La marihuana, la Cannabis sativa, es una planta que pertenece a la familia cannabaceae, que se caracteriza por tener numerosos compuestos denominados cannabinoides, entre los que destacan el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD), explica la bióloga Vivian Torres Arroyo, del Laboratorio de Biomembranas del Departamento de Farmacología, de la Facultad de Medicina de la UNAM.
El THC tiene un potente efecto psicoactivo, relacionado con el uso recreativo de la planta; por otro lado, en el CBD se encuentran los componentes de las propiedades medicinales.
La Organización Mundial de la Salud señala a la esquizofrenia como un trastorno mental, cuya prevalencia en México es igual que en el resto del mundo, entre 0.7 y 1.3 por ciento.
En una investigación llevada a cabo por el Departamento de Neurociencias Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Calgary y el Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Montreal, en Canadá, se administró THC por vía intravenosa a pacientes con esquizofrenia, encontrando un aumento en la intensidad de los síntomas.
Los resultados de este estudio, titulado “Cannabidiol in humans-the quest for therapeutic targets”, fueron publicados en la revista digital Pharmaceuticals. Los autores de dicho estudio fueron Stéphane Potvin y Simon Zhornitsky.
En la misma línea, un grupo de pacientes vulnerables, es decir, aquellos con antecedentes genéticos de esquizofrenia (por ejemplo, que tenían abuelos que padecieron o padecen esta enfermedad), presentaron síntomas inusuales como percepciones anómalas, paranoia y hostilidad. Por lo tanto, se concluyó que estos factores genéticos hacen a las personas más susceptibles a sufrir episodios de esquizofrenia tras el consumo de marihuana.
En otro estudio, Jodi Gilman, profesora de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard e investigadora en el Centro de Medicina Adictivas del Hospital General de Massachusetts, empleó imágenes cerebrales y descubrió que aquellos hombres y mujeres que comenzaron a consumir marihuana antes de los 17 años mostraban una disminución de la sustancia gris en la corteza cerebral y una proporción más elevada de sustancia blanca, en comparación con un grupo que inició el consumo en etapas más tardías de la vida.
Este estudio, realizado por la Dra. Gilman y su equipo, se tituló “Identification of ∆9-tetrahydrocannabinol (THC) impairment using functional brain imaging” y fue publicado en la revista Neuropsychopharmacology.
Dicha investigación demostró que un mayor volumen de sustancia blanca es indicativo de que el consumo de cannabis durante la pubertad representa un importante factor de riesgo para el desarrollo de esquizofrenia. Cuanto mayor sea la cantidad de cannabis consumida, mayor será el riesgo de experimentar episodios tempranos de la enfermedad.
Además, este estudio desveló el mecanismo por el cual la droga podría provocar sus efectos dañinos en el cerebro durante la pubertad. Se encontró que el principal compuesto psicoactivo del cannabis, el THC, interrumpe el flujo normal de señales entre las células cerebrales.
Normalmente, este proceso es regulado por los endocannabinoides, compuestos que se producen de manera natural en el organismo y que activan un sitio de acoplamiento celular conocido como receptor cannabinoide de tipo 1 (CB1).
El CB1 mantiene la actividad de señalizacióndel cerebro dentro de un rango normal. Una señalización endocannabinoide insuficiente causa una excitación excesiva del sistema nervioso, lo que puede favorecer los trastornos de ansiedad, por ejemplo.
Una dosis moderada de marihuana tiene un efecto de relajación, pero una dosis mayor tiene el efecto contrario: puede causar ansiedad.
La alteración de los flujos de información regulados por los endocannabinoides también se ha relacionado con la esquizofrenia, y se ha encontrado que dosis bajas de THC pueden reducir la ansiedad; por esta razón, al tratar la esquizofrenia algunas veces se dan dosis de marihuana, pero dosis altas pueden aumentar la ansiedad.
La sobreestimulación crónica de los receptores CB1 por el THC apaga el sistema de señalización endocannabinoide natural del organismo y elimina estos receptores de las neuronas.
Es importante dar a conocer estos estudios porque aunque las nuevas leyes que permiten el uso recreativo de la hierba no legalizan el consumo de cannabis entre los adolescentes, eso no ha impedido su consumo. Por otra parte, la aceptación social de cannabis para tratar las náuseas, el dolor y otras molestias es un poco controversial.
Aunque avanza rápidamente la legalización de la planta para uso recreativo, su impacto en el cerebro de los adolescentes sigue siendo uno de los principales focos de investigación, sobre todo por la posibilidad de que los consumidores adolescentes se enfrenten a un mayor riesgo de esquizofrenia.
“Podemos concluir que el consumo de cannabis a temprana edad en personas con carga genética a desarrollar esquizofrenia puede ser el inicio de un episodio psicótico y posteriormente el desarrollo de la enfermedad, principalmente en quienes iniciaron su consumo antes de los 15 o 17 años de edad y han mantenido un consumo regular durante un tiempo prolongado”, explica Torres Arroyo.
Y agrega que los hallazgos de las imágenes cerebrales son marcadores fidedignos de los cambios en la masa encefálica, de los cuales el más frecuente es la pérdida de volumen talámico, que se ha encontrado en consumidores crónicos de cannabis y en pacientes con un diagnóstico de esquizofrenia.
La disminución en el tamaño del hipotálamo podría causar episodios más frecuentes de esquizofrenia.
En un estudio que se llevó a cabo en Dinamarca, los investigadores encontraron que el número de casos de esquizofrenia atribuible al uso excesivo de cannabis era mucho más alto en hombres que en mujeres, en especial en hombres jóvenes, en los que el cerebro aún está madurando.
Ideas destacadas
- La marihuana, a través de su componente THC, puede agravar los síntomas de la esquizofrenia en individuos predispuestos genéticamente. Esto se refiere a aquellos con antecedentes familiares de esta enfermedad, que al consumir marihuana pueden experimentar episodios de esquizofrenia con mayor facilidad.
- El consumo temprano de cannabis, especialmente antes de los 17 años, puede influir en cambios cerebrales significativos. Estos cambios, como la disminución de la sustancia gris y el aumento de la sustancia blanca, se asocian a un mayor riesgo de desarrollar esquizofrenia.
- El THC, el principal compuesto psicoactivo de la marihuana, tiene la capacidad de alterar el flujo normal de señales en el cerebro. Esto puede producir una excitación excesiva del sistema nervioso, lo que potencialmente fomenta trastornos de ansiedad y se ha vinculado con la esquizofrenia.
- A pesar de la tendencia creciente hacia la legalización de la marihuana para uso recreativo, es importante destacar que su impacto en el cerebro adolescente sigue siendo motivo de preocupación. El consumo en esta etapa de desarrollo puede generar un mayor riesgo de esquizofrenia, especialmente en quienes tienen una predisposición genética a la enfermedad.
- Estudios recientes sugieren una correlación entre el consumo crónico de cannabis y la disminución en el tamaño del tálamo, una alteración observada también en pacientes diagnosticados con esquizofrenia. Además, los hombres jóvenes que consumen cannabis de manera excesiva parecen tener un riesgo más elevado de desarrollar esquizofrenia, de acuerdo con investigaciones realizadas en Dinamarca.