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Comunidades indígenas doblemente vulnerables ante la Covid-19


En medio de la pandemia por coronavirus que vive el país, además de las personas mayores y con comorbilidades, los pueblos indígenas son, quizá, los más vulnerables ante la COVID-19.

La crisis sanitaria no solamente fracturó aspectos sanitarios y sociales de la población, el tema de la pandemia ha tomado por sorpresa a los países del mundo, sin embargo, en las comunidades indígenas aún es incierto cómo va a evolucionar el fenómeno.

En entrevista con Rocío Minerva Casariego Vázquez, profesora de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), explicó que las autoridades federales han llevado a cabo traducciones de las recomendaciones en lenguas originarias pero con información vaga e insuficiente, ya que son traducciones literales que no van de acuerdo a las condiciones en las que viven las comunidades indígenas.

De acuerdo con la especialista egresada de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM, algunos aspectos de las traducciones no van a servir para ellos. “En una ciudad las personas vulnerables son los obesos o con enfermedades cardiovasculares, mientras que en las comunidades indígenas va haber personas con tuberculosis, tracoma, desnutridas o muy delgadas, con enfermedades propias de la pobreza. Su contexto lleva a dar otro tipo de recomendaciones, no solamente físicas, sino de efecto psicológico”.

Para la también profesora de la licenciatura en educación indígena de la UPN, la epidemia llegará después a estas comunidades pero hay que trabajar urgentemente en información que explique, en los idiomas maternos de las comunidades indígenas, cómo es esta nueva enfermedad, cómo se está desarrollando, qué impactos está teniendo, cuáles son las medidas que implementan los gobiernos para enfrentarla, qué alternativas tienen las personas, cómo cuidar a los enfermos en casa, qué están haciendo otros pueblos indígenas en el mundo.

Resaltó que su contexto tiene cosas positivas como ser comunidades pequeñas, pero a diferencia de la Ciudad de México donde las recomendaciones son de tipo individual, en las comunidades es diferente porque funcionan como grupos comunitarios y las recomendaciones se toman en colectivo”.

Precisó que hay que hablar con ellos sobre el manejo del agua, “ellos no saben que la enfermedad es necesariamente mortal, que tiene un mecanismo de cuidado, la información no ha llegado de la mejor manera”.

En ese contexto, señaló que las medidas deben definirse de manera diferente porque, son adecuadas, pero insuficientes para estas comunidades. “Ellos sienten miedo pero tienen una idea respecto de las condiciones de salud, es importante incorporar a los médicos tradicionales, curanderos, doctores, parteras para que expliquen esto, ya que al ser un sector de extrema pobreza tienden a refugiarse en sus ideas religiosas y muchas veces estas ideas no son negativas”, tienen que ver con la madre tierra y el trato que se la ha dado a la naturaleza.

Por otro lado, al ser una enfermedad que traen las personas que han estado en contextos urbanos y que vienen de las ciudades, las comunidades tienen ya ciertas creencias y se han planteado un cerco sanitario como primera opción, “mientras pasa el peligro”, pero tendrán afectaciones en la salud. “Es importante prevenir y que sepan qué va a ocurrir y cómo proceder para que el impacto en ellos no sea alto”, afirmó Casariego.

Actualmente sólo hay promocionales que se transmiten de manera virtual, no hay que dejar de hacerlos, pues la juventud indígena que está en las ciudades debe de llevar ideas claras a sus comunidades. Lo más importante es sensibilizar a las personas mayores, a los tomadores de decisiones, para identificar el fenómeno sobre todo a aquellos contextos más alejados.

Rocío Casariego refirió que la información a las autoridades de las comunidades (personas mayores sobre todo, pues son consideradas personas sabias) es vital porque saben organizarse muy bien, son responsables de lo fundamental y tienen control de sus espacios que los ayudará para sobreponerse al impacto del contagio.

En ese sentido, Casariego señala que el tiempo es fundamental, ya se perdió mucho, pero es el momento de hacer un llamado a las instituciones y a los gobiernos locales para que se reediten las recomendaciones y corregir la información, formar una propuesta de lo que es necesario informar para que estas comunidades asuman su responsabilidad, “como siempre lo han hecho” y que las instancias de salud prioricen sus condiciones. “Son vulnerables por el sólo hecho de ser indígenas y hay que flexibilizar ciertos criterios. Dejarles claro que no es mortal si se toman las medidas de cómo aislar a las personas dentro de una comunidad pequeña y atender a la población vulnerable, manejo del agua, de los desechos y control de qué entra y qué sale. Con sus organizaciones y sistema normativo pueden asumir el manejo de la epidemia en sus propios contextos”, finalizó.