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Desarrolla la UNAM método automatizado para prevenir desastres

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María Teresa Ramírez Herrera[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]

Manuel Suárez Lastra[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Un equipo internacional de científicos encabezados por María Teresa Ramírez Herrera, del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM, desarrolló un método automatizado y universal para determinar zonas montañosas susceptibles a deslizamientos, basado en la técnica denominada LiDAR.

Al respecto, Ramírez Herrera señaló que el cambio climático en el planeta incrementará el número de huracanes y, en consecuencia, los deslaves. Hasta hoy, para generar los mapas referentes a este fenómeno se utilizaba el trabajo de campo, el análisis cartográfico y de información histórica, lo cual resultaba un tanto subjetivo.

Los datos LiDAR (Light Detection and Ranging), cuya resolución y precisión es mucho mayor, mejoran significativamente los modelos, explicó, y además, el método es aplicable a diferentes zonas montañosas de México y el mundo.

Aunque estas imágenes láser establecen la probabilidad de que ocurra un deslizamiento, pero no el riesgo asociado (cuánta población está involucrada o cuánta será afectada), pueden ser también de utilidad para determinar áreas peligrosas y evitar que ahí se construyan desarrollos urbanos.

En este proyecto –en el que también participaron especialistas de las universidades estatal de Oregón y de Arizona, y del Departamento de Transporte de California, de Estados Unidos– se trabajó en la zona de La Pintada, Guerrero, en donde las lluvias provocadas por el huracán Manuel, en 2013, produjeron un deslizamiento de tierra que cobró la vida de 68 personas.

El LiDAR consta de un GPS, una unidad interna de mediciones y un escáner láser. Manda pulsos que rebotan y con ellos se obtiene una localización exacta, con tres posiciones, de cada punto; así se crean los modelos del terreno. A diferencia de sensores remotos o imágenes de satélite, esta técnica permite “eliminar” la vegetación y visualizar los escarpes, que son el inicio de grandes deslizamientos. Además, se obtienen imágenes con una precisión de un metro, incluso de centímetros.

Ramírez Herrera informó que los resultados del proyecto (base de datos, algoritmos y ecuaciones) serán entregados en un mes al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) para que se aplique en zonas en peligro de Guerrero, Veracruz, Chiapas o Puebla, donde se han registrado deslaves y podrían volver a ocurrir si se dan las condiciones (como una alta precipitación). Así, elementos de protección civil podrían efectuar las evacuaciones necesarias.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]