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Medicamentos biocomparables un área de oportunidad para los laboratorios mexicanos

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Los medicamentos biocomparables son un área de oportunidad para México, pues en los próximos años se vencerán entre 40 y 50 patentes de estos fármacos, por lo que podrían producirse en laboratorios del país y la población tendría acceso a ellos a menor costo, afirmó la docente de la Facultad de Química, Helgi Jung Cook, al dictar la conferencia Evaluación de medicamentos biocomparables. Retos y oportunidades.

Jung Cook explicó que los medicamentos biotecnológicos (aquellos derivados de organismos vivos, como la insulina humana recombinante) pasan a ser biocomparables al vencer su patente, por lo que cualquier laboratorio puede fabricarlos.

En el marco del seminario del Departamento de Farmacia de la FQ, donde está adscrita, la académica se refirió a los requisitos que debe tener un producto biocomparable para garantizar que es eficaz, seguro y se puede utilizar por la población.

“Los medicamentos biocomparables necesitan probarse más que cualquier otro fármaco porque son proteínas y una proteína se sintetiza en células vivas y, por ello, puede haber variabilidad, aún el mismo laboratorio innovador nunca va a tener el producto idéntico”, afirmó.

Realizar estudios para evaluar un fármaco biocomparable es un proceso sumamente costoso, pues se necesita realizar pruebas como caracterización fisicoquímica y biológica; de toxicología, farmacocinética, farmacodinámica, además de los ensayos clínicos. “La evaluación de biocomparables es costosa”, aseguró la docente.

La especialista destacó a la insulina humana recombinante entre los medicamentos biotecnológicos, y recordó que ésta fue desarrollada en 1955 a partir del páncreas de porcino. En la actualidad, hay un gran número de medicamentos biotecnológicos para psoriasis, reumatología y la enfermedad de Crohn. Jung Cook indicó que los biotecnológicos son altamente eficaces para tratar enfermedades intestinales e inflamatorias.

Helgi Jung presentó dos casos de biocomparables a fin de ilustrar la complejidad de su evaluación para producirlos e introducirlos al mercado. Recordó que en su laboratorio evaluó la eritropoyetina, utilizada para la anemia, y el filgrastim, para la neutropenia. En estos casos se valoraron aspectos como estructura primaria, secundaria y terciaria, pureza y potencia, pruebas necesarias para avalar que los productos cumplen con los criterios de calidad para permitir su uso.

En el caso de México, recordó la docente, la regularización de los biocomparables comenzó en 2011 y la normatividad de tipo de prueba en 2012.

La universitaria también agregó que diferentes instancias de la Facultad de Química participan en el Subcomité Biotecnológico de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), entidad encargada de evaluar y aprobar los medicamentos biocomparables. Es el caso de Isabel Gracia, de la Unidad de Investigación Preclínica y la propia Helgi Jung, del Departamento de Farmacia de la FQ, además de académicos de diversos institutos y facultades de la UNAM.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_gallery interval=”3″ images=”15216,15217,15218,15219,15220,15221,15222″ img_size=”large”][/vc_column][/vc_row]