar (Culiacán, México, 1977) fue parte de los programas de residencias en air-krems en Austria (2013), en Les Récollets, París (2016), y en Head¬lands, San Francisco (2016).
Sus exposiciones más recientes incluyen: Cycles of Collapsing Pro¬gress, Beirut Museum of Art (bema, 2018); XIV Bienal de Cuenca: Estruc¬turas vivientes. El arte como expe-riencia plural, Fundación Municipal Bienal de Cuenca, Ecuador (2018); y CaCO3 en el Orange County Museum of Art, de California, EU (2019).
Irízar obtuvo la beca del programa Bancomer-macg Arte Actual (2011); y fue elegida por la comisión de la Cisneros Fontanals Art Foundation (cifo) de Estados Unidos en su programa de premios y comisiones (2011). Su obra ha sido expuesta en la Bienal del Mercosur en Porto Alegre, Brasil, en dos ocasiones, dentro de las curadurías de Sofía Hernández Chong Cuy y de Gaudencio Fidelis.
Su trabajo forma parte de la Colección Isabel y Agustín Coppel, México; Cisneros Fontanals Art Foun¬dation, EU; Alain Servais, Bélgica; Catherine Petitgas, Londres, entre otras. Actualmente forma parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte de México.