El pasado 14 de octubre de 2024, la misión Europa Clipper despegó con éxito desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida. Este ambicioso proyecto marca el inicio de un viaje histórico hacia Europa, una de las lunas más enigmáticas de Júpiter, conocida por albergar un vasto océano bajo su superficie helada. Lanzada a bordo de un cohete Falcon Heavy de SpaceX, el despegue fue recibido con entusiasmo y esperanza, abriendo una nueva etapa en la exploración de mundos oceánicos más allá de la Tierra.

NASA/JPL-Caltech
Un lanzamiento histórico y una misión innovadora
Europa Clipper es la primera misión de la NASA dedicada exclusivamente al estudio detallado de una luna oceánica. Con su llegada a Júpiter programada para abril de 2030, la nave tiene como objetivo principal determinar si las condiciones en Europa podrían sustentar la vida. Según investigaciones previas, existe evidencia de que bajo la capa helada de esta luna se esconde un océano salado, posiblemente más grande que todos los océanos terrestres juntos. Esta condición ha suscitado un interés particular, pues podría albergar los ingredientes necesarios para la vida tal como la conocemos.
El cohete despegó a las 12:06 p. m., hora del Este, desde la plataforma 39A, deslumbrando el cielo azul de Florida. Apenas cinco minutos después, la segunda etapa del cohete se activó, permitiendo que la sonda quedara expuesta y lista para iniciar su viaje. Una hora más tarde, Europa Clipper se separó con éxito del cohete, estableciendo comunicación con el Centro de Redes Espaciales Profundas de la NASA en Canberra, Australia. El equipo de misión celebró al confirmar que todos los sistemas de la nave funcionaban correctamente.

Crédito: NASA/Kim Shiflett
La nave recorrerá 1,800 millones de millas (2,900 millones de kilómetros), aprovechando asistencias gravitacionales de Marte y la Tierra en 2025 y 2026 respectivamente, para ganar velocidad y asegurar una llegada eficiente a la órbita de Júpiter. Con su batería de nueve instrumentos científicos, Europa Clipper buscará recopilar información detallada de la superficie, la atmósfera y el interior de Europa, empleando desde radares de penetración de hielo hasta cámaras de alta resolución.
Un esfuerzo colaborativo global hacia el futuro
Más de 4,000 personas han contribuido al desarrollo de la misión desde que fue aprobada oficialmente en 2015. La nave ha sido diseñada y construida por un equipo multidisciplinario liderado por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, en colaboración con el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins y otros centros de la NASA. Su enorme estructura, que incluye los paneles solares más grandes jamás utilizados para una misión interplanetaria, se extiende hasta 30,5 metros, permitiendo que la nave genere suficiente energía incluso en las frías y lejanas regiones de Júpiter.
“Nuestro viaje hacia una luna oceánica más allá de la Tierra marca un hito en la exploración planetaria”, comentó Bill Nelson, administrador de la NASA. “Europa Clipper no solo profundizará nuestro conocimiento sobre la habitabilidad en nuestro sistema solar, sino que también nos acercará a responder una de las preguntas más antiguas: ¿estamos solos en el universo?”
Si se confirma que Europa cuenta con las condiciones adecuadas para la vida, las implicaciones serían profundas, ya que sugeriría que la vida podría desarrollarse en múltiples entornos en todo el sistema solar y más allá. La sonda se acercará hasta a 25 kilómetros de la superficie de Europa en 49 sobrevuelos previstos a partir de 2031, buscando pistas sobre la posible existencia de vida en el océano subterráneo.
El lanzamiento de Europa Clipper es más que un capítulo nuevo en la exploración de nuestro sistema solar; es un salto hacia la resolución de uno de los misterios más fascinantes de la astrobiología. La misión tiene la capacidad de transformar nuestra comprensión del universo y de la potencial habitabilidad de otros mundos, mientras la humanidad continúa su búsqueda de respuestas en el cosmos.
Con información de la NASA