Son los mejores amigos del hombre, pero en algún momento y por cualquier razón los perros se pueden volver agresivos y atacar sin el menor aviso, tanto a otros perros como a las personas. Ya sea por haber experimentado ataques constantes a lo largo de su vida o por haber vivido un hecho infortunado se puede disparar su ferocidad.
Ante esta situación, es importante identificar dónde podemos llevar a nuestro perro para que sea reeducado y vuelva a ser socialmente estable, de manera que pueda convivir con los humanos sin que implique un peligro.
Desde hace varios años, la profesora Sofía Viniegra, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, y un equipo compuesto por estudiantes y residentes dan consultas de etología clínica en perros y gatos, con el fin de prevenir, diagnosticar y tratar problemas de comportamiento en ambos animales.
La experta indicó que la agresión puede ser provocada por diferentes estímulos:
- Miedo ante situaciones que sienten como una amenaza.
- Miedo a personas o perros porque no han convivido con ellos cuando eran cachorros. En esta primera etapa de la vida deben socializar adecuadamente, en especial durante el primer y el tercer mes. Es importante que conozcan a otros perros y personas que no son sean sus dueños.
- En respuesta a algún reto.
- En defensa.
- Si han sufrido maltrato.
- Territorialidad
- Agresividad maternal.
Antes y después
Viniegra y su equipo de etología clínica tienen un procedimiento especial general para trabajar con el paciente canino, el cual se basa en los siguientes pasos:
- Un equipo de cuatro personas acompaña al paciente y a su dueño desde su llegada hasta la estancia donde se trabajará con él. Esto se hace con el fin de prevenir alguna agresión mientras se traslada de un lugar a otro. El mismo procedimiento se aplica cuando acaba la consulta.
- Los dueños entran con el perro y a éste se le traslada a la parte trasera (lejana de la puerta para evitar agresiones), donde entran los instructores.
A partir de ahí, el procedimiento es distinto para pacientes atendidos por primera vez y para subsecuentes.
Pacientes atendidos por primera vez:
- Se toma su peso y se apuntan sus datos generales.
- Se pide no interactuar directamente con el perro: enfocar la mirada en el lomo, la cola u otra parte del cuerpo. Ver fijamente al perro puede ser tomado por éste como un reto.
- Se llena un formulario para crear el expediente. Se le pide al dueño dar antecedentes de todos los eventos agresivos que tuvo y explicar qué los incentivó.
- El equipo de Viniegra arma una mesa de diagnóstico para decidir el tratamiento a seguir, así como el trabajo que se irá realizando en casa y en las posteriores consultas.
- De ser necesario, se recomiendan aditamentos para evitar que el perro muerda. Antes de prescribir medicamentos, se realizan estudios de laboratorio.
Pacientes subsecuentes:
- Se le pregunta al dueño cómo ha visto al perro, si ha habido otro incidente o cómo es el trato del animal con los demás.
- Se recrean distintos escenarios para saber cómo va la evolución del perro. Por ejemplo, si le irritaba ver a una persona cargando cosas, se hace eso para ver cómo reacciona y así evaluar su cambio de actitud.
La primera consulta dura alrededor de dos horas. Las consultas subsecuentes duran de 30 minutos a una hora.
Sofía Viniegra recomienda a los dueños de perros agresivos no emprender acciones por ellos mismos, sino ver a un especialista, ya que éste tiene la capacidad de determinar cuál es el punto de agresión y qué es lo que la está generando, para después tomar medidas preventivas y decidir la mejor forma de rehabilitación.