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Donde la cultura de lo escrito se une con la cultura de lo audiovisual


El cine llegó a México el 6 de agosto de 1896 y desde ese momento se “inició un diálogo, una interacción, entre la prensa, la literatura y el nuevo medio de comunicación”, una conversación que se amplió y profundizó durante la primera mitad del siglo xx en nuestro país, cuando “los literatos que escribían en la prensa –novelistas, poetas y también los que hacían meramente periodismo– concedieron atención al cinematógrafo, que muy pronto, en el mundo y en México, encontraría en la literatura una de las fuentes más promisorias para nutrir las historias que cuenta a través de las pantallas”.

Analizar ese periodo de la cultura cinematográfica mexicana es la intención del libro Tinta, papel, nitrato y celuloide. Diálogos entre cine, prensa y literatura en México, coordinado por Francisco Martín Peredo Castro e Isabel Lincoln Strange Reséndiz y editado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) y la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM.

Además de textos firmados por los coordinadores del volumen, éste incluye colaboraciones de Carmen García Venegas, Blanca Aguilar Plata, Pilar Mandujano Jacobo, Alfonso Macedo Rodríguez, Federico Dávalos Orozco, Jacquelinne Sánchez Arroyo, Magda Lillalí Rendón García y Rafael López González, quienes comparten en su trabajo un interés por el cine, la literatura y la prensa desde un contexto sociohistórico.

Isabel Lincoln Strange recordó que la idea que dio pie al proyecto surgió durante su estancia como investigadora del Centro de Investigación en Ciencias de la Comunicación en la FCPyS:

“Tenía en mente este proyecto sobre literatura y cine. Era algo que traía en la cabeza para desarrollar porque me había enfrentado a las novelas cinematográficas; las había visto, tocado y revisado, y quería adentrarme en este tema en particular. Impulsada por el profesor Federico Dávalos Orozco, me acerqué al doctor Francisco Peredo y él me orientó en este sentido: sugirió hacer el proyecto más amplio para darle cabida a otras manifestaciones culturales. Él sugirió abrirlo a cine, literatura, prensa e historia”.

Por su parte, Peredo rememoró que en ese momento se encontraba “trabajando sobre las adaptaciones de la literatura universal, latinoamericana y española en el cine mexicano. Pudimos hacer una muy buena conjunción de los intereses que Isa en lo personal traía con los que tenía yo y con lo que sabíamos que nuestros colegas estaban trabajando en el Centro, relacionado con prensa, literatura e historia”.

Intersecciones cinematográficas

Los temas que se presentan en Tinta, papel, nitrato y celuloide ponen “la atención en la conjunción de la cultura de lo escrito con la cultura de lo audiovisual, porque creo que ése es común denominador de todos”, explicó Peredo.

“Si uno ve las colaboraciones de Carmen García Venegas y Blanca Aguilar Plata, por ejemplo, se centran en estudios de prensa que remiten a la cultura de lo audiovisual, porque los suplementos de moralización y educación de los niños durante el Porfiriato nos hablan de una época en que el cine causaba mucha preocupación. Lo que los niños podrían aprender a través del cine en términos de cómo cometer delitos, etc., se utilizó para ‘moralizar’ a través de la crítica en prensa y la censura. Blanca Aguilar nos habla, por ejemplo, de suplementos culturales como El Universal Ilustrado y cómo se referían ahí novelas que primero se publicaban por entregas en prensa y después como obras literarias unitarias, para finalmente ser adaptadas para el cine”.

“Así sucesivamente, con las colaboraciones de Pilar Mandujano Jacobo, Alfonso Macedo Rodríguez, Federico Dávalos –que hace una contribución importante como todas, a propósito de toda esta conjunción entre prensa, literatura y cine como industria cultural–, hasta llegar al punto en el que se abre la puerta para que podamos entrar Isabel, Jaquelinne Sánchez Arroyo y un servidor con lo que tiene que ver específicamente con cultura del cine en relación con obras literarias que se adaptan para el cine o en relación con cómo el cine dio lugar a otro tipo de literatura popular que fue la ‘novelización’ de las películas en pantalla”.

“Es muy importante también la colaboración de Rafael López con la labor de Efraín Huerta como crítico cinematográfico, otra forma de interacción de la cultura cinematográfica con la cultura de la prensa escrita a través de la crítica. Lo que concluimos es que todos tienen una incidencia sobre las comunidades de espectadores. Ésa es una parte que nos importaba: los que leen prensa, los que consumen literatura, los que consumen los productos de industrias subsidiarias o adyacentes al cine –como la novelización de las películas– y la forma en cómo se intersectan entre sí diversas industrias, en un entorno de cruce de la cultura de lo escrito con la cultura de lo audiovisual”, añadió el investigador cinematográfico.

Por su parte, Isabel Lincoln Strange Reséndiz señaló que “la cultura cinematográfica se va enriqueciendo poco a poco; no nace como tal. Se conforma como una industria en varios sentidos. Algunas de las primeras vistas que se filman están relacionadas con la literatura, porque eran representaciones teatrales o representaciones de obras literarias. Me parece que el cine surge tomado de la mano de la literatura; es algo que siempre me ha llamado la atención. Finalmente, existe siempre una estrecha relación entre el cine y la literatura, y una gran parte de lo que en algún momento nos llevó como mexicanos a tener una industria cinematográfica importante fue la existencia de la adaptación literaria”.

“Se trata de un período interesante de nuestra historia que va de finales del siglo xix a mediados del siglo xx, casi llegando a los 60, en el que se observa una panorámica del vínculo entre estas tres formas de cultura –el cine, la literatura y la prensa– junto a otras que menciona el doctor Dávalos: el teatro, la música, la industria radiofónica, la industria editorial, la industria publicitaria del cartel, las fiestas populares… que es interesante cómo se vinculan, cómo la prensa publicitaba la literatura y el cine. Estas revistitas publicitaban a la vez novelas para que la gente leyera, con fotografías y demás”, añadió la también coordinadora académica de la maestría en Comunicación Integral y Transformación Social de la Universidad Anáhuac México.

Actualmente, Tinta, papel, nitrato y celuloide. Diálogos entre cine, prensa y literatura en México puede ser adquirido en formato digital (http://www.libros.unam.mx/tinta-papel-nitrato-y-celuloide-dialogos-entre-cine-prensa-y-literatura-en-mexico-9786073036580-ebook.html) y, próximamente, llegará a las Librerías UNAM en formato físico. Mientras se reinician las actividades formalmente, y hasta que se dé por terminado el confinamiento, se puede contactar a la FCPyS para adquirirlo mediante cita a través del correo suscripciones@politicas.unam.mx.