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Descubre por qué sientes vergüenza

La mayoría de las personas experimentan el mismo temor: hacer el ridículo en situaciones públicas, ya sea en la escuela, la oficina o en el transporte público. Esto puede generar un sentimiento conocido como vergüenza.

Según Patricia Bermúnez Lozano, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, la vergüenza es una emoción social relacionada con la moral. Se produce cuando consideramos nuestras acciones como negativas y creemos que las estamos llevando a cabo de forma incorrecta ante los ojos de los demás, lo que a su vez conduce a una autoevaluación negativa.

La vergüenza surge cuando reconocemos que estamos incumpliendo una norma social, por ejemplo, cuando vestimos inadecuadamente para una reunión y recibimos la desaprobación de los demás.

Sin embargo, cuando la vergüenza es excesiva, puede generar una autocrítica destructiva y provocar trastornos como ansiedad, fobia, depresión o autorechazo. La vergüenza también puede sentirse cuando se interioriza un juicio social de forma anticipada, como antes de una presentación en público o una entrevista oral.

Nos ayuda a ser mejores

Las personas buscamos constantemente la aprobación, aceptación y estima de los demás. Al sentir vergüenza, podemos reducir nuestra seguridad porque nos viene un pensamiento de que estamos haciendo algo mal. Esto nos puede crear inseguridad, ya que buscamos constantemente la aprobación y estima de las personas que son muy significativas para nosotros.

Sin embargo, la vergüenza no es buena ni mala, pero sí es necesaria, ya que nos prepara para algo. “Lo importante es qué vamos a hacer con ella”, agregó la académica universitaria.”

La vergüenza puede reforzar la autoestima si aprendemos a aceptarnos y a reconocer hasta dónde tenemos habilidades, capacidades y ciertos comportamientos que no nos avergüencen. Para ello, es importante analizar la situación en la que surge la vergüenza y tratar de comprender por qué nos sentimos así.

En lugar de quedarnos con la autocrítica, debemos actuar ante ella para tener más seguridad y mejorar nuestro comportamiento. Con una autoestima elevada tendremos un comportamiento mejor, podremos pensar en los demás y cómo no afectarlos sin tener que pensar en constantemente en agradar o responder de la manera que esperan los demás.

“Hay cuatro principios clave que se relacionan con la vergüenza. ¿Qué debemos tener en cuenta para mejorar?

  1. Vanidad: Los seres humanos somos nuestros peores críticos. Debemos ser conscientes de que todos cometemos errores.
  2. Unidad: Todos tenemos fortalezas y debilidades que nos hacen únicos, y nadie es mejor que otro. Debemos aceptarnos tal y como somos.
  3. Autonomía: Esta característica nos hace responsables de nuestras acciones y nos da una identidad propia, actuando de manera independiente de lo que piensen los demás.
  4. Competencia: Todos tenemos habilidades y características únicas que nos hacen actuar de manera diferente ante los demás, y eso es lo que debemos valorar. Si nos equivocamos, debemos analizar dónde estuvo el error y cómo podemos mejorar, tomando en cuenta nuestras limitaciones.”

Lo importante es que nos comparemos con nosotros mismos para ser mejores personas. En conclusión, la vergüenza puede ser una respuesta a un proceso de autorregulación personal y de nuestras emociones. Debemos observar en qué situaciones experimentamos vergüenza, analizarla para mejorar y sentirnos satisfechos con nosotros mismos.