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Desde el Laboratorio Origen de la Vida se lucha contra la COVID-19

Un grupo de científicos al que pertenece el académico de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM, Antonio Lazcano Araujo, recomendó probar el medicamento Sofosbuvir contra el virus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19.

La Facultad de Ciencias de la UNAM tiene una larga tradición de activismo político. Siempre es de las primeras facultades en alzar la mano, en convocar a asambleas para discutir las problemáticas de su comunidad. En sus pasillos, salones, auditorios, muros no sólo se discute de ciencia. Quien la recorra se encontrará con diversos talleres creados por los mismos estudiantes en los cuales se informan y preparan para entender a su sociedad y a su país.

En ese lugar está enclavado el Laboratorio Origen de la Vida, dirigido por el doctor Antonio Lazcano, autor de más de 150 trabajos de investigación publicados en revistas con arbitraje internacional, alrededor de 70 artículos de divulgación científica, y es autor o coautor de 16 libros especializados sobre problemas evolutivos.

Lazcano cuenta, en entrevista con UNAM Global, que semanas antes de que llegara la pandemia a México, los doctores y alumnos que integran el Laboratorio Origen de la Vida decidieron pausar sus proyectos y enfocaron todas sus energías a la lucha contra la COVID-19.

La llegada de los doctores Rodrigo Jácome y José Alberto Campillo al laboratorio fue muy afortunada, señala, porque ellos desde un principio se interesaron en el problema del origen y la evolución de los virus. “Dijimos: vamos a ver qué podemos hacer para ayudar porque el problema es aterrador, especialmente en un país como México que tiene una política de salud tan errática. Regresamos al laboratorio, citamos a todos los alumnos para el día siguiente y nuestra primera propuesta fue: ¿por qué no hacemos una página? Se los propuse a los estudiantes porque hay una brecha generacional. Los estudiantes toman clase con el celular en la mano para grabar lo que uno dice. A mí me ha pasado en clase que de repente no me acuerdo de la estructura de un compuesto o del nombre de una bacteria y rápidamente va a haber una alumna o un alumno que diga: es tal cosa. Son unas hachas para manejar las redes. Entre ellos definieron cómo querían hacer la página y realmente fue una discusión colectiva, al decir: vamos a concentrarnos todos en usar las herramientas que conocemos. Todos estaban conscientes del problema de la pandemia. La pandemia no había llegado a México, pero era evidente que esas primeras semanas no se podían desaprovechar”.

El doctor Lazcano señala que los medios de comunicación no han enfatizado el papel de los alumnos, “pero piensen en las médicas, en los médicos, los que están haciendo su internado en los hospitales. Son estudiantes de medicina que están trabajando ahí con mucho énfasis. En la Facultad de Ciencias tenemos estudiantes que están trabajando en pruebas más baratas”.

Agrega que los estudiantes son esenciales y “están recibiendo un golpe en su formación que los está haciendo sensibles a la necesidad de estar muy bien preparados, no sólo en ciencias sino también en problemas sociales, económicos, políticos”.

Acota que la Facultad de Ciencias “tiene una tradición de ser, a veces, excesivamente política, pero ese exceso de politización tiene salidas maravillosas, generosas, como la que estamos viendo. Y yo encuentro que la situación es comparable, por ejemplo, a las brigadas de estudiantes, profesores y trabajadores que ayudaron en los sismos de 1985 y 2017. Y simplemente comprueba lo que todos sabemos: uno de los acervos más ricos, más extraordinarios que tiene la nación es la gente joven”.

Precisa que el trabajo que está haciendo “no sólo nuestro laboratorio, no sólo nuestra Facultad, no sólo la UNAM, sino todas las Universidades, las instituciones de educación superior en México, demuestra que la única manera de tener una nación democrática, equilibrada y con mayor justicia es con el concurso de las instituciones de educación superior”.

Las pandemias están revelando una serie de problemas sociales de las que a veces uno no tiene conciencia, indica. La violencia doméstica, por ejemplo. La pandemia agudizó la desigualdad que existe en el país. Y el doctor hace el recuento de las personas que tienen que salir a la calle porque viven al día: los que recogen la basura, los músicos de la calle, los que venden comida.

Sofosbuvir

En un estudio publicado en la revista Nature Scientific Reports, Lazcano y sus colegas consideran que el Sofosbuvir es una buena alternativa para enfrentar la pandemia de COVID-19, propuesta en la que coindicen varios grupos científicos del mundo.

Lazcano nos comparte la historia. Hace cinco años llegó al laboratorio y se doctoró un estudiante de la UNAM, el doctor Rodrigo Jácome, “se doctoró conmigo y el proyecto de tesis fue el de las polimerasas virales. Cuando empezó la pandemia de la COVID-19 se nos ocurrió hacer una comparación evolutiva, es decir, qué tanto se parecían las polimerasas, que sabemos que tienen un origen común y nos dimos cuenta que era extraordinariamente parecido la RNA polimerasa del SARS-CoV2 con el virus de la hepatitis C. Tenemos estructuras terciarias, pudimos comparar con mucho detalle y revisando la lista de medicamentos nos dimos cuenta que el sofosbuvir, que es un antiviral, encajaba perfectamente bien en el sitio activo. La polimerasa lo toma, pero la molécula engaña a la polimerasa. La polimerasa lo toma y una vez que lo incorporó se frena el proceso de replicación de los virus. Propusimos el sofosbuvir como una alternativa terapéutica”.

Lazcano recuerda que la UNAM, desde sus orígenes, siempre ha estado al servicio del país, la Universidad de la Nación. El doctor Lazcano tiene entre sus reconocimientos: Vicepresidente (1997-1999), primero, y luego Presidente (1999-2001) de la Gordon Conference of the Origins of Life, además de haber sido dos veces Presidente de la International Society for the Study of the Origins of Life, convirtiéndose en el primer científico latinoamericano en llegar a ese puesto, al que fue reelegido. En 2006 recibió la Medalla de la Gran Cruz de Fundador de la Universidad de San Francisco de Quito; en 2007 la UNAM le otorgó el Premio Universidad Nacional en Investigación en Ciencias Naturales, y al año siguiente la Universidad de Milán le concedió el doctorado Honoris Causa, seguido unos meses más tarde por la Primer Medalla “Francesco Redi”, que le otorgó la Sociedad Italiana de Astrobiología. En 2009 recibió de la Universidad Veracruzana la Medalla al Mérito Universitario, y en 2013 la Tercera Cumbre de la Evolución le otorgó en las Islas Galápagos el “Charles Darwin Distinguished Scientist Award” junto a la Dra. Ada Yonath, Premio Nobel de Química (2009). En mayo de 2015 la Universidad de Valencia, España, le confirió el grado de Doctor Honoris Causa. El doctor Antonio Lazcano Araujo ingresó a El Colegio Nacional el 6 de octubre de 2014.