Además de los poemarios escritos en México, León Felipe elaboraba guiones de televisión de los que, un buen día, seleccionó ocho para componer una obra teatral: El Juglarón, publicada en 1961 y que consta de ocho piezas cortas.
Luego de cincuenta y cinco años, El Juglarón vuelve a escena con el Carro de Comedias de la UNAM, que retoma cuatro de las ocho historias: “La mordida”, “Justicia de Sancho”, “Princesa Doña Gauda” y “Tristán e Isolda”. Cervantes y un juglar —personaje que, a grandes rasgos, iba de un lugar a otro contando historias— son quizá los elementos de la tradición literaria europea que reconocemos a golpe de vista y que León Felipe coló en esta obra para mantenerse en diálogo con España. En la adaptación, los duendecillos del reparto original no aparecen, sin que ello sea un factor que demerite el trabajo realizado para este montaje en el que, además, la música resulta un elemento indispensable.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_masonry_media_grid grid_id=”vc_gid:1479672668701-6a0b44b0-bc50-5″ include=”4208,4205,4209″][/vc_column][/vc_row]