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Dos chicas, un amor y el brillo de quienes van a morir, en cine

 

La vigésima sexta edición del Festival Mix-Cine y Diversidad Sexual inició sus actividades con la proyección de Efímera, primer largometraje de Luis Mariano García, egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (ahora Escuela Nacional de Artes Cinematográficas), el programa de actividades se extenderá del 8 de junio al 5 de julio.

La película está protagonizada por Emilia (Danae Reynaud), una adolescente con la capacidad de ver un esplendor en aquellas personas cerca de la muerte. Siempre sola y enfocada en el futuro, su realidad se transforma cuando ve el esplendor de un compañero de escuela, al mismo tiempo que conoce y da pie a una relación amorosa con Renata (Carla Adell), una joven de su edad quien podría llevarla a apreciar lo que existe en su presente.

Conversamos con Luis Mariano García en el marco del festival sobre su experiencia en el CUEC, cómo se desarrolló la historia y su obsesión con el tema de la muerte.

¿Qué te llevó a hacer de esta historia tu primer largometraje?

Luis Mariano García (LMG): La idea en realidad me llegó, no sabría decir en qué momento, en el CUEC, más como ensoñación que como un proyecto real. Tenía la idea central de ver brillar a la gente que va a morir, la historia de amor entre ellas y un poco eso. A lo largo de que pasaran los años y demás, un poco como que quedó atrás, realmente no seguí la historia propiamente.

Escribí otros largometrajes, en algún momento pensando que esas fueran mis primeras películas. De pronto me di cuenta de que eran, a lo mejor, proyectos demasiado grandes, en muchos sentidos, pensé replantearme las cosas, tratar de encontrar una historia que igual me gustara mucho y llevarla a la pantalla, pero que fuera relativamente más pequeña, más controlable y regresó esta historia a mí.

Entonces la escribo, y tras un poco de búsquedas, llegué con el productor Victor Leycegui, con quien ya estábamos trabajando en otras películas de distinto tamaño y de distintas ambiciones. ‘Oye, tengo este guión, es una película mucho más tranquila, íntima que me gustaría intentar hacerla, podría ser un buen Foprocine’, cuando todavía existía el Foprocine. Tuve la suerte de que le gustó el proyecto, se subió y a partir de ahí fue carpetearla, llevarla a las convocatorias y, por suerte, todo salió bien para que existiera la película.


En algunas entrevistas has comentado que tienes una obsesión con la muerte, es un tema presente en la pelí
cula. ¿Qué te llama la atención en particular de ese tema?

LMG: No sé, híjole, supongo que no he tenido suficiente terapia para llegar al meollo del asunto, de dónde está surgiendo esto. Creo que muy en el fondo soy muy miedoso y me da mucho miedo morirme, me da mucho miedo dejar de existir y que las personas que quiero dejen de existir. Un poco viene de ahí la obsesión. Es algo que me perturba tanto que consciente o inconscientemente he tratado de encontrarle el otro lado, algo positivo, por lo menos alguna manera de sobrellevarlo.

Es curioso, mi primer corto en el CUEC, La espera (2008) –https://vimeo.com/31969976–, se  trata de un cuate que despierta en un hospital sin saber que ya está muerto, nada más ve la reacción de sus seres queridos que están en la sala de espera. Desde ese momento había una cuestión muy de muerte. Es algo relativamente constante en mis proyectos, supongo es mi manera de lidiar con ese miedo.

Efímera es una película que invita al público a disfrutar las pequeñas cosas, a vivir en el momento…

LMG: Esa ha sido un poco la respuesta que más he encontrado, esta imposibilidad de hacer algo con que las cosas se van a acabar, aprovechar todo lo que está aquí y darnos cuenta de que un montón de cosas nos pasan desapercibidas porque estamos en espera de algo grandilocuente, llamativo. Ese tipo de cosas que el mismo cine luego nos vende, que la vida tiene que ser estos grandes momentos, estas grandes situaciones. Una de las cosas que me interesaba de la película era justo eso: aterrizarla en elementos que resultaran disfrutables a las protagonistas, pero que no necesariamente obedecen a esta grandilocuencia que a lo mejor estamos acostumbrados a ver en otro tipo de películas.

La dinámica de la película está centrada no en quiénes participan de esta relación, sino en cómo ésta transforma a la protagonistas.

LMG: Si bien es una parte esencial de ellas, creo que por el hecho de que no se siente concentrado en ese asunto es porque no hay un conflicto al respecto y por lo tanto nada que tenga que ver con ello es dramático de ninguna forma. Es súper valioso e importante que existan justamente películas que a lo mejor se centran en eso, y muestren cómo son esos procesos, pero aquí mi intención era otra.

Hay un conflicto entre ellas para que su amor funcione correctamente, tiene que ver con sus personalidades, y con su forma de ver la vida, dónde se concentran: en el ahora o en el futuro.  Había ya tanto ahí que meterle conflicto en algunas otras de las aristas de sus personas era un poco sobrecargar la película, nunca fue la intención, queríamos mantenerla lo más ligera y, hasta cierto punto,  digerible.

¿Cómo construiste estos dos personajes, qué tanto participaron las actrices en el proceso?

LMG: Por más que uno como director sea súper clavado y tengas perfectamente pensado de dónde vienen, quiénes son, sus biografías, qué es lo que las mueve, esa configuración existía con cierta claridad, pero la realidad es que siempre al momento en el que entra alguien a interpretar a esos personajes termina agregándole algo. Redimensionando a hacia otro lado, es una de las cosas bien padres del trabajo con las actrices y actores, el hecho de que es un ser humano configurado de cierta manera que inevitablemente va a reinterpretar lo que tú ya construiste y lo va a terminar de redondear.

El hecho de pensar en esto de que el mismo personaje por más sólidamente escrito que esté y las ideas de dirección sean muy claras, al ser interpretado por diferentes actrices dará como resultado un personaje diferente. La verdad soy muy feliz de que las encarnen tanto Danna como Carla, porque las dimensionaron hacia lugares que no necesariamente había pensado y las volvieron muchísimo más orgánicas con una serie de cosas que terminan de definir al personaje.

¿Hubo alguna influencia en específico que nutriera a la película?

LMG: Es curioso porque siento que mi paso hacia el CUEC fue un poco entrar con ciertas ideas de lo que era el cine, del tipo de películas que me gustaban. A lo largo de la carrera me encontré con otro tipo de cine que también me interesa y tiene que ver mucho con mi personalidad. A la hora de terminar y graduarme, los años post-CUEC, encontrar esta síntesis entre esta tesis y esta antítesis de lo que aprendí.

Cuando la concebí por primera vez creo que era mi etapa en la que yo era de ‘Bergman es lo máximo del mundo’, lo sigo pensando, pero por lo menos ahora es más variado. Me queda claro que si hubiera siquiera escrito este guión en ese momento, habría sido un dramón de una densidad absoluta, porque esta contemplación de la muerte hubiera estado en otras aristas. Creo que mi paso por el CUEC ayudó mucho en ese sentido, mucha gente asume que la escuela de cine te lleva a un lado más intelectual, a mí me ayudó a encontrar un lado mucho más liviano, un cine más ligero, más ágil.

Recuerdo mucho las clases de cineminuto, que nos dio Jaime Aparicio, donde te obligaba a hacer uno cada semana, eso te obliga a encontrar una voz muy particular porque por más que trates de intelectualizar y decir mis referentes son aquellos suecos súper intelectuales, esa cosa de inmediatez te obliga a encontrar otras cosas que traes por dentro. Es algo que me llevó a encontrar esta ligereza y a buscarla incluso. Sin duda, no se hubiera configurado de esta manera la película si no fuera por ese paso.

¿Qué sentimientos te provoca inaugurar el Festival Mix?

LMG: La verdad mucho orgullo y emoción, es sin duda un festival muy importante por lo que ha logrado dentro de la sociedad mexicana, incluso más allá incluso de la parte cinematográfica o cultural, justamente por visibilizar un montón de cosas. A fin de cuentas me da gusto que la película se inserte en eso mismo.

En gran medida el asunto de que las protagonistas sean lesbianas, que sea a fin de cuentas un romance lésbico, no está visto de una forma tan dramatizada, que implica algún conflicto. También había una intención siempre desde ese lado, de tratar de mostrar una relación entre dos chicas de la forma más natural y normal, este tipo de visibilización es importante. Que el festival nos abrace para algo tan importante como inaugurarlo, con este mensaje de inclusión mucho más naturalizado, me emociona bastante.

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Conoce más sobre las actividades del Festival Mix-Cine y Diversidad Sexual en: https://www.mixfilmfest.com