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Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer

La conmemoración del Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer nos recuerda una realidad alarmante: 736 millones de mujeres en el mundo, aproximadamente una de cada tres, han experimentado violencia física o sexual. Esta cifra no solo refleja un problema social y de derechos humanos de magnitud global, sino también una crisis que se ha intensificado en diversos ámbitos, desde el entorno laboral hasta los espacios virtuales. Los efectos de la pandemia, conflictos bélicos y el cambio climático han exacerbado esta situación, evidenciando la necesidad de respuestas contundentes y de inversión en prevención.

Lamentablemente, el apoyo financiero global para abordar esta problemática es insuficiente. Solo el 5% de la ayuda gubernamental mundial se destina a la lucha contra la violencia de género, y menos del 0,2% se invierte en su prevención. Esta falta de recursos limita la capacidad de las organizaciones de mujeres, la mejora en legislación, la aplicación de justicia, y la provisión de servicios para supervivientes, así como la capacitación de los agentes del orden público. La violencia de género no solo afecta a las víctimas, sino que representa un costo para toda la sociedad.

El impacto profundo de la violencia de género

La violencia contra las mujeres y niñas a menudo permanece silenciada, perpetuando la impunidad de los agresores y la estigmatización de las víctimas. Se manifiesta de diversas formas: violencia física, sexual, psicológica, acoso, explotación sexual, matrimonio infantil, entre otras. La definición amplia de la violencia contra la mujer incluye cualquier acto que resulte en daño físico, sexual o psicológico, tal como lo establece la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer de la ONU en 1993.

Los efectos de esta violencia son devastadores en todas las etapas de la vida de una mujer, afectando su salud mental, sexual y reproductiva, y limitando sus oportunidades en educación y empleo. Algunas mujeres y niñas enfrentan vulnerabilidades adicionales debido a su edad, identidad sexual, origen étnico, condición de salud o contexto socioeconómico.

La violencia contra la mujer es un obstáculo significativo para alcanzar igualdad, desarrollo, paz y el respeto a los derechos humanos. Sin poner fin a esta violencia, no podemos cumplir con la promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de no dejar a nadie atrás.

Para una exploración más profunda de este tema, los invitamos a consultar las notas adicionales de nuestro Especial, donde profundizamos en las historias, estrategias y soluciones para enfrentar este desafío global.