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Hay que seguir con la vacunación de perros una o dos veces al año

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Nota original de: Gaceta UNAM
Autor de la nota: Mirtha Hernández
Fecha de publicación: 26 de septiembre de 2022
https://www.gaceta.unam.mx/hay-que-seguir-con-la-vacunacion-de-perros-una-o-dos-veces-al-ano/

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  • La enfermedad está presente en 150 países de los cinco continentes, donde se registran unas 60 mil muertes humanas anuales
Foto: archivo Gaceta UNAM.

Aunque México fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el primer país libre de rabia transmitida de perros a humanos, es importante seguir vacunando a los canes contra esta enfermedad, pues hay quienes piensan erróneamente que como ya está controlada no es necesario inmunizarlos, afirma Jorge Francisco Monroy López, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ).

“Si suspendemos la vacunación es muy probable que el problema vuelva a surgir, porque tenemos reservorios naturales de la enfermedad, animales de vida silvestre como los murciélagos, zorros, zorrillos y mapaches. El problema también es fuerte para la ganadería, pues hay vacas y caballos que aún mueren por esta enfermedad”, señala el experto con motivo del Día Mundial contra la Rabia, que se conmemora el 28 de septiembre, en homenaje a Louis Pasteur, quien produjo la primera vacuna contra este mal.

En nuestro país, prosigue el universitario, los pocos casos ocasionales de rabia que aún se presentan en humanos han sido por contacto con especies distintas a los perros. Advierte que siempre hay que sospechar de un animal silvestre que se acerca a las personas, pues lo natural es que huyan. “Cuando no lo hacen pueden estar enfermos, y es posible que sea rabia”, dice.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), esta enfermedad está presente en 150 países de los cinco continentes, donde se registran unas 60 mil muertes humanas anuales; en la gran mayoría de los casos el perro es la fuente de infección.

En América Latina y el Caribe desde 1983 se ejecuta el Programa de Eliminación de la Rabia Humana Transmitida por el Perro, coordinado por la OPS y la OMS, el cual ha logrado reducir en más de 95 por ciento los casos, tanto en humanos como en canes.

Se estima que cada año se vacunan cerca de 100 millones de perros en campañas de inmunización. La recomendación de estos organismos es mantener una cobertura de inoculación arriba de 80 por ciento en perros, como estrategia para reducir la circulación del virus.

“Hay que seguir con la vacunación una o dos veces al año. Normalmente hay una campaña alrededor de marzo y otra de reforzamiento en zonas de mayor riesgo justamente por septiembre”, comenta el universitario.

La estrategia del gobierno mexicano para controlar la rabia contempla también acciones estrechas con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, a través del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, y del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades, entre otros, agrega.

Este 2022 esta efeméride tiene como lema: “Rabia: una salud, cero muertes”. Para Monroy López la frase muestra que ésta es la zoonosis más conocida y de mayor impacto, pero no es la única. Afirma que hay cerca de un millón 700 mil virus en la naturaleza, y se estima que la mitad tiene un potencial para transmitirse al ser humano, pero sólo hemos identificado menos del uno por ciento.

“El control de la rabia es emblemático para que podamos contener otras zoonosis”, asevera.

La conmemoración, añade, debe ser también un llamado para que aprendamos a convivir sabiamente con los animales, con las especies de compañía, que las protejamos, y en el caso de los perros los operemos para evitar su reproducción descontrolada.

Un mal aterrador

Francisco Monroy López explicó que la rabia es una enfermedad aterradora. El virus causante llega a algún nervio periférico y a partir de ahí se multiplica para arribar al sistema nervioso central, donde destruye las neuronas y las obliga a producir nuevos virus.

Los individuos afectados pierden la capacidad de controlar sus músculos y tienen cambios de comportamiento. También presentan hiperestesia –aumento anormal y doloroso de la sensibilidad táctil–, hiperacusia –hipersensibilidad auditiva– y fotofobia –intolerancia anormal a la luz.

“Sienten mucho más, son hipersensibles y eso les produce dolores de cabeza. Además, se les dificulta beber agua y comer; lo más humanitario es sedarlos. Las personas que mueren son principalmente por paros cardiorrespiratorios”, añade el académico de la FMVZ.

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