En “La gran pirámide de Guiza del capitalismo”, Yásnaya Aguilar reflexiona sobre la relación entre el extractivismo y el colonialismo, y su vínculo indiscutible con la emergencia climática actual. Aguilar aborda las características y consecuencias de estos fenómenos, presentando una amplia gama de argumentos y perspectivas.
El ensayo comienza con el concepto de “impronta”, yuxtaponiendo las prácticas sustentables y las tradiciones de los pueblos indígenas con las intervenciones masivas y permanentes en la naturaleza llevadas a cabo por sociedades más dominantes. Aguilar utiliza la metáfora de las pirámides para ilustrar este contraste, ofreciendo una visión novedosa del impacto humano en el medio ambiente.
La autora profundiza en la definición de “extractivismo”, distinguiendo esta práctica de la simple extracción de recursos naturales. Aguilar defiende la idea de que el extractivismo, tal como lo conocemos hoy, es intrínseco al capitalismo y al colonialismo, en lugar de ser simplemente una forma inevitable de aprovechamiento de los recursos naturales.
Aguilar también aborda la conexión entre el extractivismo y la emergencia climática, sosteniendo que la explotación masiva de los recursos naturales ha llevado a la crisis ambiental actual. La autora denuncia la insostenibilidad del modelo económico capitalista, que se basa en la extracción continua de recursos en un planeta finito.
Por último, el texto plantea el tema de la resistencia al extractivismo, argumentando que las comunidades indígenas, históricamente víctimas de la explotación de sus territorios, están emergiendo como los principales defensores del medio ambiente. La autora subraya la paradoja de que estos pueblos, a menudo despreciados como “subdesarrollados”, están demostrando ser los guardianes más efectivos de los recursos naturales.
No dejes de leer la nota en: Revista de la universidad de México.
Ideas destacadas
- El pueblo indígena sami, dedicado a la crianza de renos, ha dejado marcas sutiles y transitorias en su territorio ancestral a lo largo de la historia, demostrando un estilo de vida nómada y respetuoso con la naturaleza.
- En contraste, sociedades como las que construyeron la Gran Pirámide de Guiza en Egipto y la pirámide Complejo C en La Venta, México, han dejado marcas significativas y permanentes en el paisaje, reflejando una intención de trascendencia y una explotación intensiva de los recursos naturales.
- El juicio sobre el “valor” de una civilización a menudo está relacionado con el tamaño y la magnitud de las construcciones y marcas que ha dejado en la Tierra, desestimando a menudo a las sociedades que han mantenido una relación más sutil y equilibrada con la naturaleza.
- El extractivismo moderno, diferenciado del simple aprovechamiento de los recursos naturales, está ligado a su origen colonialista y actualmente al capitalismo, y ha generado un impacto ambiental significativo, incluyendo la emergencia climática actual.
- Las sociedades capitalistas han desarrollado proyectos extractivos cada vez más agresivos en la era del capitalismo tardío, amenazando los territorios de los pueblos y las comunidades en resistencia.
- Los países de América Latina han sido históricamente utilizados como fuentes de extracción para las metrópolis, lo que contribuye a la percepción de que estos territorios tienen un desarrollo científico y tecnológico pobre.
- El extractivismo representa una amenaza significativa para los pueblos indígenas del mundo, quienes hasta ahora han resguardado la mayor parte de las reservas naturales.
- El sistema capitalista ve la naturaleza y sus recursos como “materias primas” y “mercancías”, en contraste con los pueblos indígenas, que ven a los bienes naturales como dones colectivos.