Su trabajo explora la forma en que a través de un proceso de transformación es posible que un objeto se convierta en algo nuevo, una imagen-fantasma. Dos obras previas, Epílogo (2015) y Baneque (2016), despliegan las nociones de alquimia y transformación. Gestos y acciones en su condición invisible pueden producir nuevos objetos. Este conjunto de acciones, procedimientos y objetos establecen una cadena de asociaciones previamente ocultas, improbables o inesperadas, pero sobre todo enigmáticas. Vinculan temporalidades tanto históricas como imaginarias, lo mismo que geografías, hechos y personajes distantes entre sí.
Baneque, un cristal de agua, es el reducto de la evaporación del agua salada recogida en el Océano Atlántico, en las coordenadas exactas de una isla fantasma descrita en los mapas del primer viaje de Cristóbal Colón al continente americano, pero jamás vuelta a divisar. Mientras que, en Epílogo, Santillán toma como punto de partida la escritura del filósofo alemán Friedrich Nietzsche. Mediante un pequeño trozo de papel mecanografiado perteneciente al filósofo, y de la danza y el cuerpo —aspectos esenciales en su pensamiento —, Nietzsche es reinscrito en el presente.
En la obra de Santillán aparecen preguntas de carácter epistemológico, una interrogación sobre la forma en que construimos conocimiento en Occidente. Este es el tema principal de una de sus nuevas piezas, Solaris (2016-2017), presentada por primera vez en esta exposición. En ella, el artista busca comprender el mecanismo por el cual el conocimiento astronómico se produce a través de observaciones indirectas (mecánicas o matemáticas) mediadas por instrumentos y dispositivos ópticos. La pregunta sobre la astronomía no se realiza desde una confrontación con la ciencia sino a partir de una respuesta estética; el resultado de esta operación es al mismo tiempo un instrumento de observación y las imágenes producidas por él. Tres lentes hechos con arena del desierto de Atacama adaptados a cámaras fotográficas producen imágenes borrosas del mismo desierto. Lugar que es uno de los sitios privilegiados para la observación astronómica, donde se ubican dos de los telescopios más potentes existentes hasta hoy.
Su trabajo se desarrolla a través de dispositivos narrativos, vinculados a la literatura y al mito, ya que es bajo estas estructuras en donde las conexiones improbables son posibles. Siguiendo este enunciado, Enciclopedia Quemada(2016-2017), hecha de doce tabletas de arcilla quemada, despliega una narración no lineal que conecta textual y gráficamente las historias detrás de las piezas exhibidas. Hechos azarosos cobran sentido a través de esta narración enigmática. El material y la forma de esta enciclopedia evocan el comienzo del lenguaje escrito y, por lo tanto, de la historia. El título refiere al pensamiento enciclopédico y la base sobre la que se construye el pensamiento científico moderno, la forma en que se produce, organiza y compila.
Vaciado (2017), también inédita, prosigue la investigación sobre los gestos y acciones. En este caso, Santillán toma como punto de partida una condición médica que no tiene una explicación científica concluyente: el síndrome del miembro fantasma, o el dolor fantasma, experimentado por las personas con amputaciones. A través de un performance, similar a un ritual, hecho por cinco performers y una persona con esta condición, la extremidad faltante aparece simbólicamente y es albergada en una caja de madera. Bajo el mismo procedimiento que en Epílogo, la coreografía y el movimiento del cuerpo, son la vía para hacer aparecer la condición fantasmática de los objetos.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_video link=”https://www.facebook.com/MUAC.UNAM/videos/10155716819379756/”][/vc_column][/vc_row]