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El camino a las estrellas: difícil, no imposible

El lanzamiento del vehículo espacial Dragon es fundamental para la carrera espacial: en un futuro estos pasos nos permitirán montar un campamento en la Luna, llevar una misión a Marte y continuar con la tendencia para alcanzar las estrellas, dijo Carlos Salicrup, Piloto-Médico Aeroespacial, candidato a Astronauta Científico del programa POSSUM, líder del equipo médico en la misión análoga a Marte: Poland Mars Analogue Simulation (PMAS) 2017, del Space Generation Advisory Council.

El camino para vivir en las estrellas es difícil, pero no imposible, explicó el egresado de la UNAM, quien también ha liderado y participado en otras misiones espaciales análogas como comandante de misión y médico misión.

Una civilización que no vence fronteras no llegará más allá de sus límites, tocará su tope de cultura y ciencia, y finalmente perecerá. De hecho, los avances tecnológicos y grandes descubrimientos en el espacio han revolucionado la vida en la Tierra.

La última vez que se lanzó un transbordador espacial desde USA fue el Atlantis en el 2011, desde entonces no se repitió la hazaña. La única forma de lanzar misiones tripuladas era desde Rusia, las observábamos por internet, y parecía algo muy lejano.

“Se trata de un suceso que inspira e ilusiona tanto a las antiguas como a las nuevas generaciones, que nunca habían visto un despegue”, expresó él también Piloto Aviador, Maestro en Ciencias y Médico Cirujano Especialista en Medicina Aeroespacial.

El Dragon 

En entrevista para UNAM Global, Carlos Salicrup dijo que la tecnología con la que cuenta el “Dragon” es de última generación aeroespacial. Fue creado por las empresas Space X y Boeing, en un consorcio de tecnología. Además, su cohete el Falcón IX tiene como característica que puede regresar a la tierra, aterrizar en una plataforma y reutilizarse.

¿Cuál es la diferencia con las naves que ha habido en Estados Unidos? Después del Apolo 11 que era una cápsula para tres personas, surgió un transbordador espacial con capacidad para llevar hasta ocho astronautas. Normalmente volaban siete y en otras misiones solo cuatro.

Desde el 2011 no se tenía una nave espacial tripulada lanzada desde el continente americano. El transbordador espacial tenía un orbitador, que solo funcionaba para la órbita terrestre, no contaba con la capacidad de salir de esta zona. Entre varias hazañas su misión fue montar el telescopio espacial Hubble y la Estación Espacial Internacional, una vez completadas estas misiones, el transbordador no tuvo razón de ser.

Entonces se dio una pausa de casi nueve años para tener una nueva nave. “Ahora regresamos a las cápsulas, que son mucho más económicas de operar, pero además el Dragon tiene la ventaja de ser comercial”.

Se trata de una iniciativa de cooperación entre un consorcio privado y el gobierno, y “esto abre aun más las puertas para la cooperación internacional”, expresó el piloto-médico.

El Dragon tiene la capacidad de acoplarse a la estación espacial internacional. “Ya se había probado y utilizado para transporte de carga únicamente, pero en esta ocasión es tripulada por seres humanos”.

Estas son las bases o los primeros pasos a lo que sería desarrollar una nave para llegar a la Luna, establecer un campamento lunar y tener gente viviendo por un año o hasta más. Es un trampolín para las misiones tripuladas a Marte. 

¿Por qué es importante?

Existen dos formas de acelerar tecnología: las guerras y los viajes espaciales. Estos últimos han ayudado pacíficamente a la humanidad para revolucionar la ciencia y la tecnología, dijo Carlos Salicrup, que actualmente colabora como asesor en la Agencia Espacial Mexicana.

De hecho, los viajes espaciales en la década de los sesenta permitieron crear una tecnología para que los astronautas transmitieran sus datos médicos vía remota hacia la Tierra. Esta tecnología hoy se utiliza como parte de la telemedicina, y es una herramienta médica en la vida cotidiana. 

Por ejemplo, en una zona marginada, pero con un consultorio remoto podría establecerse una consulta con un médico de primer nivel de atención y así ayudar en la salud de los pacientes que no tienen acceso a un médico de forma física. 

Además, toda la investigación de protección para la radiación traerá beneficios a la raza humana, estos avances científicos y tecnológicos no sólo nos sirven en desastres o pandemias, sino también en tiempos de paz, agregó el especialista en medicina aeroespacial.

“Nos falta otra revolución industrial: no podemos depender siempre del tipo de máquinas que hoy tenemos. Lo que viene es el siguiente paso, que nuestra civilización venza fronteras y pueda llegar a otro planeta. A nivel científico y tecnológico estos avances definitivamente nos beneficiarán”, concluyó.