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Aves invasoras amenazan a nativas: 10% de las especies del mundo están en México

Las aves invasoras, exóticas y nativas, son la segunda causa de extinción de especies nativas en una región o país. La primera es la destrucción de sus hábitats por el ser humano.

Invasoras, dice el doctor Jorge Schondube, son las aves que por acción del ser humano o por un fenómeno meteorológico han cambiado su rango de distribución, de donde originalmente evolucionaron a un sitio donde nunca habían estado antes.

En México —dice el investigador del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad— algunas especies invasoras diezman a las poblaciones de aves nativas y dañan a la agricultura y a la infraestructura urbana.

Schondube, quien ya inició en el norte del país la primera fase del proyecto Ecología de aves invasoras en México, dice que las principales especies invasoras son la paloma campanario y el gorrión europeo. 

La Columba livia o paloma campanario, otrora alimento importante en el Medioevo y en la época renacentista, fue traída a América por los españoles en el siglo XVII, “para comérsela”.

A finales del siglo XIX llegó el gorrión europeo. Fue liberado en Nueva York y de ahí se expandió por todo Estados Unidos, Canadá y México.

Como la paloma campanario, que habita en todas las ciudades del país, el gorrión doméstico —en inglés, house sparrow— también es un ave urbana.

En los lugares donde vive, el gorrión doméstico compite por el alimento (semillas), agrede a otras aves e incluso destruye sus nidos. Por eso en la Ciudad de México (lleva más de un siglo), Jalapa (Veracruz) y Morelia (Michoacán) han desaparecido hasta el 30 por ciento de las especies nativas.

No construye nidos en árboles sino en cavidades de las casas o edificios: debajo de una teja, en conductos o tuberías abiertas. Su periodo de reproducción es más extenso; la mayoría de las aves se reproducen entre marzo y julio, mientras el gorrión lo hace incluso hasta octubre. Forma grandes poblaciones; en Morelia, por ejemplo, viven más gorriones domésticos (más de un millón) que personas (cerca de 850 mil).

De cara color canela y antifaz negro, el macho tiene una mancha negra en el pecho, llamada babero. Ésta es una señal que atrae a la hembra y también muestra su fuerza a otros machos. Entre más grande la mancha, es más agresivo.

Los gorriones nativos y otros pájaros que comen granos han aprendido que esa mancha es una advertencia. En laboratorio, Schondube los puso en una jaula, separados por un vidrio. Observó que pájaros locales mostraron temor ante el gorrión europeo (se le pintó una mancha más grande) pero no frente al gorrión nativo de México.

Esto sugiere —dice el investigador del IIES— que las aves nativas han aprendido cuáles son los gorriones más agresivos, y que efectivamente éstos excluyen a las otras especies de su hábitat normal.

Perico monje

El proyecto Ecología de aves invasoras en México, realizado por Schondube con apoyo de DGAPA-UNAM, contiene una lista de 13 especies exóticas que ya están establecidas o que empiezan a ser introducidas en el país. Su objetivo es determinar cómo afectan a las aves de México.

En esa lista figura el perico monje argentino. Es una invasión reciente, pero en unos 20 o 30 años se ha vuelto una plaga en centros urbanos, porque la gente compra estas aves como mascotas y luego se cansa y las libera, o se le escapan.

Los pericos monje liberados se juntan y forman grandes parvadas. Con mucha madera hacen enormes nidos comunales: pegados unos con otros, llegan a compartirlos.

Forman estos grandes nidos en torres de electricidad o en transformadores eléctricos. Ahí generan dos problemas: al sobrecalentar los transformadores hacen que exploten, dañando casas e infraestructura urbana; en las zonas donde hay cultivos de maíz, sorgo y trigo o huertos, se comen los granos y los frutos.

En México aún no es una plaga agrícola, pero en otros países sí. En Europa y en Estados Unidos causa en la agricultura pérdidas con costos altísimos.

Paloma turca

La paloma turca de collar es oriunda de Medio Oriente, principalmente de Pakistán, Afganistán e India. En la época medieval extendió su distribución hacia Turquía y Europa. En el siglo XX, en la década de 1960, fue introducida a Japón como especie cinegética. De ahí pasó a las Islas Bermudas “y saltó a la Florida”, para invadir todo Estados Unidos.

En la década de 1990 llegó al norte de México. Hoy es una de las especies de aves más extendidas en todo el país.

Con un buen potencial reproductivo y sin temor al ser humano, se expande desde las ciudades (norte y centro del país), donde se está reproduciendo actualmente, hacia campos de cultivo. Ya está empezando a ser un problema en algunas regiones de México.

Garcita garrapatera

La garcita garrapatera, especie africana, es un ejemplo de ave invasora que llega sola a América. En una tormenta tropical, una parvada de África se coló a Brasil, y de ahí se expandió por todo el continente americano.

Como es muy común en campos de cultivo y sobre todo en campos ganaderos, un objetivo del proyecto es determinar cómo su presencia afecta a otras especies similares que viven en México, apunta Schondube. 

Parásitos de nido

Los tordos, otra ave invasora, forman grandes parvadas que “vuelan muy bonito en otoño”. Son una plaga avícola que ha expandido su distribución a lo largo del país.

Aparte de ser una plaga, los tordos son parásitos de nido. Como el cuco europeo, ponen sus huevos en nidos de otras aves. Éstas los empollan y alimentan a los pichones de tordo como si fueran suyos. “Cada tordo representa un nido de otra ave que fue destruido”.

Era un ave de Norteamérica, sobre todo muy asociada a los pastizales que existían en el altiplano central y a su fauna: búfalos, bisontes y venados. Ahora, como no le gustan los bosques sino los lugares abiertos, ha proliferado donde hay vacas y cultivos (come semillas).

El zanate

Una especie invasora nativa de un país es aquella que cambia su distribución de forma espontánea, o por alguna actividad humana, a un lugar donde normalmente no estaba.

Es el caso del zanate, muy común ahora en la Ciudad de México, incluso en CU. Oriundo de Tabasco, de los pantanos del Golfo de México, los aztecas lo trajeron a la altiplanicie como ave de ornato. Hoy incluso se encuentra en Estados Unidos y Canadá.

El zanate es muy agresivo con aves más pequeñas. Aunque asociado al agua, muestreos de Schondube en el desierto de Sonora indican que ya está en asentamientos humanos de ese estado.

Si bien se desconocen sus efectos sobre otras especies, se sabe que ha cambiado su distribución. Ausente hace 15 años en Morelia, hoy es una de las aves más comunes en la capital de Michoacán.

Otra nativa invasora es el tordo de dorso canela, llamado Turdus rufopalliatus, especie nativa de la costa de Guerrero, Michoacán “y un poquito en Jalisco”. Se ha movido a través de campos de cultivo y zonas urbanas. Hoy es una de las especies más abundantes en muchas ciudades de México.

 Dos avistamientos

País megadiverso, México cuenta con el 10 por ciento de todas las especies vivas del planeta. Con este proyecto es importante saber qué especies invasoras han llegado al país y en qué parte del territorio habitan, para eventualmente desarrollar estrategias de control para reducir sus efectos en las especies nativas.

Como la mayoría de las aves invasoras llegan al país desde Estados Unidos, Schondube y colaboradores han comenzado por muestrear, en noviembre y diciembre de 2021, los estados de Sonora, Baja California y “un pedacito” de Baja California Sur.

Un primer hallazgo fue la ninfa, una pequeña cotorrita no registrada para México. Fue encontrada libre en dos ciudades del norte del país. No se sabe si sus poblaciones crecerán o desaparecerán, pero es un indicador de una posible nueva invasión. 

También hubo avistamiento de un pariente de la paloma turca de collar, llamada Streptopelia roseogrisea, en siete localidades de Sonora y dos de Baja California. Indica una nueva invasión en fase inicial en el norte del país.

El faisán europeo ya es una especie invasora. Tiene poblaciones liberadas en el país, en el Valle de Mexicali, y en algunos lugares cercanos al río Colorado hay individuos que viven hoy ya totalmente independientes del hombre.

Dos pájaros de un tiro

Como las especies invasoras también son introducidas por el sur del país, en 2022 se va a muestrear la Península de Yucatán, Veracruz y Chiapas. La meta es conocer qué sucede en toda la región del Golfo de México. Una de las especies a estudiar está asociada a los arrozales en Asia, y ya está en el sureste de México.

Se ha estudiado el centro del país, sobre todo el Bajío: Querétaro, Guanajuato, Michoacán y Jalisco, donde también hay mucha actividad agrícola.

En la región, especialmente en Michoacán, han llegado nuevas especies invasoras, como el estornino pinto. Esta ave fue llevada a Nueva York y de ahí se expandió por todo Estados Unidos.

En México ya lleva largo tiempo. Su distribución se limitaba a ciertos lugares de Querétaro y a algunas zonas del centro del país, pero “ahora está creciendo”.

—¿A la fecha, hay algunas medidas para controlar a las aves invasoras y mitigar sus efectos?

Hay una estrategia de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, pero no plantea medidas de manejo y control de las especies invasoras registradas.

México o el Gobierno Federal tampoco tiene una institución que se encargue de especies animales invasoras, como la SAGARPA, que se encarga de malezas indeseables y de plantas invasoras provenientes de otras partes del mundo.

En el país se requiere un trabajo multisectorial, que incluya a la SAGARPA, a la SEMARNAT y a la Secretaría de Agricultura, así como una legislación ad hoc y un proceso educativo para el manejo conjunto de especies invasoras.

Por ejemplo, apunta Schondube, en las zonas rurales la paloma turca de collar y la paloma de alas blancas podrían ser cazadas en vez de las aves nativas. Así se matarían dos pájaros de un tiro: para alimento y para controlar sus poblaciones.