El Buen Fin está en todas partes: en restaurantes, plataformas digitales, bancos y tiendas departamentales. En estos lugares se pueden adquirir todo tipo de artículos, desde motonetas, motocicletas y automóviles hasta ropa y artículos para el hogar, como estufas, lavadoras y hornos de microondas. Casi todo se ofrece con descuentos y promociones especiales.
El Buen Fin es un programa diseñado por la Secretaría de Economía en 2011 para incentivar el mercado interno, estimular el comercio formal, garantizar los derechos del consumidor y apoyar a la economía familiar.
De acuerdo con la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur), el Buen Fin de 2023, con ventas de 151 mil millones de pesos, ha sido el mejor desde su inicio en 2011, con un aumento en las ventas de un 7.9 % en comparación con 2022.
“El Buen Fin tiene un impacto en el consumo tanto en la Ciudad de México como a nivel nacional; no dudo que en estos cuatro días (del viernes 15 al lunes 18) se puedan superar un poco las ventas del año pasado, incluso hasta por la inflación”, explica César Armando Salazar López, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
“Debemos considerar que la economía crece menos que en 2023, año en que cerró con un aumento del tres por ciento; ahora estamos en torno al 1,5 %, la mitad”, añade.
Aunque hay una desaceleración en el crecimiento económico, Salazar destaca que este es un tema psicológico, que va más allá de la actividad económica. “El Buen Fin es como una fiesta; es como decir: Bueno, pues vamos a comprar”.
“Al reflexionar sobre el Buen Fin es como si se nos diera un permiso especial para gastar. Quizá compremos algo que no tenemos y pudiera haber alguna promoción. Por eso vamos a la tienda, a ver si encontramos algo; regularmente, si alguien sale a buscar algo, lo va a encontrar”.
A meses sin intereses
De acuerdo con el académico, muchos estudiosos del tema consideran que, en realidad, uno no encuentra algo más barato, sino la posibilidad de adquirirlo a meses sin intereses.
“Mediante el crédito nos facilitan adquirir algo con un descuento no tan significativo, pero con la posibilidad de llevarlo a meses sin intereses, lo cual lo hace más asequible para las familias. Tienen la ilusión de llevárselo sin dar un centavo o de diferir su pago a 20 meses”.
En microfinanzas se destaca que, en apariencia, comprar un televisor a meses sin intereses en lugar de pagarlo de contado es más asequible y manejable.
“Pero las familias cometen el error de comprar más de un artículo a meses sin intereses, sin considerar que los pagos se acumulan. Esto es como la cruda de la fiesta de comprar, más allá de la euforia psicológica. El otro lado es cuidar nuestras finanzas lo más que podamos”.
Comprar en línea
“Otro elemento que cada año cobra más relevancia es que ya no solo compramos en tiendas físicas, pues el comercio electrónico y las diversas plataformas son ahora un factor muy importante. Hay que seguir cómo evolucionan las ventas en internet”.
El riesgo de comprar en línea va más allá de recibir un producto que no cumpla con las expectativas en color o talla. Los consumidores enfrentan amenazas más serias, como fraudes, robo de identidad y problemas de seguridad en sus datos financieros. Durante el Buen Fin, la Policía Cibernética recibe miles de reportes de fraudes electrónicos, lo que hace importante extremar precauciones al realizar compras en línea. Además, el sobreendeudamiento es una preocupación cuando las ofertas de meses sin intereses fomentan compras impulsivas.
“Los consumidores, sobre todo los más jóvenes, están tan acostumbrados a comprar y a regresar sus artículos que ya no lo consideran como un riesgo; más bien les da flojera ir a la tienda. Para qué salir si lo puedo hacer en la plataforma”, dice Salazar López.
Tiendas abarrotadas de compradores
Hay una euforia por comprar, y en el próximo Buen Fin veremos plazas abarrotadas. “Creo que las ventas serán principalmente a meses sin intereses, y también habrá promociones como 3 x 2 o descuentos del 50 % en una segunda prenda, con mucha gente saliendo a hacer uso de su capacidad de compra o crédito”.
A diferencia del Black Friday, en el que parece haber cosas que realmente valen la pena, aquí encontraremos promociones de pago a largo plazo que para algunas familias resultan atractivas.
“Después vendrá la cuesta de enero, pero mi pronóstico es que el Buen Fin seguirá porque nos pone en ánimo de fiesta para comprar. La recomendación sería que las familias cuiden su capacidad de endeudamiento”.
La cuesta de enero y el Buen Fin
Originalmente, la cuesta de enero se refería al incremento de precios al inicio del año, un proceso inflacionario relacionado con el aumento en productos y servicios del Estado, como la gasolina y los impuestos.
También se hablaba de la resaca de haber agotado ahorros y aguinaldos. Por cierto, no todos los trabajadores reciben aguinaldo, lo cual es importante mencionar.
Hoy, con las fiestas iniciando con el Buen Fin, seguido de las compras navideñas, la cuesta de enero deja a muchas familias con poca liquidez y gastos regulares. “El Buen Fin abona a la cuesta de enero, pues los primeros pagos mínimos vienen en diciembre y enero, cuando las familias empiezan a resentirlo”.
En todo caso, el Buen Fin es una estrategia de mercadeo que intenta seducir con descuentos para adelantar compras navideñas y a meses sin intereses, insiste el académico.
El Buen Fin continúa como una de las temporadas de consumo más significativas en México, estimulando la economía pero también generando desafíos financieros para las familias. Consumir de forma responsable y evitar el endeudamiento excesivo es clave para que el Buen Fin sea realmente una oportunidad de ahorro y bienestar.