El 9 de agosto de cada año se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, una efeméride proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 49/214 del 23 de diciembre de 1994. Esta fecha conmemora la primera reunión del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Pueblos Indígenas, que tuvo lugar en 1982, y destaca la importancia de proteger y promover los derechos, culturas y territorios de los pueblos indígenas en todo el mundo.
Los pueblos indígenas son herederos de una vasta diversidad lingüística, cultural y de conocimientos ancestrales que han perdurado a través de generaciones. Con más de 476 millones de personas en 90 países, representan el 6.2% de la población mundial. Su relación con la tierra y sus formas de organización social, económica y cultural son distintas de las normas predominantes en las sociedades en las que viven, lo que los convierte en guardianes de tradiciones únicas y en agentes fundamentales para el cambio y la sostenibilidad ambiental.
Cada año, la UNESCO y otras organizaciones internacionales aprovechan esta fecha para visibilizar la situación de los pueblos indígenas y promover iniciativas que defiendan sus derechos y modos de vida. En 2024, el tema central de la conmemoración es “Protegiendo los derechos de los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario y Contacto Inicial”, enfatizando la necesidad de respetar la autodeterminación de aquellos pueblos que eligen vivir en aislamiento del mundo exterior.
A pesar de los avances en la creación de marcos legales internacionales, como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, muchos pueblos originarios aún enfrentan desafíos significativos, incluyendo la marginación, la pérdida de sus tierras ancestrales y la amenaza a sus culturas. Por ello, el llamado a un nuevo “contrato social” que incluya a los pueblos indígenas en la toma de decisiones es crucial para asegurar su bienestar y el de la humanidad en su conjunto.
Este día nos invita a reflexionar sobre el rol vital que los pueblos indígenas juegan en la preservación del medio ambiente y en la construcción de sociedades más justas y equitativas. Reconocer sus derechos y aprender de sus conocimientos es fundamental para avanzar hacia un futuro más inclusivo.