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Leonardo da Vinci y el “ojo de la ciencia”

Leonardo da Vinci fue un apasionado del conocimiento. Trató de entender todo lo que sucedía a su alrededor y  reconoció que, de alguna manera, los mundos internos (por ejemplo, el organismo del ser humano) y externos (arquitectura, literatura, entre otros), estaban interrelacionados por redes que hoy exploran las ciencias de la complejidad, destacó el periodista cultural José Gordon.

El divulgador de la ciencia expresó que para entender este concepto, debemos conocer lo dicho por el investigador Uri Alon, del Instituto Weizmann de Ciencias, quien narra que para entender cómo funciona una célula tendría que escribirse una novela de mil personajes y buscar patrones recurrentes dentro de la historia, los cuales brindarían la esencia del relato.

“Así es como se descubre en la ciencia las redes, que en términos cinematográficos o de música, se trata de patrones repetitivos que nos hacen ver que aunque la historia varía es la misma con cierta uniformidad”.

Lo interesante, añadió el escritor, es que Da Vinci descubrió esos patrones repetitivos desde la época del Renacimiento. Por ejemplo, estudia el sistema circulatorio, la forma del corazón y se da cuenta que la hidráulica interna sirve para entender la hidráulica externa, y la puso en funcionamiento en la ciudad de Milán.

Este es un pensamiento repetido una y otra vez en Da Vinci, y “esa es su gran genialidad, tiene el ojo de la ciencia que de alguna manera se sustenta en esa capacidad de observación y curiosidad proveniente del arte”.

En este marco, “la curiosidad y asombro de Da Vinci se vuelve interesante en términos de matemáticas, geometría, arquitectura, e incluso, en sus inventos, aparatos que hoy anteceden a lo que serían los helicópteros o submarinos y los micrófonos, porque él hablaba de la posibilidad de tener aparatos que amplificaran la voz”.

¿Fue inspiración para la ciencia?

En los primeros años de desarrollo científico de la humanidad no se conocían, plenamente, los inventos de Da Vinci, “pero las seis mil páginas de sus libretas nos hablan de que realmente él antecede a las formas en que hoy en día los inventos se aplican al mundo”, aseguró Gordon.

“La mirada mecanicista predominó en los primeros años de la ciencia, pero él ya tenía una visión orgánica de la naturaleza”.

Mencionó que era interesante cómo Da Vinci estudiaba los vuelos y los flujos de los pájaros en el aire. Así, determinó qué hacer si tuviéramos un aparato para volar.

“De sus estudios de la anatomía aprovechó el arte para fijar con detalle y gran precisión todo lo ocurrido en los procesos de la fisiología, y se da cuenta que nuestro cuerpo no tiene la fuerza para que unas alas mecánicas batiéndolas nos lleven al aire”.

Sin embargo, dio algunas claves de lo que sería la aerodinámica. De hecho, en Inglaterra se realizó un experimento con algunos de los artefactos diseñados por Da Vinci y éstos volaron más tiempo que el avión de los Hermanos Wright.

“Leonardo el de los sistemas complejos, que podía plantear que la arquitectura de una catedral estaba enferma y hacer una analogía con lo que ocurría en el cuerpo, antecede por mucho a lo que hoy en día esperamos entender”, concluyó el periodista cultural.