La epilepsia tiene muchas implicaciones sociales, como la discriminación, para el enfermo y su núcleo familiar, porque está muy estigmatizada al considerarla una enfermedad mental y no neurológica. No obstante, la mayoría de los casos pueden ser diagnosticados y tratados en los primeros niveles de atención”, indicó el doctor Felipe Arturo Vega Boada, coordinador del Subcomité Académico de Neurología de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Este padecimiento, en su forma idiopática, es una afección cerebral que se caracteriza por una predisposición permanente a generar crisis epilépticas, lo cual tiene consecuencias neurobiológicas, psicosociales y cognoscitivas. La disminución de memoria y de las capacidades ejecutivas son complicaciones asociadas a la cronicidad y al mal control.

La epilepsia es una enfermedad universal que afecta a cualquier grupo humano, sin importar su raza o condición económica, sin embargo, se puede controlar y tiene baja mortalidad. En el mundo, la padecen siete personas por cada mil; en México hay aproximadamente 2 millones de individuos con la enfermedad, siendo la prevalencia más alta en zonas rurales, situación similar en algunos países de América Latina.

Para que se considere que se tiene el padecimiento, se deben presentar por lo menos dos convulsiones en seis meses, que no sean consecuencia de crisis sintomáticas agudas, las cuales se dan por factores como: fiebres elevadas, el alcohol o estados metabólicos, pero que no son epilepsia. “Es importante saber que una crisis convulsiva puede aparecer hasta en el 15 por ciento de la población general, sin que esto sea una epilepsia”, precisó quien también es Profesor Titular de Neurología con sede en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”.

Personas que la padecen se han visto afectadas por el desconocimiento y estigma que se tiene de la enfermedad: la primera convulsión es dramática para la persona y para la familia. Además, algunos pacientes han visto reducido su acceso a los seguros de vida o son despedidos de su trabajo por esta razón, eso es discriminación y no debería suceder.

Cómo se manifiesta la epilepsia

Hay diferentes tipos: la epilepsia idiopática, aquella en donde no existe una causa, aunque hay factores genéticos implicados; la criptogénica, generalmente no tiene ningún rasgo genético y no se puede diagnosticar con los métodos habituales de detección, como la tomografía o la resonancia magnética, y la sintomática,

en la cual existe una causa subyacente a nivel del sistema nervioso, como es una enfermedad vascular cerebral, un infarto, una hemorragia o una meningitis, que dañan al cerebro y generan las convulsiones.

La epilepsia se produce a partir de la ruptura entre los factores inhibitorios y excitatorios de las neuronas; si éstos no están en equilibrio y predomina el excitatorio, se puede presentar una convulsión.

“Hay una descarga anormal en una población neuronal específica (en el área frontal o sensorial, por ejemplo), la cual determinará el tipo de crisis que se presente. Las crisis parciales pueden o no alterar la conciencia, mientras que en las generalizadas sí hay una pérdida de ésta”, explicó el experto.

El doctor Vega Boada señaló que el objetivo del tratamiento es evitar las crisis en el enfermo y reintegrarlo a la sociedad. Asimismo, advirtió que hay grupos vulnerables, como los adolescentes y los jóvenes, a quienes se les debe dar seguimiento para que tomen el medicamento anticonvulsivo, duerman bien y eviten consumir alcohol, a fin de prevenir una crisis.