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Universitaria realizará en modalidad híbrida sus prácticas profesionales con la Sede de la UNAM en Boston

Dadas las condiciones actuales de distanciamiento social causadas por la propagación del COVID-19 y con el interés de fomentar la pronta titulación de los egresados de la Universidad, la Sede de la UNAM en Boston en coordinación con la Facultad de Derecho, adaptaron la opción de titulación por prácticas profesionales en las Sedes de la UNAM en el extranjero para que egresados destacados puedan aprovechar este proyecto en modalidad a distancia. Los participantes de esta convocatoria aportarán sus conocimientos adquiridos durante la carrera contribuyendo al quehacer de UNAM-Boston desde su casa, y tendrán la opción de realizar una estancia en Boston complementaria que les permita vivir una experiencia académica internacional cuando las condiciones en materia de salud pública así lo permitan.

Montserrat Altamirano, egresada destacada de la Facultad de Derecho, es la primera alumna de la Universidad en participar en esta iniciativa. Montserrat comparte con la comunidad UNAM una relatoría de lo que ha significado para ella el haber estudiado en nuestra Máxima Casa de Estudios, pudiendo ser embajadora de la Élla durante su estancia académica en Ámsterdam, así como sus expectativas de incorporarse al equipo de la representación de la Universidad de la Nación en Nueva Inglaterra.

Realizar mis prácticas profesionales en la Sede de la UNAM-Boston es la forma más adecuada de terminar mi formación como abogada. Decir que algo es “adecuado” para uno, puede parecer lo más sencillo del mundo, pero puede ser lo más complicado si no se conoce uno mismo. Hoy sé bien quién soy, conozco mis pasiones, intereses, miedos, limitaciones, poder creativo, valores, las causas de mi felicidad y más. Sin dudarlo, la UNAM me ayudó a adquirir este conocimiento, entré a ella siendo una persona completamente distinta de la que egresa, la Facultad de Derecho y la UNAM me formaron no sólo a nivel académico, y de forma excelente, sino también a nivel personal, me brindaron las experiencias más formativas de mi vida.

Ahora, que visualizo la terminación de mis estudios, al menos por el momento, veo con asombro el viaje recorrido: los primeros semestres de adaptación, de formar parte de grupos de 80 personas con personalidades e intereses tan variados, de todas las clases sociales y Estados del país, entrar a un salón donde la diversidad de mi México se veía reflejada y era palpable; el formar parte de su equipo de volleyball, conocer sus instalaciones, descubrir mis cafeterías favoritas para leer y hacer tareas; aquél año en que los fines de semana se mezclaban con la semana y que casos internacionales de más de 100 páginas que parecían nunca terminar llegaban a su fin, una preparación exigente que culminó frente a un panel de jueces en un país extranjero, ése camino, donde me caí y me levanté y al final fui felicitada, y recibí un aplauso ajeno que fue acorde con el propio que me estaba dando internamente, lo había dado todo, el Concurso de Corte Penal Internacional 2015 había finalizado; ahora, que me acerco al final, recuerdo con cariño las materias más difíciles, los profesores que representaron un reto: Pedro Salazar, Popoca, Baylón, Juan Manuel Saldaña Pérez, Ochoa Reza, Gustavo Cazares García, entre otros. Y trabajo día a día, para que en las listas que realicen estudiantes a futuro haya nombres femeninos. Pienso en todo lo que viví en esos 5 años y cómo todo fue vital para mi desarrollo, también viví frustraciones, burocracia y apatía, que me hicieron ver y sentir de cerca lo mucho que hay por hacer. Después, mi ingreso a la vida laboral, una vez más con la preparación que mi Facultad me estaba dando, los desvelos, encontrarle más horas al día de las que tiene, disfrutar ser parte de casos relevantes incluso de casos nacionales, las tazas de café, los primeros escritos, el metro, Copilco, comer una ensalada al día “porque para eso había tiempo”, las aventuras de pasante, la felicitación del socio, el agotamiento físico y mental, un buen salario, el escoger entre uno u otro camino, entre ser una u otra persona. Finalmente, lo nuevo, la pérdida de todo, para la construcción de lo nuevo, un avión dos maletas, muchas expectativas que fueron mucho menores a lo que la realidad trajo, verdadera amistad, conocimiento y amor por el Derecho, encontrar Arbitraje de Inversiones, dedicación, trabajo, lectura y exámenes de 4 horas, vivir en el extranjero, exponer y defender una postura en inglés, andar en bici hacia la escuela, conocer profesores involucrados en el Brexit, entrar a oficinas de primer mundo… Simplemente, mi intercambio a Amsterdam no tiene resúmenes, fue un antes y un después, fue dejar de pensar en forma limitada, fue adquirir la perspectiva de posibilidades infinitas tanto sociales como propias. Y ahora…

Una vez más la UNAM me invita a crecer, me acobija con su Sede en Boston, me pide que siga aprendiendo, que siga buscando, que dejé fluir mi curiosidad, que ayude, que sea empática, que lea, que me informe, que sea más

objetiva, una vez más mi querida Universidad me pide creer en mi misma y poner en práctica mis conocimientos, me pide tener certeza de la voz que me ha ayudado a construir, me pide utilizarla para ayudar a otros. Una vez más la UNAM se adapta a lo que la sociedad necesita, así como en el 68 nuestro Rector marchó al frente de los estudiantes, la UNAM hoy en día sigue siendo un factor de cambio, de mejora, sigue siendo una creadora de criterios. Frente a la Pandemia causada por el Covid-19 que pone de manifiesto nuestra fragilidad y nuestras fortalezas humanas, nos invita al debate en línea, a las “tertulias”, saca a la luz temas como “Los estudiantes binacionales” “El tren maya” “Feminismo” temas de relevancia, les da voz, los mantiene vivos, nos da oportunidad de cambio, de discusión y más importante, de acción. En palabras de José Vasconcelos tengamos la convicción de que la raza nuestra elaborará una cultura de tendencias nuevas, de esencia espiritual y libérrima.

Es un honor para mí comenzar oficialmente mis prácticas profesionales, reitero mi apoyo y gratitud a la UNAM, a la Sede UNAM-Boston y a mi Facultad de Derecho.

“El pueblo a la Universidad y la Universidad al pueblo”