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COVID-19: impacto, desafíos y oportunidades para la Educación

“La crisis sanitaria que ha causado la COVID-19 ha dejado al descubierto la desigualdad educativa que se expresa en la brecha de aprendizaje y la brecha tecnológica, así como la desigualdad socioeconómica, por aquellos padres que no pueden atender la educación en casa porque tienen que salir a buscar recursos para subsistir”, precisó la Dra. Benilde García Cabrero, de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Las familias en este momento están estresadas tratando de educar a sus hijos y también están experimentando métodos y herramientas educativas que nunca habían visto. De un momento a otro, los padres adquirieron el papel de docentes, aumentando la carga de trabajo en casa y las diversas dificultades del equipo de cómputo, dispositivos y conectividad en casa.

En conferencia virtual organizada por el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), en el ciclo: Mente y comportamiento ante el COVID-19. Incertidumbre, resiliencia y renormalización urbana, la académica de la División de Investigación y Posgrado de la Facultad, expuso que el ámbito educativo a nivel global se ha visto seriamente afectado por esta pandemia.

Para finales de marzo 185 países habían cerrado las escuelas afectando al 90 por ciento de los estudiantes del mundo. La velocidad de estas suspensiones y el traslado obligado al aprendizaje a distancia no ha permitido planificar y reflexionar sobre su potencial.

El rol del profesor es “orquestar las características de apoyo tanto en los entornos presenciales como en los virtuales: las señales visuales, las indicaciones, las preguntas, las explicaciones, las demostraciones, las colaboraciones, las herramientas, las fuentes de información disponibles, para que, en lo posible, los alumnos cierren la brecha de aprendizaje”, aseveró.

La pandemia genera posibilidades para la educación. “Más allá de las dificultades técnicas y pedagógicas, convendría identificar las variaciones pedagógicas, con el propósito de que sirvan de lecciones aprendidas para la innovación y reconfiguración de una docencia alternativa, interactuante y, sobre todo, centrada en los aprendizajes de los estudiantes”.

Para el regreso a la “nueva normalidad” se debe reflexionar sobre el rol del profesor y la concepción que tenemos del aprendizaje como práctica y como relación dialéctica para diseñar políticas públicas que permitan atender la desigualdad. Igualmente, propuso ser creativos y explorar caminos nuevos en el aprendizaje que se creían arriesgados o utópicos, en beneficio de las mayorías.

La Dra. Benilde García subrayó que los estilos de enseñanza más interactivos son los más atractivos y que dado que el aprendizaje presencial es mejor que el aprendizaje cien por ciento en línea, se puede optar por uno mixto que aproveche lo mejor de ambos, entendiendo que los maestros son insustituibles y que es muy difícil replicar el vínculo cara a cara del profesor con sus alumnos en un entorno virtual.

Para la educación a distancia se requiere seleccionar materiales de enseñanza y aprendizaje de calidad; fortalecer el vínculo entre educadores y fuentes confiables para ayudar a seleccionar herramientas de aprendizaje en línea de alta calidad y crear conexiones a nivel global para facilitar estos procesos.

Asimismo, expresó que la educación del futuro debe incluir habilidades socioemocionales, meditación, autocuidado y salud, aprendizaje al servicio, conexión con la naturaleza y desarrollo sostenible, educación financiera y creatividad.

También destacó la corresponsabilidad en la educación para lograr cambios sociales y educativos significativos. Resaltó la importancia de la participación de los padres de familia en la educación de sus hijos: “no hay mejor manera de personalizar la instrucción que a través de un padre”. Tanto padres y maestros tienen habilidades complementarias y un propósito común: ayudar a los niños a aprender y tener éxito en su aprendizaje.

Finalmente se debe educar a los ciudadanos para enfrentarse a los riesgos, tomar decisiones y desarrollar lazos de interdependencia positiva.