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El nopal, nuestro platillo ancestral

Cuenta la leyenda que el dios Huitzilopochtli manifestó a los sacerdotes que debían abandonar Aztlán para buscar una tierra donde tendrían poder y riquezas, el sitio prometido estaría justo en donde encontraran un águila devorando una serpiente posada sobre un nopal.

Es así que el nopal forma parte de la cocina e identidad mexicana. Así, se observa en el escudo de la bandera nacional hasta en la vida cotidiana en los mercados, junto a los jitomates y cebollas, dijo Cristina Barros en entrevista para UNAM Global.

La escritora e investigadora de la gastronomía mexicana explicó que el nopal es una fuente de alternativas. Por ejemplo, se usa para las personas diabéticas, resulta que la fibra de este vegetal impide que los azúcares pasen directamente al torrente circulatorio y así baja la glucosa.

Además, en la comida mexicana es el complemento perfecto que acompaña todo, desde una carne asada hasta huevo, incluso, se prepara en sopa con caldo de jitomate y orégano.

Sus frutos 

Cada una de las especies de nopal da frutos distintos. Así, encontramos tunas verdes, rojas, moradas y hasta naranjas. “Un caso es el estado de Zacatecas, en donde hay 15 tunas diferentes y uno encuentra una feria de sabores”.

Asimismo, el jugo de tuna tiene la misma cantidad de vitamina C que un jugo de naranja, “eso significa que cuando uno no encuentra esta fruta por darse sólo en invierno, podemos suplirlas con las deliciosas tunas”.

Esta variedad la podemos encontrar en diferentes partes de México (Estado de México, Tulancingo, Hidalgo; cerca de San Juan Teotihuacán, Milpa Alta, entre otros lugares, incluso, hay quienes consumen los brotes de la flor del nopal.

“Realmente hacia donde se mire, el nopal es un verdadero prodigio, y además de ser una fuente de alimento excelente, está muy cerca de nuestro corazón”, concluyó la escritora.