Descubren un ‘actor’ clave en la memoria a largo plazo

¿Cómo se transforman los recuerdos a corto plazo (que duran solo unas pocas horas) en recuerdos a largo plazo (que pueden durar años)? Se sabe desde hace décadas que este proceso, llamado consolidación de la memoria, requiere la síntesis de nuevas proteínas en las células cerebrales. Pero hasta ahora, no se sabía qué subtipos de neuronas estaban involucradas en el proceso.

En este sentido, un equipo de investigación multiinstitucional dirigido por McGill ha descubierto que durante la consolidación de la memoria, hay al menos dos procesos distintos que tienen lugar en dos redes cerebrales diferentes: las redes excitadoras e inhibitorias. Las neuronas excitadoras están involucradas en la formación de rastros de memoria y las neuronas inhibidoras bloquean el ‘ruido de fondo’ y permiten que tenga lugar el aprendizaje a largo plazo.

El equipo, dirigido por profesores Nahum Sonenberg y Arkady Khoutorsky de la Universidad McGill, junto con el profesor Jean-Claude Lacaille de la Universidad de Montreal y el profesor Kobi Rosenblum de la Universidad de Haifa, publicaron sus resultados en Nature, y también descubrieron que cada sistema neuronal puede ser selectivamente manipulado para controlar la memoria a largo plazo.

La investigación, que responde a una pregunta de hace muchos años acerca de qué subtipos neuronales están involucrados en la consolidación de la memoria, por lo que tiene implicaciones potenciales para desarrollar nuevos medicamentos para trastornos como la enfermedad de Alzheimer y el autismo, que involucran procesos de memoria alterados.

Fuente: Universidad McGill

El Nobel de Química, un reconocimiento a la técnica CRISPR y un galardón perdido para España

Hasta hace pocos días el doctor Lluís Montoliu tenía una certeza: la de que tarde o temprano el microbiólogo Francis Mojica recibiría el Nobel de Química. Sin embargo, el investigador barcelonés hoy se confiesa decepcionado de que la Academia Sueca de Ciencias le haya concedido ese galardón —aunque subrayando que eso sí, de forma muy merecida— a la francesa Emmanuelle Charpentier y a la estadounidense Jennifer Doudna por desarrollar las herramientas CRISPR que permiten la edición genética, sin considerar siquiera al español que descubrió cómo opera este mecanismo.

En un texto periodístico reciente, Montoliu —adscrito al Centro Nacional de Biotecnología en Madrid— explica que aunque las dos científicas recibirán pronto el reconocimiento por un trabajo que dieron a conocer en junio de 2012, fue Mojica quien describió los primeros sistemas CRISPR en arqueas en el ya lejano 1993.

Y no sólo eso, fue también él quien en 2002 acuñó el acrónimo a partir del término en inglés Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats ya que, al ver que ciertas secuencias se repetían en el genoma de bacterias y arqueas, de alguna manera le recordaron a los palíndromos, es decir, a esas frases que pueden leerse al derecho y al revés. “Dicha palabra se inventó en Alicante”.

Las mismas Doudna y Charpentier han reconocido que fue un artículo de Mojica publicado en 2005 y donde se explica cómo este sistema permite a ciertos microorganismos defenderse contra los virus, el que les dio la pauta para desarrollar su técnica de edición genética, por lo que Lluís Montoliu no da rodeos al afirmar que esto es “un Nobel perdido para la ciencia básica española”.

¿Pero cómo funciona?

Durante su estancia más reciente en la UNAM, Lluís Montoliu visitó el Instituto de Fisiología Celular (IFC) para hablar de la técnica CRISPR, a la que describió como los comandos Ctrl+C y el Ctrl+V empleados para cortar y pegar un texto en la computadora, ya que permite editar el ADN dentro de la célula y cambiar su información a fin de corregir mutaciones y prevenir o combatir enfermedades.

“Para entender cómo funciona imaginemos unas tijeras moleculares —en este caso unas proteínas llamadas nucleasas— capaces de hacer cortes en el material genético, justo en las secuencias que le indicamos, para en su lugar introducir otras letras y reparar el genoma. Por ello decimos que es un sistema de edición”, explicó.

El científico español aseguró que esta tecnología plantea nuevas formas de terapia génica para alteraciones sin solución. “En animales se ha logrado todo lo que desearíamos llevar a la clínica, pues se han tratado con éxito padecimientos congénitos o degenerativos como distrofia muscular de Duchenne, la retinosis pigmentaria (una de las principales causas de ceguera), Parkinson o Huntington”.

Ya en humanos se han tomado células de enfermos de cáncer desahuciados para inactivar genes para luego reinfundírselas, como se hizo en China con un paciente del cual se obtuvieron linfocitos con el fin de apagar un gen llamado PD1, que actúa como freno de mano del sistema inmune, con la esperanza de que el organismo luchara más eficazmente contra el padecimiento, mientras que en Estados Unidos se ha empleado para tratar un caso de ceguera congénita.

A decir del doctor Montoliu, estos son apenas los primeros intentos de trasladar este sistema de edición genética a la clínica, pero es indudable que en breve será posible llevar los avances conseguidos en los modelos animales a las personas. “Sin embargo, debemos andarnos con tiento, porque aunque esta tecnología ofrece mucho de bueno, también tiene aspectos que aún no controlamos”.

Ciencia básica con aplicaciones sorprendentes

 Para Félix Recillas Targa, director del IFC, el CRISPR es un ejemplo paradigmático de un trabajo de investigación básica que muy rápido dio pie a una aplicación de potencial extraordinario, pues su descubridor Francis Mojica, académico de la Universidad de Alicante, comenzó a estudiar a unos procariotas llamados arqueas hace no tanto, a finales de los 80, inicios de los 90, y fue ahí cuando vio que en su genoma había series repetidas y espaciadas por otros fragmentos, de los cuales ignoraba su función.

Al investigar más vio que se trataba de secuencias idénticas a pedazos de virus que infectan a las bacterias y constató que esto las hacía resistente a las infecciones virales, encontrando así un sistema inmune bacterial hasta entonces desconocido, expuso por su parte el doctor Montoliu.

“Cuando nos vacunan del sarampión nos hacemos resistentes a esa enfermedad, pero no podemos heredar dicha característica a nuestros hijos, mientras que las bacterias sí; esto fue clave para lo que (Doudna y Charpentier) descubrirían  en 2012: que el sistema inmune bacterial puede usarse como una herramienta para corregir secuencias o incorporar mutaciones”, añadió el barcelonés.

Sin embargo, el CRISPR no es el único método de edición genética; al menos existen tres más. Están las meganucleasas de las células de levaduras, las nucleasas asociadas a dedos de zinc (artificiales y salidas del laboratorio) y las llamadas TALENs, nucleasas derivadas de unos patógenos que infectan a las plantas. Todas hacen exactamente lo mismo: cortar el ADN.

¿Entonces qué hace que CRISPR sea tan especial?, preguntó el profesor Montoliu. “¡Fácil! Se trata de una herramienta que ha evolucionado de la mano de las bacterias, literalmente, durante miles de millones de años y, por ello, esto que hoy llega a nuestras manos es un instrumento extraordinariamente optimizado y pulido”.

En opinión del español, el único límite para aprovechar el potencial de las CRISPR es la imaginación científica. “Hace no mucho, unos investigadores de Boston usaron estas estrategias y codificaron fotogramas de una película dentro del genoma de una bacteria. ¿Esto de qué sirve? Sólo para demostrar que es posible, pues el mero hecho de emplear las diferentes ristras de las letras G A T C e introducir una imagen dentro del material genético, aunque puede no sernos útil —no lo sabemos—, en realidad es algo sorprendente.

Un campo en desarrollo acelerado

En internet corre la grabación de un experimento social donde un grupo de jóvenes instalan una caseta en el puerto de San Francisco, California, y preguntan a quienes pasean por allí qué preferirían: invertir para entender cómo funciona el sistema inmunológico de las bacterias o en curar la diabetes, casi todos votaron la última opción.

“Todos anhelan curar las enfermedades, aunque no reparan en que al apoyar la investigación básica —en este caso la investigación de cómo las bacterias se defienden de los virus— no sólo es factible curar la diabetes, sino otras patologías”, refirió el profesor Montoliu.

No obstante, ésta es una vía para alcanzar dicho objetivo y si quisiéramos ejemplificar qué tan rápido vamos avanzando, agregó, consideremos que los primeros ejemplos de terapia génica con CRISPR datan de enero de 2016, apenas hace cuatro años, y desde entonces no dejan de aparecer artículos al respecto (en 2002, cuando se acuñó el término CRISPR, sólo había una publicación sobre el tema y hoy, según datos de PubMed, hay 20 mil 600).

Por ello, el doctor Lluís Montoliu se dice optmista respecto a loque nos pueda traer esta técnica a futuro, pues en sus palabras “estamos ante una revolución verdadera e irreversible, y esto ya no para”.

Nombran nueva especie de rana en honor a investigador de la UNAM

Para honrar la trayectoria y contribuciones científicas de Óscar Flores Villela, académico de la UNAM, una nueva especie de rana arborícola endémica de Guerrero fue nombrada con su apellido.

Así como ha sucedido con grandes personajes históricos y/o personas de fama mundial como Charles Darwin, Leonardo Da Vinci, Cleopatra, Pancho Villa y Lady Gága, el reconocimiento es hoy para el académico de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Los descubridores de Sarcohyla floresi, de la Universidad de Michigan, la describieron a partir de una colección científica de esa institución, en Estados Unidos; luego hicieron trabajo de campo en Guerrero, la encontraron viva en la Sierra Madre del Sur, identificándola como microendémica, pues solamente vive en una zona específica de ese estado mexicano.

“Es importante que se describan especies nuevas, no tanto el hecho de que me la dediquen, aunque es un reconocimiento y agradezco a los autores”, dijo Flores Villela, herpetólogo y desde hace 41 años profesor de la Facultad de Ciencias (FC).

Resaltó que su grupo de herpetología –rama de la zoología que estudia reptiles y anfibios– se dedica a descubrir especies nuevas y han encontrado más de 60. “Todos los años uno de mis alumnos o una persona asociada con nosotros, como son algunos de los autores de este hallazgo, describen especies nuevas”.

El universitario detalló que muchas de estas especies se quedan en México, pues los científicos buscan incrementar las colecciones de la UNAM, para conformar un patrimonio de ejemplares tipo, importantes por ser referencia de cada especie nueva que se describe.

“Es fundamental el inventario de la biodiversidad nacional, y a eso nos dedicamos en el Museo de Zoología de la FC”, comentó el responsable de anfibios y reptiles de ese recinto.

Sarcohyla floresi, de 10 milímetros de largo, vive en arroyos muy estrechos, algunos con corriente rápida, y a veces, cuando son adultas, pueden llegar a los árboles. Este grupo de ranas arborícolas, así como otros anfibios y reptiles como serpientes y salamandras, son abundantes en Guerrero y Oaxaca, zonas de la Sierra Madre del Sur, con gran riqueza biológica.

La topografía accidentada del estado le brinda cuencas con pequeños arroyos donde los animales quedan aislados, y esto favorece la biodiversidad específica, pues hay poco intercambio genético, explicó.

Riesgos para los anfibios

Entre los riesgos más grandes para los anfibios, Flores Villela destacó el cambio climático, la lluvia ácida (que contamina el agua y causa la muerte de especies que se reproducen en cuerpos de agua) y una enfermedad emergente llamada quitriodiomicosis, causada por el hongo Batrachochytrium dendrobatidis (Bd).

“El ataque de este hongo a la piel de anfibios y otras especies en peligro de extinción ocurre en todo el mundo, y causa deformaciones y muertes masivas de diversas poblaciones”, alertó.

Uno de los motivos de la expansión del hongo es el tráfico intensivo de especies en el orbe, pues se comercia con ellas para utilizarlas como alimento o mascotas, finalizó.

Origen del maíz es más antiguo y complicado de lo que te imaginabas

La historia nos cuenta que el maíz fue domesticado por la humanidad hace aproximadamente cinco mil años en la zona de las Balsas en Guerrero. No obstante, una nueva investigación de la UNAM revela que fue un largo proceso que comenzó hace 10 mil años en la zona de Jalisco.

Alejandra Moreno Letelier y Luis Eguiarte Fruns, investigadores de los Institutos de Biología y de Ecología de la UNAM realizaron un estudio genético del maíz para determinar dónde y cómo se domesticó.

Su origen silvestre

Hoy se conocen diferentes tipos de maíz que sirven para cocinar desde pozole y esquites, hasta preparar tortillas y palomitas. Sin embargo, todos tienen el mismo origen en su pariente silvestre: el Teocintle.

Existen dos subespecies de Teocintle: aquella que crece en las partes altas del Centro de México, como Xochimilco o Chalco, y la otra que se da en lugares tropicales, como en la zona de la cuenca del Río Balsas y las tierras bajas de la costa del Pacífico en el centro de México.

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores de la UNAM acudieron a poblaciones de esta planta silvestre y recolectaron semillas para así averiguar su variación genética y sus relaciones genealógicas.

En esta investigación colaboraron con investigadores de Estados Unidos y Francia, además de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, por medio de Daniel Piñero, quien fue director del Instituto de Ecología de la UNAM.

A través de técnicas moleculares usando el ADN de estas plantas analizaron miles de marcadores para conocer la variación en sus genomas. Lograron obtener más datos y evaluar la diversidad en las poblaciones.

¿Cómo comenzó la domesticación?

“Yo quería saber cómo comenzó la domesticación, exactamente en qué parte de México, cómo había sucedido, cuáles grupos humanos la comenzaron y hace cuánto tiempo”, dijo Luis Eguiarte.

Surgió otra pregunta: ¿cuál es el rol de las subespecies del Teocintle en la domesticación del maíz? “Se proponía que la subespecie del Balsas en Guerrero era el principal ancestro, sin embargo, la evidencia llevó a los investigadores a otra respuesta.

Al tener la oportunidad de estudiar una gran diversidad de maíz, debido al trabajo conjunto con otras instituciones, encontraron que las poblaciones de las tierras bajas del estado de Jalisco eran las ancestrales.

“Nos dimos cuenta que había mucha más variación proveniente de Jalisco que en casi todas las demás poblaciones de los parientes silvestres juntos”, explicó Alejandra Moreno.

Descubrieron gran diversidad de esta zona que no se había tomado en cuenta, porque Jalisco generalmente se omitía o muestreaba pobremente en los estudios anteriores.

“Hicimos otra serie de estudios y encontramos que hubo estos eventos de cruzamiento entre el maíz y el pariente silvestre, y una vez que se domesticó el proceso se repitió varias veces”.

Detectaron que los agricultores de hace miles de años seleccionaron maíces que se entrecruzaban con su pariente silvestre y eso ocurrió en varias ocasiones.

Se trata de un proceso que ha continuado a lo largo de toda la historia de los seres humanos y ha prevalecido hasta nuestros días, donde los agricultores continúan seleccionando el maíz.

Fuente de variación evolutiva

Conservar a los parientes silvestres de las plantas domesticadas es fundamental, porque son la fuente de toda la variación, tanto evolutiva como morfológica y eso les permitirá a los agricultores tener en el futuro cultivos viables.

La evolución sólo es posible cuando existe suficiente variación disponible para que los organismos se adapten a los cambios: si no hay diversidad ocurre la extinción.

El hecho de que en México existan dos grupos de parientes silvestres cercanos al maíz y que coexistan junto a los cultivos de los agricultores permite que esta especie sea evolutivamente viable.

Con los parientes silvestres del maíz se podrán generar nuevas variedades y razas criollas, incluso aquellas que se adapten a las necesidades cambiantes de la humanidad.

Investigadores de la UNAM implementan método diagnóstico de SARS-CoV-2 en muestras de saliva

Investigadores del Instituto de Biotecnología de la UNAM, en colaboración con la Secretaria de Salud Pública del Estado de Morelos, implementaron método diagnóstico de SARS-CoV-2 en muestras de saliva.

Dentro de las ventajas de este método se encuentran la reducción del riesgo de contagio del personal de salud ya que la toma de muestra la realiza el mismo paciente.

Además, al no necesitar de hisopos ni kits de extracción de RNA, se reducen el costo y el tiempo de procesamiento de la muestra.

De esta manera, el IBt-UNAM ofrece un método diagnóstico sensible, rápido  y económico que será de gran ayuda en el regreso a las actividades.

El trabajo fue aceptado para su publicación en la revista Journal of Clinical Microbiology el pasado 23 de Julio y se puede consultar en la siguiente liga:

https://jcm.asm.org/content/early/2020/07/23/JCM.01659-20

Comunidad científica resiliente

Sin duda la SARS-CoV-2 ha colocado a la humanidad ante diversos desafíos, donde se destaca una primera necesidad y homogénea: mantenerse con vida. Los gobiernos y las sociedades han desarrollado diversas estrategias para hacer frente a diversos retos que esta pandemia ha impuesto. Las muertes, la enfermedad y el confinamiento han situado a las poblaciones ante ineludibles duelos, las pérdidas son innumerables, pues no sólo se cuentan vidas, sino también empleos, relaciones, formas de existir y coexistir, formas de interactuar y hacer comunidad.

Esta pandemia ha incrementado problemas sociales no resueltos, como son: las diferentes violencias, la pobreza extrema, el desempleo, la discriminación, la desinformación, la falta de oportunidades y desarrollo, entre otras formas de opresión y negligencia estructural. Nadie ha estado exento de contagiarse, enfermar, morir, angustiarse, deprimirse, sentir miedo, desesperación o incertidumbre, padecer estrés agudo o padecer otros malestares vinculados con la pandemia.

A nivel mundial, todas las personas y las diferentes entidades gubernamentales han tenido y tienen un papel fundamental para evitar la propagación y el desastre, los trabajadores del sector salud son quienes han enfrentado sin descanso la emergencia sanitaria. Asimismo, gran parte de la sociedad espera que la comunidad científica genere pronto el conocimiento pertinente para combatir y detener a la SARS-CoV-2, y para poder hacer frente a las diversas implicaciones que ha provocado.

La comunidad científica se ha hecho presente a través de la publicación de diversos artículos científicos y de opinión. En concordancia, Torres (2020) señala que la comunidad científica se encuentra ante uno de sus mayores retos para resolver un problema sanitario de alcance global, lo cual ha propiciado un volumen de publicaciones sin precedentes en torno al mismo tema.

A través de diferentes plataformas virtuales se han desarrollado conversatorios, conferencias, páneles de reflexión, páneles de discusión, webinars, boletines informativos, notas de coyuntura, entre otras actividades. Han hecho uso de los medios de comunicación para expresar posturas, opiniones y socializar los últimos hallazgos de investigaciones vinculadas con la pandemia.

Los esfuerzos de divulgación y la generación del conocimiento por parte de las universidades y diversos centros de investigación se han generado (en un gran porcentaje) a la distancia, por lo que se han activado diversas plataformas para mantenerse en comunicación. Desde la UNAM, de manera temprana se realizaron diferentes acciones para generar respuesta a la emergencia sanitaria y contribuir al conocimiento de la pandemia:

“…la Rectoría a través de las coordinaciones de la Investigación Científica, de Humanidades, de Cultura y para la Igualdad de Género de la UNAM realizo medidas decisivas en todos los ámbitos del quehacer universitario, además de estrategias determinantes para contribuir a conocer y entender la dinámica de la SARS-COV2. La aportación de la Universidad Nacional ha resultado fundamental en materia de prevención y atención a la salud, asesoría a instituciones de gobierno, en investigación biomédica, en el diseño de equipos y dispositivos médicos, en atención psicológica, jurídica y de género, en el modelaje de la dinámica de la pandemia en México e orientando a la sociedad veraz y oportunamente sobre distintos aspectos de la pandemia.… En el campo de la investigación ha desplegado un esfuerzo enorme para contribuir al conocimiento de la pandemia, desde las ciencias de la salud, así como en los ámbitos sociales y económicos, para dar continuidad a los proyectos en estos momentos difíciles de trabajo y convivencia y preparar las acciones que tendrá que realizar nuestro país en el futuro cercano” (Dirección General de Comunicación Social DGCS/UNAM, 2020).

Las cuales fueron socializadas con los diferentes medios de comunicación de esta máxima casa de estudios y replicados por diversas instituciones y medios de comunicación nacionales e internacionales. Se desarrollaron diversos sitios web para contribuir a la información en torno a la pandemia, por mencionar algunos ejemplos desde la Coordinación de Humanidades se desarrolló el sitio web “COVID-19. Humanidades UNAM. Reto social” y desde el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias fue desarrollado el “Micrositio del CRIM sobre la pandemia del COVID-19”. Estas acciones abren una puerta a colaboraciones de investigación encauzadas a generar ciencia de incidencia, a la difusión y la divulgación del trabajo de investigación institucional e interinstitucional, y a una interacción cercana a la sociedad.

No obstante, es importante visibilizar que el desarrollo científico está a cargo de personas comunes y corrientes, que no están exentas de vivir diversos escenarios complejos, lo que hace también preguntarse bajo que contextos adversos se está produciendo el conocimiento, en una pregunta concreta: ¿cómo ha sido y es investigar y generar conocimiento bajo el contexto de la COVID-19?

Para puntualizar sobre un ejemplo y desde una perspectiva de género, hemos podido observar en los últimos meses cómo la carga de trabajo se ha incrementado en las mujeres, al tratar de conciliar el trabajo desde casa, donde no existe un distanciamiento físico y emocional que permita establecer espacios definidos entre el trabajo y las labores domésticas, de crianza y cuidado.

De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través de publicación ¿Qué significa la COVID-19 para las mujeres?, se señala que los efectos de la crisis sanitaria son diferenciados por cuestiones de género, que las mujeres y las niñas enfrentan riesgos específicos debido a las desigualdades, normas sociales y desequilibrios de poder fuertemente arraigados en la sociedad. Se puntualiza la necesidad de comprender el impacto diferenciado de esta crisis sobre niñas y mujeres para poder incidir en políticas que reduzcan las vulnerabilidades y propicien “un mundo más justo y resiliente” (PNUD, 2020).

Lo que hace preguntarme de forma más particular: ¿cómo las mujeres científicas concilian su vida privada con su vida profesional bajo un contexto de pandemia? En este sentido, es importante comenzar a indagar con profundidad las formas, las situaciones y los contextos en los que se desarrolla el trabajo científico en general bajo esta pandemia para poder entender, desde una perspectiva de género, no sólo los alcances, sino también las limitaciones en que se produce el conocimiento, pero sobre todo indagar sobre las alternativas resilientes que la comunidad científica puede emplear o ha empleado para dar continuidad a su trabajo.

Ahora bien, bajo este contexto tan complejo, la resiliencia se convierte en un fundamental proceso durante y después de la pandemia para las diferentes comunidades, incluyendo la científica. Desde mis estudios y con fundamento en las aportaciones del teórico Boris Cyrulnik, he sustentado que la resiliencia es un proceso que involucra factores internos y factores externos para sobrellevar la adversidad, lograr una transformación que permita continuar o crear nuevos proyectos de vida.

Un aspecto fundamental en la generación de la resiliencia es la perspectiva relacional, pues somos seres vinculados y vinculantes. El confinamiento significó un aislamiento social desde una narrativa impuesta y poco analizada para recomendar un distanciamiento social, cuando en realidad lo que se requería era un distanciamiento físico. Ante esta situación, se requiere hacer un especial énfasis al poder relacional de la resiliencia, el cual puede ocurrir a través de la interacción en favor de procesos comunitarios, fortalecidos por la búsqueda de un bien común. Tengamos en cuenta que una resiliencia que se traslade a la comunidad permitirá construir (a través del engranaje de saberes) resoluciones a problemas sociales (Granada, 2018). El compromiso de hacer comunidad, una comunidad resiliente frente a la SARS-COV2, es un compromiso general, que también involucra al ámbito científico.

A través de una comunidad científica comprometida a colaborar interinstitucionalmente y de forma interdisciplinaria, donde los esfuerzos no se detengan para trabajar de forma colaborativa y lograr diálogos que permitan la divulgación efectiva de sus avances será posible una incidencia orientada a la resiliencia. Los actuales retos mundiales requieren de una ciencia capaz de trabajar y avanzar en redes, pero para ello, es preciso también reconocer los contextos adversos bajo los que se desarrolla la generación de conocimiento, de esta manera, será posible desarrollar acciones para contrarrestarlos a través de colaboraciones responsables y creativas que permitan hacerles frente.

Por ello, es indispensable que desde diferentes espacios científicos y académicos se dé continuidad a acciones que propicien el diálogo para la construcción de caminos resilientes en la sociedad. No sin antes, esta interacción dialógica debe reconocer las limitaciones, complicaciones y las diferentes vulnerabilidades en los procesos de generación del conocimiento. Lo que implicará propiciar alternativas para la generación de procesos resilientes caracterizados por flexibilidad, claridad, creatividad, solidaridad, comunicación e interacción que, lejos de provocar una adaptación a situaciones adversas, permitan una transformación orientada a construir una ciencia de incidencia social.

Cabe destacar que el dolor y sufrimiento de la adversidad provocada por la SARS-CoV-2 puede incrementarse y convertirse en un malestar cultural, por el contrario, si seguimos insistiendo en una promoción narrativa y práctica de la resiliencia puede resultar en una transformación de la adversidad a través de la resolución creativa de situaciones desventajosas.

Hoy más que nunca se da la oportunidad de convertir la palabra resiliencia en una praxis general. No obstante, es preciso considerar que el proceso resiliente es complejo, ya que implica cambios actitudinales, cognitivos y emocionales, en algunos casos, un total cambio de vida. Incluso para Cyrulnik (2001) es representado como un oxímoron, donde los opuestos se reconstruyen en nuevos significados, donde la adversidad se visualiza como oportunidad.

La construcción de una comunidad resiliente desde el ámbito universitario, requiere una mirada interdisciplinaria y transdisciplinar, que vaya más allá de una atracción académica, que propicie una construcción dialógica de saberes constantes con y para la comunidad.

Es momento de capitalizar saberes y experiencias que nos está dejando la pandemia, las implicaciones de la SARS-CoV2 nos deben motivar a generar alternativas para seguir caminando a través de la adversidad, para no permitir que se nos inmovilice o condene a la tragedia. Y es que vivir en la incertidumbre es complejo, pero en estos tiempos es ineludible aprender a hacerlo; sin embargo, es posible disminuir sus consecuencias negativas a través de la generación de comunidad, donde los procesos dialógicos abran un abanico de posibilidades para abordar un nuevo mundo, y darle sentido a lo que nos pasó.

La resiliencia en comunidad da paso a procesos cognitivos que optimizan la resolución de los problemas colectivos. No sólo se hace uso de los saberes, se reconocen los sentimientos y las emociones en torno a las adversidades, se prioriza el vínculo humano para potenciar el sentido comunitario. En otras palabras, la resiliencia en comunidad permitirá reconocer que todo conocimiento es valioso si se coloca en el contexto adecuado para generar nuevos procesos o reconstruir procesos enfocados al bienestar colectivo (Granada, 2018). Promover una resiliencia comunitaria desde el ámbito científico generará sin duda diversas implicaciones positivas para la sociedad.

Para finalizar, debo decir que, siendo el humor una característica resiliente enriquecedora, estoy encantada de compartir la palabra ResiliCiencia, con el ánimo de seguir insistiendo en la resiliencia y recalcar su importancia desde todos los ámbitos, hoy en particular desde el ámbito científico. Hagamos comunidad, una comunidad científica resiliente.

 

Referencias bibliográficas

Cyrulnik, B. (2001). La maravilla del dolor. Barcelona: Gedisa.

Dirección General de Comunicación Social DGCS/ UNAM (2020). La UNAM no se detiene: Primeras 91 acciones contundentes frente a la pandemia. Disponible en: https://www.unamglobal.unam.mx/?p=85549

Granada, P. (2018). La resiliencia comunitaria como expresión de la inteligencia colectiva. La capacidad re-generativa de los colectivos humanos en las prácticas de protección de la infancia en contextos de adversidad. En: Simpson, M; Munist, M; Cruz, E; Kotliarenco M; Klasse, E. y A. Melillo. Resiliencia comunitaria (pp. 191-211). Buenos aires: Dunken.

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2020). ¿Qué significa la COVID-19 para las mujeres? Disponible en: https://www.undp.org/content/undp/es/home/blog/2020/what-does-coronavirus-mean-for-women.html

Torres, D. (2020). Ritmo de crecimiento diario de la producción científica sobre Covid-19. Análisis en bases de datos y repositorios en acceso abierto. El profesional de la información, 19 (2). Disponible en: https://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/61153/290215_Torres-Salinas.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Montes submarinos, posible causa de sismos

En el fondo del mar existen montes submarinos, sitios inimaginables e inexplorados, a donde la humanidad nunca ha llegado. Recientemente la UNAM examinó la zona de subducción mexicana, y por primera vez detectó una serie de montañas submarinas que podrían ser una de las causas principales de los sismos.

En la investigación realizada por el Instituto de Geografía (IG) de la UNAM, junto con otras entidades internacionales utilizando datos abiertos o públicos de batimetría del sitio, se detectó una serie de montes submarinos y mesetas ubicadas desde aproximadamente 22 kilómetros de distancia de la costa de Guerrero y más allá de la zona de subducción ubicada a 50 kilómetros.

María Teresa Ramírez Herrera, académica investigadora del laboratorio de Tsunamis y Paleosismología del IG, explicó en entrevista para UNAM Global que se enfocaron en la zona frente a Guerrero (entre Acapulco y Petatlán), porque no ha ocurrido un sismo en esta zona desde el evento de 1911, conocida como la brecha sísmica de Guerrero.

“Lo que encontramos ahí fue algo que nunca antes nadie había reportado, publicado o mencionado, una serie de montañas submarinas ubicadas en la placa de Cocos que se hunde y en este proceso generan mayor fricción”.

De hecho, se ha observado que en otras partes del mundo como Japón, Costa Rica o Java la subducción de montañas submarinas ha generado sismicidad. Por ejemplo, en Japón creó un evento con magnitud de 7.9 grados que fue asociado a la subducción del monte submarino.

La investigación

Los resultados de esta investigación se publicaron en la revista Journal of South American Earth Sciences, en donde se narra cómo a través de la barimetría (que es como estudiar la topografía en el fondo submarino) detectaron una serie de fallas y formas de relieve en la zona. “Incluso creamos una nueva terminología para nombrarlos”, añadió la académica universitaria.

“Ahora sabemos que al sacudirse el fondo oceánico surge una deformación y todo el cuerpo de agua se mueve, y esto significa que existe una asociación directa con los tsunamis”.

¿Se conocen las características?

Para conocer la edad y demás rasgos se tendría que perforar el fondo marino, recolectar sedimentos y detectar las características de los estratos que indicarían la edad, además de identificar si han ocurrido sismos pasados y tsunamis, que están asociados a estos eventos. “Quizás podríamos detectar la recurrencia de estos eventos”.

De hecho, “planteamos una propuesta para que con el buque Puma de la UNAM podamos colectar estos núcleos frente a la costa de Guerrero y contestar estas preguntas”.

Para María Teresa Ramírez, la importancia de este tipo de análisis no sólo es científica sino también social, porque al conocer lo ocurrido en el fondo submarino quizás se podría entender con qué frecuencia acontecen los sismos mayores de 7 grados, aquellos que dejan huella en los sedimentos, y no sólo aquellos asociados a montes submarinos, sino también los generados por la subducción, y así las autoridades serían capaces de tomar las decisiones correctas.

“No se debe de minimizar el riesgo, debemos estar atentos y realizar más estudios para estar preparados”.

 

¿El coronavirus está mutando? Sí, pero no hay porque entrar en pánico

En las novelas y películas, los patógenos infecciosos mutan e inevitablemente se vuelven más peligrosos. La realidad, sin embargo, es mucho menos teatral.

Primero, una mutación es solo un cambio

A nivel estructural, los virus consisten de dos componentes básicos:

  • El genoma, codificado en cadenas sencillas o dobles, segmentadas o no segmentadas de RNA o DNA y
  • la cápside, que es una coraza formada por proteínas, cuya función principal es proteger al genoma para evitar su degradación.

Algunos virus poseen de manera adicional una envoltura formada por lípidos, en la que se encuentran insertadas proteínas de reconocimiento celular.

Comparación entre una partícula vírica desnuda y una con envoltura. Imagen modificada de Mandigan et al., 2015

El SARS-CoV-2 es un virus con envoltura y presenta ARN. Como todos los virus, al ingresar en su célula hospedera (o infectada) toman el ‘control o comando’ de la célula y controlan los mecanismos energéticos celulares para transcribir el RNA viral en proteínas que el virus requiere para propagar la infección.

El RNA es una cadena larga de nucleótidos, su bloque de construcción son los llamados codones, 3 nucleótidos, estos tríos de nucleótidos proporcionan el código para construir aminoácidos que forman las proteínas del virus. Una mutación es un cambio en uno de estos nucleótidos en el material genético del virus, en el caso del SARS-CoV-2, uno de los aproximadamente 30,000 nucleótidos que lo conforman.

Dogma central de la biología. La cadena de DNA se transcribe a ARN y éste es traducido a una cadena de aminoácidos. Imagen modificada de Wikipedia

A veces, una mutación en un triplete es silenciosa, lo que significa que el codón todavía codifica el mismo aminoácido. Pero incluso cuando un aminoácido cambia, el virus podría no comportarse de una manera diferente. Algunas mutaciones también podrían generar virus disfuncionales que, como resultado, desaparecen rápidamente.

Y, de hecho, estos cambios pueden ser útiles cuando se trata de rastrear el camino del virus en todo el mundo, algo que los investigadores han estado haciendo desde que los expertos de China lanzaron la primera secuencia genética del coronavirus en enero. Los científicos pueden descifrar o secuenciar el ARN del virus para rastrear los cambios a medida que infecta a más personas. Luego pueden rastrear dónde y cómo se está propagando el coronavirus en una población, y monitorear los cambios adicionales en su genética.

Una nueva ‘cepa’ de virus, en realidad, no significa mucho

El término ‘cepa’ es usado muy, muy libremente por la mayoría de los científicos, dice Emma Hodcroft, epidemióloga molecular de la Universidad de Basilea en Suiza. “No existe realmente una definición estricta de la palabra ‘cepa’, particularmente cuando se habla de virus”. Los expertos simplemente podrían estar refiriéndose a virus que no son genéticamente idénticos, casi como hablar de diferentes personas.

Los virus siempre están cambiando. Cuando un virus infecta una célula, comienza a hacer copias de sus instrucciones genéticas. La mayoría de los virus no tienen las herramientas necesarias para corregir cada cadena de ARN en busca de errores, por lo que el proceso es propenso a errores y las diferencias se acumulan con el tiempo.

Los coronavirus como el SARS-CoV-2, por otro lado, tienen una enzima de corrección de pruebas, una rareza para los virus de ARN. Pero eso no significa que sus genomas no tengan errores. Los cambios aún se acumulan, solo que más lentamente que en otros virus de ARN, como en el caso de la influenza.

La mayoría de las mutaciones no son peligrosas

Una mutación puede o no afectar a un virus, pero solo ciertos tipos de mutaciones pueden hacer que el virus sea más peligroso para las personas. Quizás el cambio protege al virus del sistema inmune o lo hace resistente a los tratamientos. Las mutaciones también podrían alterar la facilidad con que el virus se propaga entre las personas o causar cambios en la gravedad de la enfermedad.

Afortunadamente, tales mutaciones son raras. Desafortunadamente, pueden ser difíciles de identificar.

Un estudio preliminar publicado el 5 de mayo en bioRxiv.org, por ejemplo, encontró una mutación en la proteína S de SARS-CoV-2, una proteína ubicada en la envoltura del coronavirus que le permite penetrar en las células. Esta nueva variante ahora se encuentra con mayor frecuencia en lugares como Europa y Estados Unidos que la forma original del coronavirus. Eso puede significar que el cambio hace que el virus sea más transmisible, concluyeron los autores. Pero el estudio careció de experimentos de laboratorio para respaldar tal afirmación.

“Lo que creo que ha sido potencialmente confuso para las personas, es que estamos viendo este proceso, que es muy normal, de transmisión y mutación viral pero en tiempo real”, dice Louise Moncla, epidemióloga evolucionista del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson en Seattle. “Y existe este deseo de comprender si estas mutaciones tienen alguna diferencia funcional”.

Respiren profundamente, dicen los expertos, y esperen mutaciones

Para entender si una sola mutación cambiará la forma en que funciona el virus, “no será cosa de un solo experimento”, dice el virólogo Debbink de la Universidad Estatal de Bowie. “Se necesita mucha investigación”.

Además de examinar secuencias genéticas de virus de pacientes con coronavirus en todo el mundo, los investigadores también se basarán en estudios en células o animales cultivados en laboratorio. Dichos estudios podrían ayudar a determinar si los virus con mutaciones particulares se comportan de manera diferente. Los experimentos de competencia, en los que dos virus diferentes se mezclan con células no infectadas en una placa de Petri o se usan para infectar a un animal, pueden ayudar a los científicos a determinar qué variante tiene más éxito en hacer copias de sí mismo, es decir, cuál “gana”.

Pero los resultados de laboratorio podrían no proporcionar tampoco la imagen completa. “El hecho de que algo sea diferente, en una célula durante un ensayo de laboratorio, no significa necesariamente que sea diferente cuando lo escalas a una infección real”, dice Hodcroft.

Estos estudios llevan tiempo. Mientras tanto, se garantiza que aparecerán más mutaciones de coronavirus en los próximos meses, y los expertos continuarán rastreándolos.

“Los datos nos dirán si debemos preocuparnos y de qué manera debemos preocuparnos”, dice Moncla. “Todos deberían respirar profundamente y darse cuenta de que esto es exactamente lo que se espera que suceda, y no necesariamente debemos preocuparnos”.

Fuente: Science News

Registran la secuencia completa de cómo un agujero negro expulsa materia e interactúa con el medio

Los agujeros negros estelares se forman tras el colapso de una estrella muy masiva, y sabemos que presentan un campo gravitatorio tan intenso que ni la luz puede escapar de ellos. Sin embargo, existen mecanismos a través de los que estos objetos realimentan el medio interestelar, al expulsar, a través de chorros o estallidos, parte del material que queda atrapado en su disco de acrecimiento.

Ahora, un grupo internacional de astrónomos ha observado, a lo largo de seis meses, la evolución del material expulsado por un agujero negro. Los resultados se publican en Nature Astronomy.

Conocido como MAXI J1820+070, o J1820, el agujero negro que forma parte de un sistema binario, en el que él y una estrella compañera parecida al Sol giran alrededor de un centro de masas común. En estos sistemas es habitual que el agujero negro absorba material de su estrella compañera, que cae hacia el agujero negro a través de un disco que lo rodea: en su caída, el material se calienta y el disco emite rayos X.

Se trata de objetos muy variables, cuyo brillo depende de cuánto gas pueda absorber el agujero negro, y en ocasiones se desarrolla también un chorro bipolar que expulsa parte del material y que es visible en ondas de radio, como ocurre en J1820.

Generalmente, este tipo de sistema astrofísico acumula una cantidad muy pequeña de material, por lo que no puede ser visto. Sin embargo, ocasionalmente entran en erupción y solo entonces son observables: tuvimos la suerte de detectar el estallido en J1820“, señala Joe Bright investigador del Departamento de Física de la Universidad de Oxford que encabeza el estudio.

Una rápida coordinación para realizar observaciones en radio de alta resolución unos días después del inicio del evento fue fundamental para interpretar los cambios morfológicos de la fuente en los seis meses siguientes”, apunta Javier Moldón, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) quien participó en el trabajo.

Así, se desplegó una extensa campaña de observación que incluyó telescopios en Reino Unido, como e-MERLIN, y Estados Unidos, así como el telescopio MeerKAT, que recientemente inició sus operaciones en Sudáfrica. “Con estas instalaciones fuimos capaces de rastrear la conexión entre el acrecimiento de material y los flujos. Y, más emocionante aún, pudimos observar las eyecciones de material, y rastrearlas en un amplio rango de separaciones del agujero negro“, indica Bright (U. Oxford).

Las velocidades registradas se hallan entre las más altas jamás observadas en un objeto fuera del Sistema Solar, tanto que el material parecía moverse más rápido que la luz, aunque no lo hace, se trata de un fenómeno óptico conocido como movimiento superlumínico aparente. También se registraron varios altibajos en el brillo del sistema: se produjeron unos descensos rápidos iniciales debido a la evolución del material eyectado, y después un nuevo aumento seguido de un decaimiento más lento debido a la interacción constante del material con el medio interestelar.

Los agujeros negros estelares, como J1820, se consideran versiones en miniatura de los agujeros negros supermasivos que se hallan en los núcleos de las galaxias. Se piensa que la retroalimentación de estos agujeros negros es un componente vital que regula el crecimiento de las galaxias, pero estos sistemas evolucionan en escalas de tiempo muy largas.

Sus contrapartes estelares, sin embargo, evolucionan rápidamente y constituyen por lo tanto los sistemas perfectos para estudiar el proceso de retroalimentación y su conexión con el acrecimiento.

Fuente: Instituto de Astrofísica de Andalucía

Artículo: Bright, J. S., Fender, R. P., Motta, S. E., Williams, D. R. A., Moldon, J., Plotkin, R. M., et al. (2020). An extremely powerful long-lived superluminal ejection from the black hole MAXI J1820+ 070. Nature Astronomy, 1-7.

Veneno de escorpión, podría ser un futuro tratamiento para la artritis

La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria que afecta las articulaciones y sus tejidos circundantes de manera crónica; causa dolor, rigidez, hinchazón y movimiento limitado de éstas. Es el tipo más común de artritis autoinmune.

En 2013, el Congreso del Colegio Mexicano de Reumatología, reportó una prevalencia del 1.6% dentro de la población, lo que colocó a México dentro de los países con alto porcentaje en artritis reumatoide. Tres de cada cuatro personas con artritis reumatoide son mujeres, esta diferencia entre sexos disminuye a edades más avanzadas.

Ahora, un nuevo estudio, publicado en Science Translational Medicine,  sugiere que una mini proteína derivada del escorpión podría algún día ayudar a tratar pacientes con artritis reumatoide.

Los científicos del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson identificaron que la mini proteína, extraída del veneno de escorpión, naturalmente se acumulan en el cartílago articular. Luego vincularon estas mini proteínas con esteroides, y lo probaron en ratas con artritis para revertir la inflamación.

El enfoque está a varios años de distancia de los pacientes humanos, dijo el científico principal del proyecto, el Dr. Jim Olson, quien descubre y desarrolla nuevos medicamentos utilizando planos de la naturaleza. Pero como prueba, es prometedor.

“Para las personas con artritis reumatoide, los efectos secundarios de controlar la enfermedad pueden ser tan graves o peores que la enfermedad en sí”, dijo Olson. “A los esteroides les gusta ir a todas partes del cuerpo, excepto donde más se necesitan. Esta es una estrategia para mejorar el alivio de la artritis con efectos secundarios sistémicos mínimos “.

El tesoro de la naturaleza para el desarrollo de drogas
El estudio publicado el miércoles en Science Translational Medicine surgió de una investigación de años en lo que Olson ha denominado optides, abreviatura de “péptidos optimizados”. Estas pequeñas proteínas se derivan de organismos naturales como escorpiones, serpientes, violetas y girasoles.

“Pensé que estos péptidos que están en venenos o toxinas podrían tener una biodistribución realmente única en los cuerpos humanos”, dijo Olson. “Si algo los está usando para la depredación, necesitan llegar a ciertos lugares rápidamente”.

Hace más de una década, Olson descubrió una mini proteína que se encuentra en el escorpión acechador de la muerte que puede unirse a las células cancerosas pero no a las sanas. Cofundó una compañía, Blaze Bioscience, en 2010 para desarrollar un tinte experimental llamado Tumor Paint BLZ-100, hecho de una versión especial y brillante de la proteína de ataque del atacante mortal. Ahora se está probando como una herramienta para que los cirujanos iluminen con precisión tumores cerebrales difíciles de ver.

Una vez que Blaze salió de Fred Hutch, Olson se preguntó qué otras drogas potenciales podrían estar al acecho en la naturaleza.

Hace cuatro años, Olson y su equipo examinaron docenas de péptidos derivados de escorpiones y arañas. Estaban buscando otras moléculas que también pudieran cruzar la barrera hematoencefálica, lo cual es una tarea extremadamente difícil; La barrera protectora está diseñada para mantener casi todo fuera del cerebro. Cuando un péptido parecía acumularse y permanecer en el cartílago, al instante se dieron cuenta de que esto podría ser un tratamiento para la artritis.

“Realmente muestra el valor de jugar científicamente y simplemente hacer cosas para la pura alegría de aprender”, dijo Olson. “Nunca sabes a dónde te llevará. Si pudiéramos aliviar la artritis de millones de personas con muy pocos efectos secundarios, esa es una muy buena inversión de nuestro tiempo “.

Los calamares editan su material genético en un lugar singularmente extraño

Los calamares pueden editar su información genética en un lugar que los científicos no esperaban.

Los calamares costeros de aleta larga (Doryteuthis pealeii) son los primeros animales conocidos que pueden modificar cadenas de ARN fuera del núcleo de una célula nerviosa. Estos ‘mensajeros genéticos’, llamados ARN mensajeros, o ARNm, son los encargado de llevar los ‘planos’ de construcción de una célula para generar proteínas.

Todas las criaturas realizan ediciones en el ARN y lo hacen con moderación, según estudios limitados en mamíferos y moscas de la fruta. Esos cambios generalmente tienen lugar dentro del núcleo y luego son dirigidos (exportados) al resto de la célula.

La capacidad de los calamares para realizar ediciones genéticas en el citoplasma, el material gelatinoso que forma gran parte de una célula, puede permitir que los animales realicen ajustes en los ARNm sobre la marcha.

Habilidad que podría ayudar a los calamares a producir proteínas adaptadas para satisfacer las necesidades de una célula y perfeccionar procesos celulares cruciales, tal como informan los investigadores en Nucleic Acids Research.

Saber cómo los calamares realizan dichas ediciones en las células nerviosas podría ayudar a los investigadores a imitar la técnica y después desarrollar terapias para condiciones de salud, tales como el dolor crónico, ya que se podría realizar edición genética de células que crean señales de dolor inapropiadas, dice Joshua Rosenthal, profesor del Laboratorio de Biología Marina de la Universidad de Chicago.

El método sería muy similar a la técnica de edición de ADN CRISPR, pero para el ARN.

En el nuevo estudio, Rosenthal y sus colegas observaron por primera vez dónde se encuentra una proteína de edición de ARNm en las células nerviosas o neuronas de los calamares. El equipo descubrió que la proteína, llamada ADAR2, se encuentra tanto en el citoplasma como en el núcleo de las neuronas de calamar, un indicio de que la proteína podría editar los ARNm en ambas áreas.

Luego, el equipo extrajo el citoplasma de las neuronas del calamar, en específico de los axones, el delgado tallo de una neurona, “como si estuvieras exprimiendo la pasta de dientes del tubo“, dice Rosenthal. ADAR2 editó ampliamente un ARNm dentro del citoplasma extraído de los axones, encontraron los investigadores.

El desarrollo de una técnica de edición de ARN similar a CRISPR podría tener ventajas clave. Si bien las ediciones generadas por CRISPR en el ADN son permanentes, el ARN es transitorio y la información genética editada desaparecería cuando el ARN se degrade en la célula después de su función (proceso normal).

Hay muchas ventajas para tratar de manipular la información genética en el ARN“, dice Rosenthal. “Si se comete un error, no es tan peligroso. Si comete errores en el ADN, los tendrás de por vida“.

Fuente: Science News

Artículo: I. Vallecillo-Viego et al. Spatially regulated editing of genetic information within a neuronNucleic Acids Research. Published March 23, 2020. doi: 10.1093/nar/gkaa172.

Primer tratamiento CRISPR-Cas9 insertado directamente en el cuerpo para el tratamiento de una enfermedad congénita

Una persona con una condición genética (amaurosis congénita de Leber) que causa ceguera, se ha convertido en la primera persona en recibir una terapia génica CRISPR-Cas9 administrada directamente en su cuerpo.

La tecnología CRISPR-Cas9 es una herramienta molecular utilizada para “editar” o “corregir” el genoma de cualquier célula. Eso incluye, claro está, a las células humanas. Es algo así como unas ‘tijeras moleculares’ capaces de cortar cualquier molécula de ADN haciéndolo además de una manera muy precisa y controlada.  Esa capacidad de cortar el ADN es lo que permite modificar su secuencia, eliminando o insertando nuevo ADN.

Este nuevo tratamiento es parte de un ensayo clínico histórico para evaluar la capacidad de las técnicas de edición de genes CRISPR-Cas9 para eliminar mutaciones que causan una condición rara, la amaurosis congénita de Leber 10 (LCA10), para la cual actualmente no hay tratamiento disponible, y es la principal causa de ceguera en la infancia.

Cómo funciona

En concreto, los componentes de la maquinaria de edición genética se introdujeron en el genoma de virus manipulados, estos fueron inyectados directamente en el ojo, cerca de las células fotorreceptoras de la retina.

El objetivo es que estos virus manipulados «infecten» a las células e inyecten los genes que transportan, que son capaces de modificar una secuencia concreta del genoma de las células de la retina. En concreto, eliminan una mutación en el gen CEP290, que provoca la amaurosis congénita de Leber. Dicha mutación impide el correcto funcionamiento de los fotorreceptores de la retina.

Es un momento emocionante“, dice Mark Pennesi, especialista en enfermedades hereditarias de la retina en la Oregon Health & Science University (OHSU) en Portland. Pennesi está colaborando con las compañías farmacéuticas Editas Medicine de Cambridge, Massachusetts y Allergan de Dublín para llevar a cabo el ensayo, el que se ha denominado BRILLIANCE.

Aunque las mutaciones en CEP290 desactivan las células sensibles a la luz llamadas fotorreceptores en la retina, las células aún están presentes y vivas en personas con LCA10. “La esperanza es que pueda reactivar esas células“, dice Pennesi. “Esta es una de las pocas enfermedades en las que creemos que realmente podría mejorar su visión”.

Erradicación de mutaciones

Esta no es la primera vez que se intenta insertar la edición de genes en el cuerpo: un sistema de edición de genes más antiguo, llamado nucleasas con dedos de zinc (ZFN, del inglés zinc-finger nucleases), ya se ha administrado directamente a las personas que participan en ensayos clínicos. Sangamo Therapeutics de Brisbane, California, ha probado un tratamiento basado en ZFN para una afección metabólica llamada síndrome de Hunter. La técnica inserta una copia saludable del gen afectado en una ubicación específica en el genoma de las células hepáticas. Aunque parece seguro, los primeros resultados sugieren que podría hacer poco para aliviar los síntomas del síndrome de Hunter.

Por ahora, el uso de CRISPR-Cas9 en el cuerpo es un salto significativo, dice Fyodor Urnov, quien estudia la edición del genoma en la Universidad de California, Berkeley. “Es similar a un vuelo espacial versus un viaje en avión regular“, dice. “Los desafíos técnicos y las preocupaciones de seguridad inherentes son mucho mayores“.

Fuente: Nature y OHSU

Prueba clínica: “Single Ascending Dose Study in Participants With LCA10“. NIH

Escuchan a un sacerdote egipcio 3,000 años después de su muerte

El sonido de un sacerdote momificado se ha escuchado por primera vez en 3.000 años, gracias a la ingeniosa investigación de un equipo de académicos.

El artículo fue publicado en Scientific Reports.

Las momias del antiguo Egipto son los únicos testigos de una civilización que ya no existe. Sus sarcófagos proporcionan a los arqueólogos una información muy valiosa sobre cómo sus coetáneos entendían la vida y la muerte. Y las nuevas técnicas no invasivas, como las tomografías computarizadas (TC), pueden observarlas, sin siquiera desenvolverlas, para estudiar sus intimidades así como sus sufrimientos físicos y enfermedades. Pero, hasta ahora, esos testigos eran mudos.

Ahora, un equipo de investigadores dirigido por David Howard de la Universidad de Londres y John Schofield de la Universidad de York recreó, usando una máquina de impresión 3D, la voz del antiguo sacerdote egipcio Nesyamun, quien murió durante el reinado del faraón Ramsés XI (c. 1010–1069 a.C.) hace más de 3000 años, trabajando como escriba y sacerdote en el templo estatal de Karnak en Tebas, Luxor moderno. Su voz era una parte esencial de sus deberes rituales que incluían elementos hablados y cantados.

Para crear el modelo, los científicos utilizaron una tomografía computarizada y generaron escaneos de la cabeza y el cuello. Con ello, descubrieron las deficiencias de la momia: esta carecía de la mayor parte del volumen muscular de la lengua y el paladar blando. Sin embargo, la mayor parte del tracto vocal se encontraba en condiciones satisfactorias. El modelo de computadora resultante tiene dimensiones de 8.1 centímetros desde el labio superior hasta el borde del paladar blando y duro, así como 6.8 centímetros desde este borde hasta el cartílago tiroides.

Al resultado se le incorporó un altavoz, en específico, una fuente de sonido de laringe electrónica. Como resultado, los investigadores obtuvieron un sonido semejante a un sonido bucal, algo similar al pronunciar las palabras inglesas malo (bad) y cama (bed).

Fuente: Universidad de York

Artículo: “Synthesis of a Vocal Sound from the 3,000 year old Mummy, Nesyamun ‘True of Voice’“. Scientific Reports.

Un fármaco para el edema mejora algunos síntomas del autismo

El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno del desarrollo neurológico que se estima que afecta a uno de cada 160 niños en todo el mundo. Se caracteriza por deficiencias en la comunicación social, que se manifiestan como problemas para comprender las emociones y la comunicación no verbal, como el contacto visual y la sonrisa, y fallas en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de las relaciones sociales.

Las personas con TEA también tienden a mostrar un comportamiento repetitivo. En los casos leves de TEA, las personas pueden vivir de manera independiente, pero en algunos la afección puede ser grave y requerir atención y apoyo de por vida.

La bumetanida, un medicamento recetado comúnmente para el edema (la acumulación de líquido en el cuerpo), mejora algunos de los síntomas en niños pequeños con trastornos del espectro autista (TEA) y no tiene efectos secundarios significativos, confirma un nuevo estudio de investigadores en China y el Reino Unido.

Publicado hoy en Translational Psychiatry, el estudio demuestra por primera vez que el medicamento mejora los síntomas al disminuir la relación entre GABA y glutamato en el cerebro.

Tanto el GABA y glutamato son neurotransmisores, mensajeros químicos que ayudan a las células nerviosas del cerebro a comunicarse.

Aunque los mecanismos biológicos subyacentes a los TEA siguen siendo en gran medida desconocidos, investigaciones anteriores han sugerido que puede ser el resultado de cambios en el desarrollo cerebral temprano en la vida, y en particular en relación con GABA, un neurotransmisor, un químico en el cerebro que controla cómo se comunican las células nerviosas.

En el cerebro adulto, el GABA es inhibitorio, lo que significa que desactiva las células nerviosas. En la vida fetal y el desarrollo postnatal temprano, es principalmente excitador, activa las células nerviosas, desempeñando un papel clave en el desarrollo y la maduración de las células nerviosas.

Las alteraciones en el interruptor GABA (de excitador a inhibidor) pueden causar un retraso cuando los circuitos neuronales en desarrollo alcanzan la madurez funcional, con consecuencias para la actividad de la red. Esto implica que intervenir a una edad temprana puede ayudar a reducir algunos de los síntomas que pueden dificultar la vida de las personas con TEA.

Los tratamientos actuales para el TEA en edad preescolar son principalmente intervenciones conductuales, como el uso del juego y las actividades conjuntas entre los padres y sus hijos para aumentar las habilidades lingüísticas, sociales y cognitivas. Sin embargo, con recursos limitados, existe una desigualdad en el acceso a estos tratamientos en todo el mundo, particularmente en los países en desarrollo.

Ahora, una colaboración internacional entre investigadores de varias instituciones en China y en la Universidad de Cambridge, Reino Unido, ha demostrado que la bumetanida es segura y efectiva para reducir los síntomas en niños de hasta tres años de edad. El TEA se puede diagnosticar de manera confiable a los 24 meses de edad o incluso a los 18 meses de edad.

El equipo reclutó a 83 niños de entre tres y seis años y los dividió en dos grupos. Un grupo de 42 niños recibió 0,5 mg de bumetanida dos veces al día durante tres meses, mientras que un grupo control de 41 niños no recibió tratamiento.

Los investigadores evaluaron los síntomas usando la Escala de Calificación de Autismo Infantil (CARS), que se usa para calificar comportamientos como la imitación, la respuesta emocional y la comunicación verbal y no verbal. Se considera que los niños con puntajes superiores a 30 en la escala tienen TEA.

Antes del tratamiento, ambos grupos tenían puntajes CARS similares, pero luego, el grupo de tratamiento ahora tenía un puntaje total promedio de 34.51 (en comparación con el puntaje promedio del grupo control de 37.27).

Además, lo que es más importante, el grupo de tratamiento mostró una reducción significativa en el número de ítems en los CARS asignados a un puntaje mayor o igual a tres, con un número promedio de 3.52 ítems en el grupo de tratamiento en comparación con 5.49 ítems en el grupo de control.

El Dr. Fei Li del Hospital Xinhua, Facultad de Medicina de la Universidad Jiao Tong, el líder clínico del estudio, dijo: Tengo muchos niños con trastorno del espectro autista bajo mi cuidado, pero como los recursos de tratamiento psicológico no están disponibles en muchos lugares, estamos incapaz de ofrecerles tratamiento. Un tratamiento efectivo y seguro será una muy buena noticia para ellos.

Para comprender los mecanismos subyacentes a las mejoras, los investigadores utilizaron una técnica de imagen cerebral conocida como espectroscopía de resonancia magnética para estudiar las concentraciones de neurotransmisores en el cerebro.

Descubrieron que en dos regiones cerebrales clave, la corteza insular (que desempeña un papel en las emociones, la empatía y la autoconciencia) y la corteza visual (responsable de integrar y procesar la información visual), la proporción de GABA a glutamato disminuyó durante los tres período de un mes en el grupo de tratamiento.

Se sabe que el GABA y el glutamato son importantes para la plasticidad cerebral y para promover el aprendizaje.

El profesor Ching-Po Lin de la Universidad Nacional Yang-Ming dijo: “Esta es la primera demostración de que la bumetanida mejora la función cerebral y reduce los síntomas al reducir la cantidad del químico cerebral GABA. Comprender este mecanismo es un paso importante hacia el desarrollo de nuevos y más efectivos tratamientos farmacológicos“.

Fuente: Universidad de Cambridge

Artículo: Lingli Zhang et al. Symptom improvement in children with autism spectrum disorder following bumetanide administration is associated with decreased GABA/glutamate ratios. Translational Psychiatry; 27 Jan 2020.

Revelan un nuevo componente de la sangre

¿La sangre que creíamos conocer tan bien contiene elementos que habían sido indetectables hasta ahora?

La respuesta es sí, según un estudio publicado en FASEB Journal realizado por investigadores del INSERM (Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale), quienes revelaron, por primera vez, la presencia de mitocondrias funcionales y libres en el torrente sanguíneo.

Las mitocondrias, tradicionalmente conocidas por ser el sitio de la respiración celular, son las ‘baterías’ pues son capaces de crear energía (en forma de ATP) dentro de las células eucariotas, y que también juegan un papel importante en la hematopoyesis, el proceso del cuerpo para crear nuevas células sanguíneas.

Hasta ahora solo se habían encontrado fuera de las células en casos muy específicos, en forma de fragmentos encapsulados dentro de las microvesículas. Bajo ciertas condiciones muy específicas, las plaquetas también son capaces de liberar mitocondrias intactas en el espacio extracelular.

Los investigadores utilizaron hallazgos previos donde mostraron que el plasma (fracción acelular de la sangre) de un individuo sano contiene hasta 50,000 veces más ADN mitocondrial que el ADN del núcleo celular.

Ello sorprendió a los investigadores, pues el material genético de las mitocondrias, a diferencia del ADN almacenado en el núcleo celular, no tiene histonas. Es decir, no presenta una estructura estable que lo proteja, y por lo tanto resulta más susceptible a los procesos de degradación.

Así pues, los científicos postularon la existencia de algún tipo de sistema capaz de encapsular y preservar la integridad del ADN mitocondrial. A fin de corroborar esta hipótesis, aislaron, mediante centrifugación y filtración, los distintos componentes del plasma hasta hallar lo que parecían mitocondrias intactas y libres (hasta 3,7 millones por ml de plasma) ; fuera del entorno celular. Estos orgánulos, además de constituir el origen del material genético detectado, resultaron viables y funcionales, capaces de consumir el oxígeno necesario para realizar el proceso de respiración celular.

Pero, ¿cuál es el papel de estas mitocondrias extracelulares?

La respuesta a eso podría estar vinculada a la estructura del ADN mitocondrial, similar a la del ADN bacteriano, lo que le da la capacidad de inducir respuestas inmunes e inflamatorias.

Con base en esta observación, los investigadores plantean la hipótesis de que estas mitocondrias circulantes podrían estar implicadas en muchos procesos fisiológicos y/o patológicos que requieren comunicación entre las células (como los mecanismos de inflamación).

De hecho, estudios recientes han demostrado la capacidad de ciertas células para transferir mitocondrias entre ellas, como las células madre con células dañadas. “Las mitocondrias extracelulares podrían realizar diversas tareas como mensajeras para todo el cuerpo“, especifica Alain R. Thierry Grange, investigador de INSERM del Instituto de Cáncer de Montpellier.

Además de su importancia para nuestro conocimiento de fisiología, este descubrimiento podría conducir a mejoras en el diagnóstico, monitoreo y tratamiento de ciertas enfermedades. De hecho, el equipo de investigación ahora dedica su atención a evaluar las mitocondrias extracelulares como biomarcadores en el diagnóstico prenatal no invasivo y el cáncer; pues el estudio muestra que, además de las plaquetas, tanto las células normales como las tumorales también pueden secretar mitocondrias.

Fuente: INSERM

Artículo: Al Amir, D. Z., Otandault, A., Tanos, R., Pastor, B., Meddeb, R., Sanchez, C., et al. (2020). Blood contains circulating cell-free respiratory competent mitochondria. FASEB journal: official publication of the Federation of American Societies for Experimental Biology.

Las Ráfagas Rápidas de Radio (FRB), fenómeno astrofísico de gran energía

En radioastronomía, una ráfaga rápida de radio (FRB, por sus siglas en inglés) es un fenómeno astrofísico de gran energía de origen desconocido que se manifiesta como ráfagas súper rápidas de ondas de radio que dura en promedio unos pocos milisegundos, y pasan por la Tierra desde el espacio profundo.

Estos FRB viajan a través del espacio y han intrigado a los astrónomos desde que fueron descubiertos por primera vez hace poco más de una década y, gracias a un equipo de científicos canadienses (Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment o por sus siglas CHIME), se ha localizado con precisión una nueva señal en una galaxia cercana. Es un paso importante para descubrir de dónde provienen estos enigmas en nuestro universo.

Las FRB probablemente ocurrieron durante miles de millones de años. Pero los humanos solo los descubrieron por primera vez en el 2007, y desde entonces solo han detectado unas pocas docenas de ellos. Y en junio de 2019, los astrónomos finalmente rastrearon un FRB hasta su galaxia natal.

El CHIME está compuesto por más de 50 científicos en América del Norte y recoge datos de un radiotelescopio estacionado en el Observatorio Radio Astrofísico Dominion al sur de Penticton, Canadá.

Hay muchas teorías sobre lo que podrían ser, pero con un tamaño de muestra tan pequeño, los astrónomos aún no pueden descartar mucho. Hasta ahora solo han rastreado los orígenes de dos señales repetidas.

En concreto, la señal, llamada FRB 180916.J0158+65, se repite cada 16,35 días de la siguiente forma: durante cuatro días llegan a la Tierra una o dos ráfagas rápidas de radio cada hora. Después, durante doce días, el silencio. Tras este periodo, el ciclo se vuelve a repetir.

Los astrónomos observaron este fenómeno durante un total de 409 días. Sin embargo, este patrón repetitivo sugiere que algo más está sucediendo, que hay una especie de máquina natural en el universo para bombear chillidos regulares de energía de radio a través del espacio.

El estudio está disponible en el sitio de preimpresión arXiv antes de ser revisado por pares.

Fuente: Space.com

Artículo: “Periodic activity from a fast radio burst source“. arXiv

 

Compañías que permiten la participación de las mujeres en las Juntas Directivas, son más innovadoras y eficientes

Si hubiera una forma directa y rentable para que las empresas impulsen la innovación, mejoren la eficiencia, estimulen el crecimiento, aumenten la competitividad y reduzcan el riesgo, casi seguramente la adoptarían.

Pero según un nuevo estudio de la Escuela de Negocios Sauder de la Universidad de Columbia Británica (UBC), la solución es muy simple: las empresas solo necesitan nombrar a más mujeres en sus juntas directivas. Este es el primer estudio de este tipo, en el que se vincula la diversidad de género para mejorar la eficiencia e innovación.

Los investigadores examinaron la composición de juntas en 12,244 empresas en 45 países. También analizaron el nivel de innovación de las empresas haciendo uso de medidas como: número de patentes, novedad de sus patentes y la rentabilidad de esa innovación.

Los resultados arrojaron que las empresas con más mujeres en sus juntas producían una mayor cantidad de patentes, y eran patentes más innovadoras con una eficiencia mayor.

Debido a que la innovación es el motor principal detrás del crecimiento corporativo, los resultados muestran que una mayor diversidad en los directorios puede aumentar significativamente las posibilidades de éxito de las empresas.

Los hallazgos fueron consistentes incluso después de que los investigadores controlaron las diferencias, como la edad del director, el número de directores, el cargo en el consejo, la experiencia en la industria, la nacionalidad y los antecedentes educativos, lo que confirma que la diversidad de género es distintiva y económicamente importante.

Las mujeres tienden a ser más cautelosas, orientadas a largo plazo y más orientadas a la comunidad, mientras que los hombres podrían estar más motivados por la reputación, la riqueza y el éxito personal“, dijo el profesor de la UBC Sauder Kai Li, quien fue coautor del estudio. “Y obtienes más por tu dinero, porque por el mismo gasto, generas más patentes“.

Y, sin embargo, en la mayoría de las áreas del mundo, la diversidad de género, es muy deficiente. El estudio descubrió que el país con la mayor proporción de mujeres en juntas corporativas era Noruega, mujeres que ocupaban el 27% de los puestos de la junta.

Li enfatiza que el estudio no dice que las mujeres sean inherentemente mejores que los hombres; más bien, una variedad de antecedentes, perspectivas y enfoques es lo que tiene más sentido comercial.

El punto no es centrarse en si un género es mejor que otro. Es la mezcla lo que cuenta“, dijo Li.

Fuente: The University of British Columbia

Artículo: Griffin, D., Li, K., & Xu, T. (2019). Board Gender Diversity and Corporate Innovation: International EvidenceJournal of Financial and Quantitative Analysis, 1-68.

Descubren nuevo tratamiento no invasivo para una rara enfermedad inmune, la orbitopatía tiroidea

Según un estudio publicado recientemente en The New England Journal of Medicine, los pacientes con una rara enfermedad ocular utilizaron el factor de crecimiento de insulina tipo I, medicamento mínimamente invasivo llamado teprotumumab, y experimentaron una mejoría en sus síntomas, apariencia y calidad de vida.

La enfermedad ocular tiroidea es una afección autoinmune rara, es decir, el sistema inmune de la persona produce factores que estimulan el agrandamiento de los músculos y los tejidos grasos detrás del ojo, llevando a una apariencia protuberante de los ojos. Además de la apariencia abultada, retracción de los párpados, los pacientes pueden experimentar visión doble y sensibilidad a la luz. La enfermedad puede conducir a la ceguera.

La mayoría de los casos, la enfermedad viene asociada a un hipertiroidismo, aunque también puede ocurrir en pacientes con hipotiroidismo e incluso en personas sin enfermedad tiroidea.

Imagen de antes y después de recibir tratamiento. Imagen: NEJM

Los investigadores del Cedars-Sinai, realizaron un ensayo aleatorizado, donde algunos pacientes recibieron el fármaco y otros un placebo.

El estudio demuestra que el tratamiento médico con teprotumumab es efectivo para revertir las manifestaciones de la enfermedad, brindando nuevas esperanzas a los pacientes“, dijo el investigador principal del estudio, Raymond Douglas, director del Programa de Enfermedades de los ojos de las glándulas tiroideas y orbitales en Cedars-Sinai .

Los pacientes recibieron el medicamento por vía intravenosa una vez por semana durante tres semanas durante un período de 21 semanas. Los resultados mostraron que:

  • Los pacientes que recibieron teprotumumab experimentaron una respuesta efectiva en dos dosis o seis semanas de administración.
  • Después de 24 semanas, el estudio mostró que el 83% de las personas que tomaban el medicamento tenían una reducción medible en el bulbo ocular frente al 10% de las que tomaban un placebo.
  • La tasa de respuesta general fue del 78% entre los que tomaron el medicamento en comparación con el 7% de las personas que tomaron un placebo.
  • El nuevo descubrimiento contribuyó a la aprobación rápida del medicamento por parte de la FDA, convirtiéndolo en el primer medicamento aprobado para la afección.

Aparte de los procedimientos quirúrgicos altamente invasivos, los pacientes con esta afección no tenían alternativas de tratamiento reales“, dijo Douglas. “Este es un avance médico para que los pacientes reciban un tratamiento de infusión médica alternativa rápida y con excelentes resultados“.

El teprotumumab es un anticuerpo monoclonal completamente humano que bloquea la fisiopatología autoinmune inflamatoria que subyace en la enfermedad ocular tiroidea.

Fuente: Cedars-Sinai

Artículo: Douglas, R. S., Kahaly, G. J., Patel, A., Sile, S., Thompson, E. H., Perdok, R., et al. (2020). Teprotumumab for the Treatment of Active Thyroid Eye Disease. New England Journal of Medicine382(4), 341-352.

Medusas biónicas podrían ayudar a formar una red global de monitoreo

Los ingenieros del Instituto de Tecnología de California (Caltech) y la Universidad de Stanford han desarrollado una pequeña prótesis que permite a las medusas nadar más rápido y más eficientemente de lo que normalmente hacen, sin resultar estresante para los animales.

Los investigadores detrás del proyecto imaginan un futuro en el que las medusas equipadas con sensores podrían ser dirigidas a explorar y registrar información sobre el océano.

Las medusas usan un movimiento pulsante para poder dirigirse hacia adelante, agitando sus tentáculos mientras se mueven para capturar presas. La nueva prótesis utiliza impulsos eléctricos para regular, y acelerar, esa pulsación, similar a la forma en que un marcapasos cardíaco regula la frecuencia cardíaca. El dispositivo, que es neutralmente flotante en el agua, mide aproximadamente dos centímetros de diámetro y está unido al cuerpo de la medusa a través de una pequeña púa de madera.

La investigación, dirigida por John Dabiri de Caltech, profesor de ingeniería mecánica y aeronáutica y por la estudiante graduada de Stanford Nicole Xu, se publicó en la revista Science Advances a finales de enero.

Por lo general, las medusas nadan a una velocidad de aproximadamente dos centímetros por segundo. En la investigación descrita en el artículo, Dabiri y sus colegas equiparon a las medusas con un controlador microelectrónico que pulsa a una frecuencia tres veces más rápida que los pulsos corporales habituales de los animales.

El pulso de los animales se aceleró, produciendo un aumento correspondiente en su velocidad de nado, alrededor de 4 a 6 centímetros por segundo. Aunque las medusas nadaron tres veces más rápido que su ritmo habitual, usaron solo el doble de energía para hacerlo (medido por la cantidad de oxígeno consumido por los animales mientras nadaban). De hecho, las medusas equipadas con prótesis fueron 1,000 veces más eficientes que los robots de natación, dice Xu.

Hemos demostrado que son capaces de moverse mucho más rápido de lo normal, sin un costo excesivo en su metabolismo“, dice Xu. “Esto revela que las medusas poseen una capacidad sin explotar para nadar más rápido y de manera más eficiente. Simplemente no tienen una razón para hacerlo“.

Cabe señalar que las medusas fueron monitoreadas de cerca para asegurarse de que no fueran dañadas. Las medusas no tienen un cerebro o receptores de dolor, pero se ha descubierto que secretan moco cuando están estresadas, y no se observó tal secreción en este experimento. Además, las medusas volvieron a nadar normalmente una vez que se retiró la prótesis.

Con sistemas puramente mecánicos, Dabiri ha tenido éxito construyendo robots que parecen animales reales pero requieren mucha más energía para realizar las mismas tareas. “Todavía no hemos capturado la elegancia de los sistemas biológicos“, señala. Sin embargo, aunque son más elegantes que los robots, los sistemas puramente biológicos son mucho más frágiles.

De hecho, en colaboración con colegas de la Universidad de Harvard, Dabiri ha demostrado que las células cardíacas de ratas pueden responder a los campos eléctricos, lo que potencialmente las convierte en bloques de construcción útiles para dispositivos biológicos, pero las células solo sobreviven en condiciones de laboratorio.

Solo se ha explorado entre el cinco y el 10% del volumen del océano, por lo que queremos aprovechar el hecho de que las medusas ya están en todas partes para dar un salto con respecto a las mediciones en barco, que son limitadas en número debido a su alto costo”, Dice Dabiri.

Si podemos encontrar una manera de dirigir estas medusas y también equiparlas con sensores para rastrear cosas como la temperatura del océano, la salinidad, los niveles de oxígeno, etc., podríamos crear una red oceánica verdaderamente global“.

Actualmente, la prótesis puede dirigir a las medusas para comenzar a nadar y controlar el ritmo. El siguiente paso será desarrollar un sistema que guíe a las medusas en direcciones específicas y que les permita responder a las señales de los sensores a bordo, dice Dabiri, quien espera desarrollar controles electrónicos aún más pequeños que podrían integrarse completamente en el tejido de las medusas, haciendo que prótesis permanentes pero inadvertidas.

Fuente: Caltech

Artículo: Xu, N. W., & Dabiri, J. O. (2020). Low-power microelectronics embedded in live jellyfish enhance propulsionScience Advances6(5), eaaz3194.

El impacto ambiental de la muerte y la ciencia de alternativas sostenibles

La eliminación de cadáveres humanos puede ser un verdadero problema ambiental. El embalsamamiento depende de grandes cantidades de líquido tóxico, y la cremación arroja una gran cantidad de dióxido de carbono.

Los cuerpos humanos son un excelente alimento para los gusanos. Esa es la conclusión de los experimentos piloto con seis cadáveres a los que se les dejo descomponerse entre astillas de madera y otros materiales orgánicos.

Los resultados, presentados en la reunión anual de la ‘American Association for the Advancement of Science‘, sugieren que el compostaje, también llamado reducción orgánica natural, es una forma fácil de manejar los cadáveres en la Tierra.

En abril 2019, Washington se convirtió en el primer estado en legalizar la reducción orgánica natural como una opción posterior a la vida. Una compañía con sede en Seattle llamada Recompose espera que pronto puedan aceptar cuerpos para el compostaje. La ley entrará en vigor en mayo del 2020.

Desarrollan un nuevo proceso para la ‘Reducción orgánica’, centrado en acelerar la descomposición natural del cuerpo humano. Imagen: Recompose

En una conferencia de prensa, la científica del suelo Lynne Carpenter-Boggs, de la Universidad Estatal de Washington en Pullman, describió un experimento piloto, llamado ‘Urban Death Project‘, en el que seis cuerpos fueron colocados en recipientes que contenían material vegetal y éstos fueron rotados rutinariamente para proporcionar condiciones óptimas para la descomposición.

Aproximadamente cuatro a siete semanas después, los microbios en el material redujeron los cuerpos a esqueletos.

En solo 30 días, el cuerpo se convierte delicadamente en tierra limpia y reutilizable, liberada nuevamente en el ciclo de vida eterno a través de un proceso que no solo es altamente simbólico, sino también sostenible. Todo tiene lugar dentro de “recipientes de reducción orgánicos naturales”, que usan una octava parte de la energía necesaria para la cremación y ahorran una tonelada métrica de dióxido de carbono por persona. Los procesos comerciales probablemente usarían métodos más completos para procesar los huesos, dijo Carpenter-Boggs, quien es un asesor de investigación de Recompose.

Sus análisis también han demostrado que el suelo resultante cumple con los estándares de seguridad establecidos por la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. Para contaminantes como los metales pesados.

Los cadáveres de animales se han convertido durante mucho tiempo en un suelo rico de manera similar, dice DeBruyn. “La idea de aplicarlo a los humanos, a mí, como ecólogo y alguien que ha trabajado en el compostaje, tiene mucho sentido, sinceramente“.

El calor producido por los microbios ocupados tiene el beneficio adicional de matar a los patógenos peligrosos. “Esterilización automática“, lo llama DeBruyn. Una vez al compostar ganado, “la pila se calentó tanto que nuestras sondas de temperatura se estaban leyendo de los gráficos, y las astillas de madera se quemaron“, dice DeBruyn.

Habría que tener en consideración que el calor no mata a los priones, que son proteínas mal plegadas extremadamente duraderas que pueden causar enfermedades. Eso significa que el compostaje “no estaría permitido para las personas que fueron diagnosticadas con encefalopatías espongiformes transmisibles (EET), como la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob“, dijo Carpenter-Boggs.

Queda por ver cuán ampliamente adoptado se vuelve el proceso de compostaje de cuerpos humanos. Los legisladores en otros estados están considerando el método, dijo Carpenter-Boggs.

Fuente: Science News

Carpenter-Boggs, L. (2020, February). The Environmental Impact of Death, and the Science of Sustainable Alternatives. In 2020 Annual Meeting. AAAS.