Para proteger los edificios en caso de un temblor, Héctor Guerrero Bobadilla, investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM, crea un disipador sísmico de bajo costo y fácil de reemplazar, para usarse en zonas marginadas.
Cuando surge un terremoto, un edificio se deforma de un lado a otro y pone en peligro la vida de las personas. Al instalar este disipador toda la energía se absorbe y se desvanece poco a poco, así se evitan mayores daños, añade el también profesor de la Facultad de Ingeniería.
Probados en la mesa vibradora de la UNAM, estos dispositivos constan de un núcleo de acero y una funda de concreto, esta última que no se conecta al edifico evita que el núcleo se pandee, concluye.