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Analizan características y retos del teatro infantil y juvenil

La actriz, dramaturga y directora Marcela Castillo afirmó que el hecho de hacer teatro para público infantil implica un compromiso de índole política debido a que, a través de la experiencia estética, se moldean tanto el carácter como la visión de mundo de las niñas y los niños.

“El teatro para la infancia puede contribuir a la generación de subjetividades que estén más en resonancia con una visión del mundo amorosa, compasiva, consciente y libre”, dijo durante la mesa de reflexión Características del teatro para niñes y jóvenes.

Esta fue la primera de seis sesiones del ciclo Mesas de reflexión en torno al teatro para niñes y jóvenes, convocado por Teatro UNAM con el objetivo de profundizar sobre temas esenciales en este campo mediante la participación y el análisis de creadoras y creadores que han dedicado una parte muy importante de su trabajo a las audiencias infantiles y juveniles.

Las mesas se llevarán a cabo los días 25, 28 y 31 de agosto, así como el 2 y 4 de septiembre a las 19 horas a través de las plataformas de Facebook y Youtube de Teatro UNAM.

Castillo, coordinadora del ciclo, explicó que la labor política del teatro infantil se gesta desde el nombramiento de esta disciplina, pues una vez que se menciona da origen a la necesidad de un espacio físico y simbólico que solamente puede ser ocupado por los infantes. En ese sentido, urgió a que se dispongan de los lugares adecuados con butacas para niños y de contenidos enfocados sólo para ellos.

La también profesora de la UNAM consideró que existen tres características esenciales para las obras dentro de este modelo teatral: audiencia infantil, especificidad en contextos y edades del público y la ética en relación a la creación.

“En este sentido cada creador debe tener claro su anclaje ideológico, saber qué quiere comunicar y cómo. Hay que trabajar con mucha humildad y modificar cada vez que sea necesario nuestras propias propuestas cuando estas atenten inconsciente o conscientemente contra los niñes (sic)”, señaló.

En tanto, la dramaturga Micaela Gramajo afirmó que en muchos casos el teatro infantil se ve viciado por una perspectiva equivocada que tiende a sobreestimular y sobre explicar lo escenificado. Por ello, resaltó la labor política de emancipar a los niños del nivel epistemológico de los adultos.

La también actriz expresó que los directores, actores y dramaturgos deben cuestionarse de manera seria y profunda hacia quién va dirigido el teatro infantil, con el fin de ampliar sus horizontes respecto al modo en que han venido realizado su trabajo.

“No podemos pensar o sentir como ellos, no podemos dar por hecho lo que sucede en su interior. Tampoco podemos aprender de esto en ningún libro o estudio. La clave es estar cerca de ellos, escucharles, ofrecerles mecanismos diversos de expresión, darles voz y sobretodo una escucha atenta y respetuosa”, apuntó.