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Fortalece tu capacidad y la de los demás: ¡Infunde confianza siempre!

Definición

La palabra confianza viene del latín confidentia; compuesta por el prefijo con que quiere decir “junto”, “todo”, “con”; más fides que significa “fe”. Así, significaría “con toda la fe”, “con absoluta convicción”.

La confianza es una emoción positiva, consciente y voluntaria. Confianza es creer sin inquietud ni dudas, es confiar a pesar de no tener el control de una situación futura, aun cuando se depende de que en efecto ocurra la acción esperada en el futuro.

La confianza es una emoción que nos lleva a tener una actitud positiva, referente a la seguridad sobre que ocurra una acción o situación de uno mismo o de otra u otras personas; podemos establecer sin incertidumbres una hipótesis sobre algo que se espera; es decir, teniendo la seguridad de que alguien actúe de determinada manera.

Entonces, no involucra sólo una expectativa de comportamiento sino un estado cerebral emocional, libre de inquietud o angustia, con la creencia, certidumbre (o mayor probabilidad) de que una persona se comporte de cierta manera. La confianza es una actitud mental abstracta hacia la proposición de que una o uno mismo (o alguien más) es confiable.

Dimensiones de la confianza

Se puede presentar en tres dimensiones: conductual, cognitiva y afectiva, generando distintos tipos de confianza.

Tipos de confianza

Confianza en los demás.
Los humanos somos seres sociales y, por eso, necesitamos a otros para vivir mejor y para gozar de un mayor bienestar psicológico y emocional. Tener relaciones cercanas da sentido a nuestra vida, y disponer de personas de confianza nos ayuda a ser felices. La confianza como emoción se manifiesta desde la niñez, cuando los pequeños se sienten respetados, comprendidos, alentados y acogidos en una situación de diálogo y respeto.

Autoconfianza.
Cuando una persona tiene una autoconfianza elevada está muy interesada en las tareas en las que participa porque se siente competente; toma los problemas como desafíos estimulantes; experimenta un compromiso elevado hacia sus intereses y actividades, y se recupera rápido de sus fracasos. Por suerte, la autoconfianza se puede trabajar y mejorar.

Confianza conductual.
Tiene que ver con la conducta de la persona y es la propia capacidad de los sujetos de actuar positivamente o no, de superar obstáculos y tomar decisiones correctas que afectan al comportamiento del individuo.

Confianza espiritual.
Hace referencia a la fe que tienen los individuos sobre la vida que les rodea y el contexto en el que se mueven.

Confianza simple.
Algunos expertos, como el biólogo Humberto Maturana, piensan que la confianza puede ser innata. Es lo que se conoce como confianza simple, y se piensa que nacemos con ella. Es automática, como la confianza hacia nuestros progenitores. Es total y completa.

Confianza alimentada.
A lo largo de la vida y fruto de las experiencias, esta confianza simple puede moldearse. Entonces podemos mantener la confianza alta en otras personas o bien puede aparecer la desconfianza.

Pasos para mejorar la autoconfianza y la confianza en los demás.

Vivir las situaciones de manera positiva, centrarse menos en los problemas y focalizar la energía en soluciones y cambios positivos.

Prepararse bien ante situaciones que generan inseguridad; por ejemplo, realizar una actividad nueva. Practicar hasta sentir mayor comodidad y dominar la tarea.

Hacer una lista de logros propios y recordarla constantemente para visualizar los propios avances.
Atreverse a actuar. Actuar abre oportunidades para lograr nuestros deseos.

Aceptar los fracasos del pasado, sabiendo que dentro de éstos siempre hay pequeños éxitos.

Observar a las personas de éxito. Imaginar a otras personas llevar a cabo ciertas actividades con éxito puede influir positivamente en la autoconfianza.

Dar oportunidad de acción a los demás para mostrar su capacidad y habilidades.

Mantener una actitud positiva hacia uno mismo y hacia los demás.

Integrarse en actividades colaborativas para generar emociones de confianza entre todos los participantes.

En sentido inverso, desconfiar de alguien no es sólo una predicción de incompetencia o de traición, sino también un mal sentimiento emocional hacia la persona en la que no se puede confiar. Desconfiar de uno mismo acrecienta la falta de seguridad en la propia capacidad y demerita la autoestima.