Este 10 de septiembre de 2024 se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, una fecha establecida para generar conciencia sobre la importancia de la prevención del suicidio a nivel global. Organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP), este día busca romper el estigma en torno a este tema, promover el diálogo abierto y subrayar que el suicidio puede prevenirse.
El lema de 2024-2026, “Cambiar la narrativa”, invita a todos —individuos, comunidades, organizaciones y gobiernos— a participar activamente en esta labor. La campaña tiene como objetivo derribar barreras, crear una cultura de comprensión y apoyo, y ayudar a quienes se encuentran en situaciones vulnerables a recibir el respaldo necesario para evitar el suicidio. En esta misión, cada persona puede desempeñar un papel importante, desde ofrecer una mano amiga hasta abogar por políticas públicas que fortalezcan la salud mental.
Suicidio en las Américas: una realidad alarmante
Las cifras relacionadas con el suicidio en la Región de las Américas son alarmantes. En 2021, se registraron 100,933 muertes por suicidio en la región. Entre 2000 y 2019, la tasa de suicidio aumentó en un 17%, siendo América del Norte y el Caribe no latino las áreas con las tasas más altas.
Además, el 79.4% de las muertes por suicidio en 2019 correspondieron a hombres, aunque el aumento más significativo en las últimas décadas ha sido entre mujeres. Este cambio pone de relieve la importancia de adaptar las estrategias de prevención para abordar las necesidades de los diferentes grupos.
Los adultos de mediana edad (40-69 años) representan el 38% de los suicidios en la región, seguidos de los adultos mayores (70+ años) con un 32.8%. Estos datos subrayan que el suicidio no es solo un problema juvenil, sino que afecta a personas en diversas etapas de la vida.
La importancia de la acción colectiva
La prevención del suicidio requiere un enfoque colectivo. Cambiar la narrativa implica hablar de manera abierta sobre el tema, educar sobre los factores de riesgo, y promover redes de apoyo y programas comunitarios de salud mental. Iniciativas como la capacitación de profesionales, el acceso a atención psicológica y el fomento del bienestar emocional son cruciales para reducir las tasas de suicidio.
Este 10 de septiembre, el llamado es a romper el silencio, eliminar los prejuicios y trabajar juntos en crear un entorno de apoyo y comprensión. El suicidio no es una decisión inevitable, y entre todos podemos construir una sociedad que priorice la vida, el bienestar y la salud mental.