Cada año, al llegar el Día de Reyes, una imagen cobra vida en la memoria popular: tres figuras, Melchor, Gaspar y Baltazar, avanzan bajo un cielo estrellado, cada uno montado en un animal: un caballo, un elefante y un camello.
El camello se ha convertido en un símbolo inseparable de la travesía de los Reyes Magos hacia Belén. De hecho, en tiempos antiguos, estos animales eran el medio de transporte más confiable y versátil en Medio Oriente y el norte de África. ¿Por qué?
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Los camellos tienen una serie de adaptaciones que les permiten sobrevivir a temperaturas extremas, desde más de 40 grados hasta menos de 5 grados, explicó en entrevista Sandra Carrillo Pérez, profesora de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán. Estos animales pertenecen al orden de los artiodáctilos.
Además de soportar climas extremos, los camellos poseen características que resultan beneficiosas para los seres humanos. Por ejemplo, pueden cargar entre el 25 y el 50 % de su peso, alcanzar velocidades de hasta 60 km/h y recorrer distancias de hasta 12 horas continuas. Estas cualidades los hicieron ideales para la domesticación.
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Características
El camello tiene un pelaje grueso que le permite regular su temperatura, ya sea para enfriarse o calentarse según lo necesite. De esta forma no suda y evita perder agua como le pasaría a un humano.
Este animal puede beber hasta 100 litros de agua en 15 minutos. Una persona no puede consumir ni 5 litros en ese tiempo sin riesgo de sufrir intoxicación hídrica, ya que las células se llenarían de agua y estallarían. Además, los camellos pueden sobrevivir sin beber agua durante 10 a 15 días aproximadamente.
Su joroba está formada por grasa, lo que les permite pasar meses sin consumir alimentos, ya que tienen una reserva muy diferente a las acumulaciones de grasa en los humanos. “Si fuera igual, no podrían regular su temperatura en el desierto”, explicó Carrillo.
Cuando el camello carece de alimento, su joroba disminuye, y cuando vuelve a comer, recupera su tamaño. “Es como un almacén que no sólo genera energía, sino que cuando se metaboliza, la transforma en agua”.
Otra característica notable es que, cuando orinan, pierden muy poca agua, ya que su orina es sumamente concentrada y sus heces son muy secas. “La mayoría de los mamíferos tienen heces con cierto contenido de líquido para facilitar su eliminación; el camello optimiza esa agua para no perderla.”
Sus belfos superiores (la parte carnosa de los labios) tienen una gran utilidad. Cuando gotea líquido de su nariz, lo absorben con el belfo superior. También ayudan a masticar por ambos lados, lo que les permite comer vegetales difíciles de digerir, como arbustos espinosos, plantas llenas de celulosa o de alto contenido en sal, típicas del desierto.
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Además, los camellos requieren consumir bloques de sal, aproximadamente 120 gramos al día, para mantener sus niveles de minerales. Si tuvieran que beber agua salada, podrían hacerlo sin mayores problemas. “Estas son adaptaciones desarrolladas para sobrevivir”, explicó Carrillo.
Para enfrentar tormentas de arena, los camellos pueden mover sus orejas de modo que la arena no entre en sus conductos auditivos. Su nariz alargada también impide que la arena penetre y dificulte su respiración.
En sus ojos, cuentan con una glándula que actúa como un tercer párpado, similar a un parabrisas, que evita que la arena entre en contacto con el globo ocular.
La mayoría de los artiodáctilos tienen pezuñas, pero los camellos poseen patas con cojinetes plantares que les permiten no hundirse en la arena del desierto.
Existen tres tipos de camellos:
- Camello dromedario (Camelus dromedarius): Es el más común y conocido, especialmente en las regiones áridas del norte de África, el Medio Oriente y algunas zonas de Asia. El dromedario tiene una sola joroba.
- Camello bactriano (Camelus bactrianus): Este camello tiene dos jorobas, y se encuentra principalmente en Asia Central, en áreas como Mongolia y China. Las jorobas del camello bactriano también almacenan grasa, lo que les ayuda a sobrevivir en climas extremadamente fríos y áridos.
- Camello salvaje (Camelus ferus): Es una especie más rara y menos conocida que el dromedario y el bactriano. Se encuentra en estado salvaje en algunas partes de Asia Central, principalmente en las zonas desérticas de China y Mongolia.
De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), esta especie se encuentra en peligro crítico. Aproximadamente quedan mil ejemplares en vida libre, por lo cual la Fundación para la Conservación de la Vida de los Camellos Salvajes recaba fondos para abastecer de alimento a estos animales.
Además, hay proyectos de conservación y reproducción, pero son complicados debido a que cada hembra tarda dos años en dar una cría, resaltó la académica universitaria. Está en peligro debido a la pérdida de su hábitat y la cacería furtiva, concluyó la académica universitaria.
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Ideas destacadas
- Los camellos han sido un símbolo importante de los Reyes Magos y su travesía.
- Poseen adaptaciones únicas que les permiten sobrevivir en condiciones extremas de calor y frío.
- Su joroba almacena grasa que se metaboliza en energía y agua.
- Las especies de camellos incluyen al dromedario, el bactriano y el salvaje.
- El camello salvaje está en peligro crítico debido a la pérdida de hábitat y la cacería furtiva.