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Depresión perinatal, un problema de salud pública

 

Usualmente, la llegada de un bebé es motivo de felicidad para los padres. Dedicarse a un pequeño ser que necesita cuidados y atenciones trae una gran responsabilidad, pero también ilusión. Sin embargo, en ocasiones ser padre o madre también llega a causar miedo o preocupación, porque “las cosas no están bien económicamente”, porque “siento miedo de educar a alguien” o “aún no estoy preparado o preparada”.

Cuando esto sucede, la sociedad o el núcleo familiar cercano tiende a ser menos crítico cuando lo expresa un hombre que cuando lo hace la mujer. En estos casos, hay más señalamientos y acusaciones, lo cual poco a poco sume a la mujer, que ya previamente alterada por las distintas emociones que sufre durante el embarazo, en depresión perinatal.

La depresión perinatal va tomando cada vez más relevancia para la Organización Mundial de Salud (OMS) debido a que en diversos países ya es un problema de salud pública.

Se estima que en México la depresión perinatal afecta a entre 30 y 70 por ciento de las madres en algún momento del embarazo y hasta un año después del parto.

De acuerdo con Laura Elisa Ramos Languren, docente de la Facultad de Psicología de la UNAM, esta depresión “no sólo incide en la mujer embarazada, también tiene efectos en el niño, ya que no sólo se daña el vínculo madre-hijo y las relaciones de apego que surgen, también incide en la salud emocional del menor”.

“Los hijos de madres deprimidas presentan problemas para desarrollarse socialmente y en su desarrollo cognitivo. Van a ser bebés muy irritables que lloran y que incluso pueden desarrollar depresión después en la infancia o adolescencia. Además, podrían tener baja autoestima, dificultades escolares y problemas de conducta. Puede ocurrir, incluso, que haya partos prematuros o que los bebés nazcan con bajo peso debido a la depresión perinatal”.

Depresión perinatal, un problema de salud pública
Ramos Languren manifestó que hay otros factores que ocasionan depresión perinatal y que se suman a los mencionados, como:

  • “No estoy lista (o listo) para cuidar un bebé”
  • “Me da miedo ser padre (o madre)”
  • Factores estresantes, como inestabilidad en la pareja
  • Problemas económicos domésticos
  • Violencia intrafamiliar
  • Poco apoyo del núcleo familiar.
  • No contar con servicios médicos

También hay factores de antecedentes, es decir, que la madre haya pasado por una etapa de estrés, ansiedad, depresión. Asimismo, hay factores protectores, como la escolaridad. Se ha comprobado que si la mamá tiene mayor educación, si hay apoyo de la pareja, servicios de salud, buena economía doméstica, la probabilidad de presentar depresión perinatal disminuye”, indicó.

Sintomatología

De acuerdo con la OMS, la Clínica Mayo y el Instituto Claritas, las mujeres tienden a presentar mayores episodios de ansiedad y depresión en comparación con los hombres.

Los datos en México, basados la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2021, revelan que esa afirmación es real, ya que la media de los hombres con síntomas de depresión fue de 10.7 por ciento, en tanto que la de las mujeres casi llegó al doble al registrar 19.5 por ciento. La diferencia es mucho más grande durante el embarazo.

Depresión perinatal, un problema de salud pública
Como cualquier trastorno, la depresión perinatal presenta síntomas a los cuales hay que prestar atención y no descartar con: “es que está embarazada, o eso que siente es parte de este proceso”.

El Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos elaboró una lista con los Indicios o síntomas de la depresión perinatal:

  • Persistente estado de ánimo triste o ansioso.
  • Irritabilidad
  • Sentimientos de culpa o inutilidad.
  • Cambio de peso.
  • Insomnio o hipersomnia.
  • Poca capacidad de concentración.
  • Dudas sobre cómo cuidar al bebé o nula capacidad para vincularse con él.
  • Ideas suicidas o hacerse daño a si misma o al menor.

“Se pueden desarrollar otros síntomas, como cuadros de ansiedad o falta de interés en pasatiempos y actividades que anteriormente disfrutaba la madre. Si a eso no se le presta atención, lamentablemente llega un punto en el que se comete suicidio o infanticidio. En ocasiones, uno se pregunta por qué la madre le quitó la vida a su pequeño. Es inexplicable, pero precisamente porque no se atendieron estos detalles y esos cuadros depresivos no fueron manejados adecuadamente”, apuntó la docente.

Por otro lado, los profesionales valoran si una mujer está en depresión perinatal por medio de la Escala de Depresión Perinatal de Edimburgo (EPDS), un estudio muy sencillo, en el cual se hacen diez preguntas sobre el estado de la madre entre la sexta y octava semana después de dar a luz.

Cada pregunta tiene cuatro respuestas posibles, que van desde una puntuación de cero a tres. Se les pide a las madre ser lo más sinceras posibles. Las mujeres, cuyas elecciones sumen diez o más puntos, podrían estar pasando por un episodio depresivo de diversa gravedad.

A pesar de este estudio, la doctora Laura Ramos explicó que es muy complicado dar un buen diagnóstico, ya que muchas veces se argumenta “que esos síntomas están ligados al embarazo”.

Tratamientos

Al estar en un estado depresivo, es necesario ayudar a la mujer embarazada a que mejore su estado de ánimo, minimizando los riesgos del embrión/feto en desarrollo o del bebé.

Para apoyar a una mujer con depresión perinatal, se cuentan con diversas herramientas. Ramos Languren, compartió que las técnicas de relajación, la terapia cognitivo-conductual, la psicoterapia de apoyo y el mindfulness pueden ser muy útiles para evitar que la madre caiga en la depresión post parto.

“Los medicamentos también pueden ser una opción, pero se recomiendan cuando ya se dio a luz, antes no son recomendables. Tomar medicinas durante el embarazo puede dañar al bebé ya que atraviesan la placenta. Solo se podrían tomar medicamentos cuando la mamá se está haciendo daño o tiene ideas suicidas de manera repetitiva”, añadió.

La pareja y la familia como soporte

Si bien ya es común ver a los hombres hacerse cargo de sus bebés, aún falta un largo recorrido. La investigadora indicó que se debe cambiar el “me embaracé por el nos embarazamos” y que el hombre debe procurar ser atento y comprensivo con su pareja desde el momento que sabe que traerán al mundo a un ser.

Depresión perinatal, un problema de salud pública
“Hay padres que ya lo están haciendo. Ya existe la prestación de días paternos. Me parece que es por ahí donde deben tener un papel muy importante. Durante todo el embarazo, pero quizá más cuando acaba de nacer. Deben apoyar a la mamá y comenzar a vincularse con el bebé (ver cómo se baña, cambiarlo, prepararle su comida). Pero no darle toda la atención y dejar a su pareja a un lado. Ella sigue siendo importante aunque pase por cambios emocionales, psicológicos o cognitivos”, manifestó.

Por otro lado, comentó, es importante que la familia apoye a la mujer embarazada y que no la critique. Es importante seguir considerándola un individuo y no solo un ser que va a dar a luz.

“Es necesario ir quitando estigmas. Si bien la mamá junto al papá deben cuidar al bebé, ella también debe ir por sus sueños y desarrollarse. La familia debe estar consciente sobre los cambios que tendrá la mujer y tener la delicadeza de escucharla y apoyarla”, finalizó.