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El enigma médico: Chopin

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  • A 170 años del fallecimiento del compositor polaco, la causa de su muerte aún sigue despertando interés entre la comunidad científica.
  • Adolfo Martínez Palomo asegura que con ningún compositor la medicina ha estado tan ligada como con Federico Chopin.

 

El 17 de octubre de 1849 a las 3 de la mañana, el genio compositor y pianista Federico Chopin falleció rodeado de amigos. Unos momentos antes de morir, cuando se le preguntó si todavía sufría, dijo con claridad sus últimas palabras: “ya no”, una aseveración importante y sensible si se sabe que sus 39 años de vida estuvieron marcados y definidos por la mala salud, y más si se piensa que aún envuelto en esta condición, logró dejar un legado musical que lo convirtió en uno de los principales representantes del Romanticismo y en el más querido artista en su tierra, Polonia.

A lo largo de varios años ha existido un misterio en torno a las causas de la enfermedad y muerte de este compositor, pues aunque la mayoría de sus biógrafos han difundido que la tuberculosis fue la razón de su fallecimiento, la primera duda que se ha trazado en el gremio médico es ¿cómo sobrevivió tanto tiempo Chopin con esa enfermedad, si es un padecimiento que en ese tiempo no dejaba vivir más de dos años?[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]

 

 

[/vc_column_text][vc_column_text][/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]El doctor en Ciencias Médicas por la UNAM Adolfo Martínez Palomo, quien se ha adentrado a investigar las relaciones entre la música y la medicina, afirma que con ningún compositor la medicina ha estado tan ligada como con el autor de Concierto para piano y orquesta No. 2 en fa menor, “y a pesar de ello, en pleno siglo XXI aún tenemos enfrente el enigma médico de Chopin”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]En la conferencia justamente titulada El enigma médico: Chopin, —ofrecida en 2015 dentro del ciclo Músicos y medicina, en El Colegio Nacional— el doctor Martínez Palomo hace un recorrido por las vicisitudes que le provocó al pianista su malestar físico y cómo este afectó todos los ámbitos y relaciones de su vida. Por ejemplo, cita a Chopin con una anécdota ocurrida durante un invierno en Palma de Mallorca: “Estuve enfermo como un perro durante las últimas dos semanas, me resfrié a pesar del calor, las rosas, los naranjos, las palmeras y las higueras. Tres médicos, los más célebres de la isla, me examinaron […] El primero me dijo que me iba a morir, el segundo, que me estaba muriendo, y el tercero, que ya me había muerto”.

 

[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/2″][vc_column_text][/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Aunque no hay una contestación definitiva a las causas de muerte del artista polaco, el miembro de El Colegio Nacional plantea que hay argumentos para pensar que Chopin murió de fibrosos quística, “un padecimiento hereditario que produce un daño progresivo de los pulmones. Es más extraño que la tuberculosis, pero el hecho de que tuviera una hermana que también estaba enferma del pulmón nos lleva a la suposición de que la enfermedad verdadera de Chopin fue la fibrosis quística”. Sin embargo, Martínez Palomo también pone sobre la mesa investigaciones recientes realizadas por la BBC, en las que se mencionan otras posibilidades como algún tipo de enfisema, cáncer o aspergilosis.

Un análisis por biología molecular del corazón de Chopin podría definir cuál fue la causa de su muerte, pero ¿por qué los científicos piensan en la factibilidad de estudiar el corazón del músico para develar el misterio? Muy probablemente por la aparente accesibilidad a este órgano, pues reposa en una ermita de la Iglesia de Santa Cruz en Varsovia, ya que Chopin tuvo como última voluntad que, después de su muerte, su corazón fuera extirpado y llevado a su tierra natal. Su hermana fue quien se encargó de cumplir ese deseo, no con pocas dificultades, pues tuvo que solucionar desde cuestiones básicas como de qué manera conservar el corazón de su hermano muerto, lo cual “lo resolvió muy bien”, dice Martínez Palomo, al ponerlo en un frasco con coñac francés.

Finalmente, el estudio médico propuesto no podrá realizarse sino hasta dentro de 45 años, pues así lo han acordado las partes involucradas: no abrir ese frasco hasta 2064, cuando habrán pasado 215 años de la muerte del consagrado pianista. Mientras tanto, y como ha sucedido hasta ahora, su música nos seguirá iluminando.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]