La Ciudad de México tiene desde hace dos décadas un sistema que otorga hasta un minuto de tiempo para actuar previamente en caso de sismo.
Cada vez que sucede un sismo se busca entenderlo, como el ocurrido en las costas de Oaxaca el pasado 23 de junio. El terremoto de magnitud 7.4 desencadenó una alerta de tsunami.
En ese contexto, un grupo de científicos del que es parte el ingeniero geofísico Diego Melgar Moctezuma, egresado de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, realiza una investigación de sistemas de alerta temprana para tsunamis.
Los sistemas de alerta temprana son muy útiles, pero difíciles de construir. Gracias a las estaciones de GPS con las que ya se cuenta para los sismos, se podrán utilizar para ver en tiempo real cuánto se movió la corteza y qué tan grande podrá ser el tsunami. “Estamos construyendo un prototipo y ayudando al Centro de Alerta Nacional de Tsunamis en Alaska y al Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico en Hawaii a producir pronósticos en los siguientes cinco minutos después de que ocurre un sismo. El tsunami tarda en llegar entre 10 y 30 minutos a la costa, nuestra meta es ayudarle al emitir pronósticos en los primeros cinco minutos y que la gente pueda actuar”, explicó Melgar en entrevista con UNAM Global.
Sin embargo, para el también profesor de la Universidad de Oregón en Estados Unidos, la alerta temprana es sólo una parte del problema, lo más importante es la educación de las personas. Para responder de forma apropiada se necesita trabajar en conjunto con las agencias nacionales y ayudarles a entender qué es lo que van a obtener con el sistema de advertencia temprana. “Decirle a la gente cómo son los sismos y los tsunamis es una labor de toda la vida”.
Por otro lado, enfatizó que el planeta no es estático y que se mueve todo el tiempo, “es lo normal para las costas y ha sucedido desde tiempos inmemoriales. La tierra del Pacifico es tierra de terremotos, desde Tapachula hasta Puerto Vallarta. No está sucediendo nada anormal, y no es minimizar lo que sucedió, sino estar preparado para lo que venga”.
La investigación de Diego Melgar se ha centrado en los sismos, reconoce que la sismología es una ciencia colaborativa que tiene 100 años de creada, tiempo que consideró poco para entender cómo funciona la Tierra.
“Todos los sismólogos queremos que la predicción sea posible y que algún día sea real, queremos minimizar que la gente muera y que pierda su patrimonio. Pero actualmente no hay manera de poder predecir un sismo, nadie puede decir de una forma científica el día, el momento, lugar, ni de qué magnitud”, finalizó.