Hubo una guerra nuclear. Dentro de unos años, todo este lugar desaparecerá. Hubo sobrevivientes aquí, allá. Nadie sabía quién empezó. Fueron las máquinas. Computadoras de redes de defensa. Nuevas, poderosas, conectadas a todo.
Dicen que se volvieron inteligentes. Luego vieron en las personas una amenaza. Decidieron nuestro destino en un microsegundo: la exterminación, dijo Kyle Reese a Sarah Connor en la película Terminator, estrenada el 26 de octubre de 1984.
Después de 40 años, las personas continúan alucinando con esta historia y se preguntan: ¿Cuánto ha avanzado la tecnología de la inteligencia artificial (IA)? ¿Es posible que domine a la humanidad?
En entrevista para UNAM Global, Luis Alberto Pineda Cortés, investigador del Departamento de Ciencias de la Computación del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM, explicó que la IA no puede pensar por sí misma y, por eso, no puede tener creencias, intenciones, sentimientos y emociones como las que tienen los seres humanos.
De hecho, se trata de una máquina de apoyo que manipula de forma rápida y eficiente el conocimiento.
El término IA tiene varias connotaciones:
1.- Prueba de Turing. Ésta proviene de una disciplina científica y tecnológica que inició en 1950 con un artículo publicado por Alan Turing, nombrado como “El juego de la imitación”, y que posteriormente se conoció como la prueba de Turing
La idea es que una máquina trate de parecer humana frente a otros humanos. Este artículo concluye con una expectativa sobre cómo se podrían moldear todos los procesos de la mente con computadoras digitales.
Se trata de una investigación que hasta la fecha está presente y originó el programa de Psicología Cognitiva, que plantea a la mente como una máquina que procesa información. De hecho, tiene gran amplitud en aspectos de psicología y neurociencias.
2.- Simulación de Montecarlo. Se trata de un sistema de computación para juegos, sobre todo ajedrez, con un nivel de competencia muchísimo más grande que el de los seres humanos.
También se ha aplicado a problemas científicos que no se pueden resolver, dada la magnitud del problema o porque no se tenía un modelo analítico. Por ejemplo, el programa de las proteínas en tres dimensiones, el programa para modelar la fusión nuclear e incluso el programa para predecir el tiempo.
De hecho, en la revista Nature, cada semana aparecen tres, cuatro o hasta cinco aplicaciones con este tipo de tecnología en computación, que resuelven problemas científicos en prácticamente toda la gama de la ciencia y la tecnología.
3.- IA es la epistemología de nuestros tiempos. Para que las máquinas sean inteligentes deben alimentarse con conocimiento, pero además, tienen que aprender porque no se les puede dar explícitamente todo.
En su artículo publicado en 1950, Alan Turing concluye: la forma más importante de aprendizaje que tienen los seres humanos es el lenguaje natural, por eso a las máquinas hay que proporcionarles la habilidad de aprender a través del habla.
Estos tres puntos históricamente dieron lugar a la creación de un imaginario colectivo mundial que es la siguiente visión de la IA.
4.- Imaginario colectivo mundial: A través de la ciencia ficción se presenta la idea de un futuro captado en varias películas: la IA dominará a la humanidad.
Por ejemplo, en la película 2001: Odisea del espacio se describió un programa de IA que toma el mando de una nave espacial. Para esta historia, el director, Stanley Kubrick, se asesoró de los científicos más destacados en IA de aquella época: Irving John Good y Marvin Lee Minsky.
Por eso, en la historia se representa muy bien la visión de la computación en la década de los 60, con la idea de un futuro donde una máquina conversa con los humanos.
Además, hay otras películas como Blade Runner, Matrix, Yo Robot, Ex Machina y, por supuesto, Terminator.
5.- La inteligencia artificial que funciona como asistente personal (el chat GPT, Alexa, OpenAI Codex, Microsoft Cortana, entre otros). A principios de la década de los 70 y 80, estos asistentes personales se veían como mágicos, pero actualmente existe una gran variedad que ayudan desde la redacción, la creación de imágenes, e incluso funcionan como calculadoras.
Actualmente, las computadoras realizan cálculos que antes se hacían a mano, y se dice que los niños ya no aprenden la aritmética como las generaciones anteriores.
Algo similar pasa con los asistentes de diseño, redacción y otras tecnologías aplicadas a diferentes aspectos. De hecho, la inteligencia artificial funciona como una prótesis mental que aumenta la capacidad de realizar cálculos.
6.- El autómata tratando de apropiarse de su conciencia para hacerse humano: Es la historia desde el Génesis, cuando Adán y Eva se perciben desnudos, toman conciencia de su situación y salen del paraíso. Esto mismo se repite con Frankenstein, Pinocho y las películas de la IA como Terminator.
Esta tradición de pensamiento del conflicto entre lo maquinal y lo humano, Turing la retoma en su prueba, y quedó asentada profundamente en el imaginario colectivo mundial.
¿Podrán dominar a la humanidad?
Dentro del imaginario colectivo se piensa que la inteligencia artificial puede tomar decisiones, aunque en la realidad no es capaz. Sin embargo, los humanos se comportan como si de verdad pudiera y su conducta hacia la IA cambia.
A opinión de Luis Alberto Pineda Cortés, la IA no puede dominar el mundo porque sólo se trata de un sistema computacional programado por un humano, no tiene intención ni deseos. De hecho, seguirá las órdenes que le hayan introducido.
Por eso, la IA debe regularse desde las industrias como la mercadotecnia, pero también desde otras como la farmacéutica, armamentista, de energía, entre otras, concluyó el experto.
Ideas destacadas:
- La IA no puede pensar por sí misma y, por lo tanto, no tiene creencias, intenciones, sentimientos o emociones.
- La prueba de Turing originó la investigación en Psicología Cognitiva, que ve la mente como una máquina que procesa información.
- La simulación de Montecarlo se aplica a problemas científicos complejos y se utiliza en varios campos.
- La ciencia ficción ha contribuido al imaginario colectivo de que la IA dominará a la humanidad.
- Los asistentes personales actuales, como el chat GPT y Alexa, funcionan como prótesis mentales, aumentando la capacidad de cálculo humano.
- A pesar de su avance, la IA no puede tomar decisiones por sí misma y sigue las órdenes programadas por los humanos.